Profesor

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Miro la puerta del profesor y suspiro antes de dejar caer tres veces seguidas los nudillos. El choque contra la madera me hace pensar en los arreglos que tengo que hacer y maldigo interiormente. ¿Por qué no puedo tener el poder de la teletransportación como Kurt? La telequinesia de Jean tampoco está de más... Los rayos de Scott me servirían para deshacerme de los desperfectos en segundos... Sin embargo, mi poder... muchas veces lo siento inservible (aunque Kurt no para de afirmar que con mi imaginación tendría que tener múltiples salidas). Y aunque se lo admito, lo máximo que he conseguido aguantar en las clases con el profesor y Hank ha sido una hora y media.

— Pase.

Siento un nudo en el estómago y giro el pomo. Empujo la puerta y entro en silencio en el despacho, donde se escucha el eco de mis pasos hasta que me siento en la silla acolchada situada en frente del profesor.

Cuando siento que no puedo quedarme más tiempo evitando la mirada de Charles, levanto la cabeza y me encuentro con unos ojos azules demasiado intensos que hacen que sienta cómo si estuviese usando sus poderes.

— Pensé que nunca llegarías al despacho.

— Si le soy sincera, aún tengo ganas de marcharme con los chicos al cine... Por lo que espero que sea algo rápido.

Él sabe cómo soy en realidad, y cómo me encuentro dentro de su escuela. El primer día que me enteré que era telépata me quedé paralizada (si él sabe todo lo que tengo en mi mente no es nada bueno).

Conseguí llegar a un acuerdo con él, prometiéndome que me daría intimidad si yo le ayudaba con algunos temas del colegio (por desgracia, me dijeron más tarde que el profesor nunca sería capaz de leer a uno de sus chicos).

— Si te alivia algo, no tendrás que construir la pared del edificio derrumbada (no tu sola) —finjo una sonrisa y me incorporo—. Yahel, ese no era el tema por el que quería que vinieras. Hank te está esperando en Cerebro.

Siento un escalofrío por el cuerpo.

— ¿No me dijo que mis entrenamientos habían terminado?

— Esto es más importante para ti que para nosotros, Yahel. Pensé que ya lo habías comprendido —me muerdo el labio y miro a la puerta (debería haberme ido con los chicos al cine)—. Hoy probarás con un mutante algo más experto.

— ¿Estarás para ayudarme? ¿Cómo la otra vez?

El profesor me mira serio y mueve su silla hasta ponerse en frente mía. Levanta la cabeza y hace un gesto dudoso.

— No me hace falta leer tu mente para ver que te sientes insegura con tu mutación. Supe desde el momento en el que te vi que no eras la persona arrogante y segura de sí misma que dices ser —me mira con una sonrisa—. Pero prometí guardar tu secreto y nadie más lo sabe.

Lo miro extrañada.

— ¿Puede decirme a que quiere llegar Charles? ¿Va a ayudarme con Cerebro o no?

— No. Tengo que ir a hablar con una vieja amiga...

— ¿Raven? —cuando Kurt y yo despertamos fue como si nunca hubiera existido. No supimos más de ella.

— No, es otra amiga —asiento lentamente y sé que el profesor me ha pillado—. Yahel, no todos nacimos conociendo. Debes aprender a controlarte y saber cómo tu don puede ayudar a la humanidad —asiento y marcho hacia la puerta—. Si te sirve de consuelo, puedes preguntarle a Hank cuánto me costó a mí... Fue hace unos pocos años, 10 para ser exactos, cuando comencé a tomar las riendas de mi mutación. Espero que tú seas más inteligente.

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⏰ Última actualización: May 22, 2018 ⏰

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Memorias de una mutante adolescente #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora