Podría, quizá, escribirle poemas a las cinco de la mañana. Hablarle sobre el amor posesivo en la anarquía. Explicarle el porqué la hosquedad en los, antiguamente, corazones más dulces. Contarle sobre los escrúpulos que generé en alguien cuando sólo buscaba sus caricias.
Podría, quizá, fumarle cigarros a las cinco de la tarde, y generar un efecto mágico, bajo cinco poemas, y su triste léxico. Contarle del café en manos de un bohemio, y su creación de lagos; melancólico, alcohólico, catedrático.
"Siete cafés, y sus siete estados."
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En ésta parte tuve una "pequeña colaboración" de uno de los mejores poetas (a mí parecer, claro está) que existen actualmente. Orgullosa siempre de poder escribir contigo, cariño.
Con amor,
- Val.
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Cafeína. (1/3)
Poesía(...)Porque en mi desorden, él halló paz. Porque en su paz, me desordenó el corazón.(...) Completada.