Capítulo 6 - Alerta

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-Bien, Annabelle. Yo tengo qué regresar a mí salón. Qué ya van a dar el timbre – yo asentí.

-Dígame Skyler, con confianza – dije en el mismo tono qué él. Él rió y asintió. En cuanto se dio la vuelta lo llamé.

-¡Ryan! – el volteó a verme – gracias. Realmente necesitaba ánimos – él me dio una sonrisa tierna.

-No te preocupes, Skyler. Para lo que pueda, siempre te voy a apoyar – le di una sonrisa y el timbre sonó indicando la siguiente clase. Ryan se fue al salón y de inmediato empezaron a salir todos los estudiantes. Me pare rápidamente para buscar a Hannah.

-¡Hey, Hannah! – le grité y ella volteó a verme.

-¡Skyler! – camino hacia mí, entre el mundo de gente – perdón no te había visto. Justo iba a buscarte ¿Cómo llegaste tan rápido?

-El profesor Hunter White, no me dejo entrar a clases, ya que me perdí y llegué tarde.

-No te preocupes, no te habrás perdido de mucho. Ven vamos a los vestidores.

-¿Vestidores?

-¿Qué, no traes tu uniforme para gimnasia? – yo negué.

-¿No te lo dieron, tus padres?

-No – negué con la cabeza. Ven vamos a hablar con la profesora Wright. Ambas nos encaminamos hacia el gimnasio, dónde encontramos a una mujer, morena, de cabello castaño claro y ojos marrones.

-Hola, buenos días profesora – saludó Hannah.

-Buenos días, Hannah – contestó la profesora.

-Buenos días – saludé yo.

-Buenos días jovencita – me saludó.

-Profesora Wright, le presento a Skyler, es nueva.

-Mucho gusto – extendió su mano y yo la recibí – soy Hailey Wright, para servirte.

-Muchas gracias – agradecí.

-Profesora Wright – la llamó, Hannah – a Skyler, no le entregaron su uniforme de gimnasia.

-¿A no? – me pregunto confundida y yo negué con la cabeza – me habían informado, de tu llegada. Pero según recuerdo, él uniforme les fue entregado de una vez ayer a tus padres.

-¿Ah sí? – pregunté confundida y ella asintió.

-Sí, ¿Tú encargado no te lo entrego? – negué con la cabeza.

-No... - ¿Y si Cameron lo tiene? – profesora Wright, ¿Nos daría permiso ir a mí y a Hannah a buscar mí uniforme? Creó que ya sé dónde está.

-Está bien, pero deprisa – todos empezaron a entrar – qué, ya empezaron a venir todos. Jalé a Hannah del brazo y salimos del gimnasio.

-¿Ah dónde vamos? – me pregunto ella.

-¿Sabes, dónde entrenan los chicos del equipo de futbol? – ella asintió y me miro con el ceño fruncido.

-Sí, en la cancha ¿Para qué quieres ir a verlos?

-Te cuento luego – empezamos a caminar con Hannah hasta llegar a la cancha de futbol.

-Bien, ya estamos aquí ¿Ahora me dirás qué hacemos aquí? – ahí estaba el equipo de futbol americano y el grupo de porristas. Ambos grupos unos egocéntricos sin cerebro.

-Señoritas ¿Qué hacen aquí? ¡Deberían estar en clases! – ambas nos volteamos. ¡Amo está escuela! Gritaba la vocecita de mi cabeza.

-Lo siento – se disculpó Hannah – pero aquí la señorita – me señaló – Jones, le explicará qué hacemos aquí.

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