Capítulo 7 - Pelea En La Cafetería

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-Qué te alejes – habló Allison, diciendo cada palabra lentamente – de Cameron Collins...

-¿Tanto lío por un chico? – pregunté tomando toda la valentía qué había en mí.

-No es cualquier chico – gritó Emma.

-¡Es mío! – gruño Allison. Empujándome más fuerte contra la pared y yo gruñí del dolor que había provocado el golpe.

-No te preocupes, lo es – le contesté viéndola a los ojos – además, no estoy en lo más mínimamente interesada en él. Te lo puedo asegurar.

-Más te vale, nuevita – me amenazó Madison – porque no nos quieres conocernos enojadas.

-¿Entonces no están enojadas, ahora? – pregunte y las 3 me fulminaron con la mirada. ¡Bien hecho! Me gritaba mi voz interna.

-Mira estúpida – se acercó Allison señalándome con el dedo índice – esto solo es una advertencia, sí veo que tratas de insinuarte a mi chico. Te corto las venas ¿Entendido? – sentí que se me fue toda la sangre del cuerpo, mis piernas y manos temblaban. Me sentía como un inocente conejito entre una manada de perros, en este caso, perras.

-Sí – conteste asustada.

-Bien – se alejó Allison – pero no creas que esto termino aquí - mi cuerpo quedó estático – Allison, Emma y Madison, salieron del vestidor. Corrí hacia la puerta pero ya era tarde estaba cerrada y Emma estaba colocándole llave.

-¡Sáquenme de aquí! – grite, oí sus risas y luego sus pasos corriendo.

Me quedé ahí encerrada, gritando pero al parecer nadie me oía. Las lágrimas corrían por mis mejillas. Estaba apoyada en la puerta con el rostro entre mis piernas llorando.

...

Mientras tanto en el campo de futbol...

-¡Entrenador! – la voz de una chica, interrumpió el entrenamiento del equipo de futbol.

-¿Qué ocurre Emma? – pregunto el profesor indignado.

-Mi madre acaba de llamar, paso algo grave con mi tío Christian. Necesito hablar con Adam y Noah, por favor – pidió llorando.

-¡Claro, Emma! Tranquila – trato de consolarla el profesor.

-¡¿Qué ocurrió?! – preguntaron alarmados los dos chicos.

-Vengan – los llamó Allison, y los dos chicos los siguieron hasta las bancas.

-Esto me da mala espina – le opinó Christopher al entrenador.

-¿Por qué lo dices? – le pregunto el entrenador.

-Allison tiene ese pequeño punto malévolo en sus ojos.

-Estás siendo paranoico – lo regaño.

-Claro que no, Henrie. Sabes cómo es Allison.

-Bueno, eso sí, pero no debes preocuparte por eso – le dio unas pequeñas palmadas en la espalda y se fue. Christopher conocía bien a Allison, pero decidió no molestarse en averiguar lo que pasaba. Luego de un momento fue por su botella de agua a las bancas y fue en ese momento cuando se dio cuenta que Allison, Emma, Madison, Adam y Noah estaban escondidos hablando y la curiosidad lo mató, por ver lo que ocurría.

-¿Que hicieron? – les preguntó Adam a las chicas.

-La encerramos en el vestidor de chicas – confesó Madison. ¿Qué? Se preguntaba Christopher.

-Esa niña, tenía que entender por las buenas o por las malas – Allison sonrió malévolamente.

-¿Y encerrarla fue por las buenas? – pregunto divertido Noah.

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