-Bien, Annabelle. Yo tengo qué regresar a mí salón. Qué ya van a dar el timbre – yo asentí.
-Dígame Skyler, con confianza – dije en el mismo tono qué él. Él rió y asintió. En cuanto se dio la vuelta lo llamé.
-¡Ryan! – el volteó a verme – gracias. Realmente necesitaba ánimos – él me dio una sonrisa tierna.
-No te preocupes, Skyler. Para lo que pueda, siempre te voy a apoyar – le di una sonrisa y el timbre sonó indicando la siguiente clase. Ryan se fue al salón y de inmediato empezaron a salir todos los estudiantes. Me pare rápidamente para buscar a Hannah.
-¡Hey, Hannah! – le grité y ella volteó a verme.
-¡Skyler! – camino hacia mí, entre el mundo de gente – perdón no te había visto. Justo iba a buscarte ¿Cómo llegaste tan rápido?
-El profesor Hunter White, no me dejo entrar a clases, ya que me perdí y llegué tarde.
-No te preocupes, no te habrás perdido de mucho. Ven vamos a los vestidores.
-¿Vestidores?
-¿Qué, no traes tu uniforme para gimnasia? – yo negué.
-¿No te lo dieron, tus padres?
-No – negué con la cabeza. Ven vamos a hablar con la profesora Wright. Ambas nos encaminamos hacia el gimnasio, dónde encontramos a una mujer, morena, de cabello castaño claro y ojos marrones.
-Hola, buenos días profesora – saludó Hannah.
-Buenos días, Hannah – contestó la profesora.
-Buenos días – saludé yo.
-Buenos días jovencita – me saludó.
-Profesora Wright, le presento a Skyler, es nueva.
-Mucho gusto – extendió su mano y yo la recibí – soy Hailey Wright, para servirte.
-Muchas gracias – agradecí.
-Profesora Wright – la llamó, Hannah – a Skyler, no le entregaron su uniforme de gimnasia.
-¿A no? – me pregunto confundida y yo negué con la cabeza – me habían informado, de tu llegada. Pero según recuerdo, él uniforme les fue entregado de una vez ayer a tus padres.
-¿Ah sí? – pregunté confundida y ella asintió.
-Sí, ¿Tú encargado no te lo entrego? – negué con la cabeza.
-No... - ¿Y si Cameron lo tiene? – profesora Wright, ¿Nos daría permiso ir a mí y a Hannah a buscar mí uniforme? Creó que ya sé dónde está.
-Está bien, pero deprisa – todos empezaron a entrar – qué, ya empezaron a venir todos. Jalé a Hannah del brazo y salimos del gimnasio.
-¿Ah dónde vamos? – me pregunto ella.
-¿Sabes, dónde entrenan los chicos del equipo de futbol? – ella asintió y me miro con el ceño fruncido.
-Sí, en la cancha ¿Para qué quieres ir a verlos?
-Te cuento luego – empezamos a caminar con Hannah hasta llegar a la cancha de futbol.
-Bien, ya estamos aquí ¿Ahora me dirás qué hacemos aquí? – ahí estaba el equipo de futbol americano y el grupo de porristas. Ambos grupos unos egocéntricos sin cerebro.
-Señoritas ¿Qué hacen aquí? ¡Deberían estar en clases! – ambas nos volteamos. ¡Amo está escuela! Gritaba la vocecita de mi cabeza.
-Lo siento – se disculpó Hannah – pero aquí la señorita – me señaló – Jones, le explicará qué hacemos aquí.
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Mi Diario
Novela JuvenilMi vida se ha basado en viajar de un lugar a otro, siempre. Casi nunca hago amigos, ya que no paso mucho tiempo en un solo lugar, por cuestiones del trabajo de mis atareados padres. Pero los caminos se cruzan, y un camino me llevo a un chico, no cu...