Se despidió del jóven dándole una rica mamada mientras atendía a una pareja entrada en edad. No desperdició ni una gota de su desayuno.
Caminó hasta el primer café que encontró donde pidió un café negro con unas medialunas. Estaban recalentadas pero eran lo suficientemente rico como para repetirse. Mientras descansaba su cabeza sobre una de sus manos, pensó en lo que había vivido hasta ése momento. ¿Qué habría sido de Jenny? ¿Dónde estaría? ¿Cómo pudo haberla metido en semejante problema?
La moza, una chica tatuada de pelo negro recogido y muy bonita se acercó para dejarle la cuenta. Dafne no le dirigió ni siquiera la mirada como tampoco se había dado cuenta del ticket. Sorbió el último trago de café.
Al sacar la billetera, notó que el ticket tenía algo escrito. Lo miró bien. Despacio, guardó el ticket en su billetera. Se levantó. Dejó dinero sin esperar el vuelto. Cruzó la cafetería. Giró hacia las puertas donde estaban los baños y salió corriendo por la cocina hasta el callejón que estaba en la parte trasera.
Corrió hasta la otra esquina. Miró por sobre su hombro. Nada. Siguió corriendo hasta la primer parada de colectivos que encontró. Tuvo suerte, había gente subiendo al colectivo que estaba repleto. Cuando el colectivo arrancó, detrás de varias personas, pudo verlos tal cual como le había escrito la moza.*******
El edificio era moderno y a estrenar. Se notaba que estaban terminando de darle los úlitmos retoques a los últimos pisos. Después de ir a un bar cercano y esperar, decidió entrar. Sentada en uno de los sillones de la entrada esperó por ella.
Media hora mas tarde, vió cruzar por la puerta a la chica tatuada que la había servido en el café. Dafne se levantó sin titubear y la abrazó.
Tomando mate se sentaron al desayunador de la cocina de Ivy. Vivía sola hacía mucho tiempo y siempre había sido una persona rápida en dar una mano. Sobretodo si dos hombres la estaban persiguiendo.
-Ví que no paraban de mirarte e imaginé lo peor. Por eso te escribí avisándote y te dejé mi dirección y el horario. Así podías manejarte hasta llegar.
-Mil gracias Ivy, te debo una -dijo Dafne mirándola a los ojos y tomándole la mano.
-No es nada. ¿Por qué te seguían? ¿Estás metida en algo raro? Quizás tendría que haberte preguntado eso primero en el hall de entrada del edificio, ¿no?
Las dos se rieron a carcajadas. Dafne le contó muy por arriba sobre lo sucedido con Jenny y su departamento. Cómo había encontrado el suyo y lo que le pasó con las marimachos. Hablaron de todo un poco. Cenaron.
Dafne estaba agotada. Se quedó dormida sobre el sofá. Ivy la tapó con una manta y aprovechó a bañarse y acostarse. Se había hecho tarde de tanto hablar.
A media noche Dafne se despertó sobresaltada. Miró a todos lados y sólo encontró oscuridad.
Ivy dormía plácidamente. La observó por un largo rato. Sintió ternura y se aproximó a la cama. Levantó la sábana y la tapó hasta los hombros. Ella se giró y abrió los ojos adormilados. Sintió una conexión. Levantó las sábanas, Ivy se acomodó y Dafne se acurrucó junto a ella haciendo cucharita.
Cuando Ivy sintió el miembro duro de Dafne apretarse contra su cola, se giró para mirarla de frente. La besó fuerte y se abrazaron. A los besos se le sumaron caricias que las llevó a la excitación. Ivy se sacó la bombacha y se montó sobre Dafne saboreando sus pechos. Dafne apretó la cola de Ivy con sus manos y abriéndole las nalgas metió su pene en su vagina. Sintió la lubricación dentro de esa vulva hermosa y depilada. Ivy gimió y comenzó a moverse lentamente. Dafne saboreó sus pechos, los apretó. Mordió sus pezones, los succionó. Ivy se arqueó hacia atrás y explotó de placer. Con movimientos espásticos fue frenando su movimiento hasta quedarse quieta frenando la cadera de Dafne para que no se moviera. Se quedaron quietas un largo rato.
Ivy salió y tiró la sábana al piso. Se quedó observando ese cuerpo femenino con pene por un rato. Un pene fuerte y duro al que engulló en su boca hasta sentir que el semen caliente le llenó la garganta.
Aún con la leche en su boca, se besaron sin dejar salir ni una gota. Dafne estaba extasiada y refregaba su cuerpo por las sábanas. Quería mas.
Ivy abrió un cajón de su cómoda y buscó. Después de sacar tangas, medias, portaligas y más lencería lo encontró. Corrió al baño.
Calzada con un strapon negro y grande, se acercó a Dafne que boquiabierta se arrodilló sobre la cama. Bajó y caminó por la habitación hasta donde Ivy la esperaba como una gata en celo. Arrodillada lamió el strapon y se lo metió en la boca. Lubricándolo con su saliva, se apoyó sobre la cama arqueándose y sacando al máximo su cola.
La lengua de Ivy fue un placer y su agujero se distendió con hambre. Centímetro a centímetro entró. Cuando su cola estaba lo suficientemente acomodada para cabalgarla con ferocidad, salió. Dafne la miró por el hombro. Con sus manos la acomodó boca arriba y puso las piernas sobre sus hombros. Arremetió sin descanso y mientras la penetraba con seguridad y firmeza, apretó su pene y comenzó a jugar con él. Dafne gemía de placer y Ivy se mojaba cada vez más. Sin poder contenerse, ivy se montó sobre el pene duro de Daf y lo volvió a cabalgar.
Con cada movimiento su mente la llevaba a querer algo mas, algo nuevo. Se le cruzó por la cabeza pero nunca lo había hecho antes. No se lo había dejado a nadie, ninguno ni ninguna de sus ex. Era bisexual y tanto hombres y mujeres le habían pedido lo mismo sin tener éxito. Pero no podía sacárselo de la cabeza. Había visto la cara de placer en Dafne. Esa cara de placer que contagia. Ella quería sentirlo.
En cuatro patas y le pidió que le desvirgara la cola y la llenara de leche. Ansiosa por esa sensación, se arqueó y con sus manos abrió su cola dejando un agujero estrecho listo para desvencijarlo.*******
Acostadas boca arriba no paraban de recordar todo lo sucedido. Los gemidos, las caricias, las penetraciones... el placer. Ivy aún tenía el strapon puesto y Dafne no dejaba de tocarse el pene.
-Podría enamorarme de vos -dijo Ivy y se durmieron abrazadas.
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Pow!
Ficción GeneralATENCIÓN: Historia con alto contenido explícito! Sólo para adultos. El sueño de toda chica cross... transformarse en una mujer. El deseo más profundo, la transformación, una metamorfosis de la que nunca quisiéramos volver. Cuando Dafne recibe un paq...