Honey pie.

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En los últimos días, al salir del estudio, Paul se va a un café que quedaba unas calles de ahí, nunca le hemos preguntado el porque, tampoco a quien va a ver o hacer, él toma su camino sin decir nada y se va cuidando de que nadie le siga.

  Uno de esos días en especial lo descubrí arreglándose y vaciando la botella de perfume sobre él, se estaba arreglando muy bien, con su corbata y cuello bastante limpio, llamó mi atención, y mientras seguía arreglando su ropa y cabello frente un espejo, me acerqué con lentitud y sigilo para que no se diese cuenta de mi presencia, y dio resultado aparte de que el hecho de que estaba muy metido en su mundo me ayudó. Al estar tras suyo coloque ambas manos sobre su cintura y mi mentón sobre su hombro, casi como un suspiro comencé a hablarle. — ¿A dónde planteas ir?, ¿de nuevo al café?, ¿nueva chica?, ¿Por qué lo me cuentas tus secretos Macca?— Mientras le decía todo eso mis manos recorrían su abdomen hasta su corbata, la cual comenzaba a quitar. Él sólo hizo ese ligero puchero y retiro mis manos. —Sí, hay chica nueva, y sí, iré de nuevo al café. —

—¡Lo sabía!

— ¿Qué?

— Sabía que salías con una chica, traidor de mierda.

—Vamos, John.

—No, se acabaron las noches completas.

—Bien, es tarde, ya sabes, nos vemos en la noche Lennon. —
Dicho es salió de la habitación sin decir nada más.

  Muchos se preguntarán en este momento: "¿Qué?, ¿Traidor?, ¿Noches completas?, ¿Qué?" Pues sí, el cara de bebé y yo descubrimos que el sexo entre amigos hace que la relación sea más estrecha... Bueno, eso no, pero hay algo que hace que sintamos algo el uno por el otro, que sintamos amor, y no, no es por la droga ni nada similar, pero bueno ¡eso ya es otra historia!

  Curiosamente habíamos salido más tarde de lo normal, así que la negra noche no tardaría mucho en caer sobre nuestras cabezas. ¿Recuerdan el sencillo disfraz que Paul uso en A Hard Day's Night, que sólo era un bigote? Pues lo encontré por ahí y lo saqué, serviría para mi plan, ¿cuál plan? Pronto sabrán.
Al igual que el bigote falso encontré unas gafas redondas y un sombrero, después un traje.
Me puse todo eso y salí hacía el tan famoso tan café,
¿Qué? ¿creían su me quedaría de brazos cruzados sabiendo que MI Paul está de coqueto con otra? No.
 
   Al llegar noté que estaba muy bien arreglada, se veía bastante bien, bastante limpio, por fuera colgaban lamparas y un gran cartel que decía "Café las 24 horas." Al abrir la puerta del lugar un fuerte pero agradable olor a café tostado chocó contra mi rostro, no me queje ni nada, fue lo más rico que he olido en toda mi vida.

  Un anciano estaba tras la barra y nos jóvenes andaban por ahí atendiendo a los clientes, el lugar no estaba tan lleno. Mientras buscaba a Paul una de las jóvenes que atendían se acercó a mi y me ofreció una mesa, acepte para que después me llevará hasta una mesa no muy lejana a la de ese par, se les veía perfectamente desde ahí. Pedí mi orden y la jovencita se volvió a ir.
 
  La acompañante de Paul no estaba tan mal, una chica alta de tez morena y cabello corto estaba sentado frente suyo, el imbécil tiene buen gusto.
  Se les veía contentos, ella no paraba de reír y Paul de decir estupideces, lastima que eso se iba a acabar rápido.

  Llegó mi orden y la de ellos, casi al mismo tiempo, ellos pidieron un batido de plátano y yo una buena taza de café.
  Después de un rato de observar, termine mi taza y comenzó mi plan, o más bien dicho, venganza.

  Caminé hasta su mesa lentamente, comencé a fingir mi acento y dije. — ¿Me puedo sentar aquí?, ¿Sí?, gracias, que amables.— Aquellas sonrisas cayeron y el ambiente se tornó incómodo. Todo iba a la perfección. Paul me miraba fijamente, inclusive entre cerró sus ojos para analizar bien mi rostro, cuando hizo eso me baje un poco las gafas y le regale un guiño, después volví a poner las gafas.

  "Hijo de mierda." Dijo, bueno, no con palabras,movió sus labios y le entendí perfectamente el insulto "Eh... Me tengo que ir" La chica se levantó de la mesa con una gran expresión de disgusto. — Pase buenas noches señorita. — Se detuvo mirándome por última vez, después sólo sacudió su cabeza y salió el lugar.        
  
   Cuando volví con Paul este me quitó los lentes antes de que yo comenzara a reír o decir excusas.
—¿Qué ganaste con esto Lennon?

— ¿Por qué siempre que hago algo "malo" se supone que gane algo? ¿Qué tal sí en realidad fue algo bueno? Lastiman mis sentimientos.

— Tú y yo sabemos que lo hiciste con mala intención, no me quieras hacer idiota.

— Pues...

— No contestes.

— Ha, ¿Y ahora?

— Vámonos.

— ¿"Vámonos"? ¿los dos?

— Claro, necesitamos hablar.

— Bien.

Pagamos las bebidas y salimos, Paul iba a hacer algo, no sabría decir si bueno o malo pero su forma de caminar y su fría mirada confirmaba.
   Una mezcla de terror y adrenalina recorria mi cuerpo entero, quería y la vez no quería saber lo que estaba por hacer, casi explotaba.

Al llegar a casa nos encontramos con la grata sorpresa de que no había nadie, las luces estaban apagadas y el televisor transmitía estática. — Perfecto. — Dijo Paul

—¿Qué mierda tramas McCartney?

— ¡Algo especial Johnny!

  Subió las escaleras casi corriendo y yo tras suya, al llegar hasta arriba me dejo pasar primero, me senté sobre la cama, él entró y cerró la puerta colocando ceguro, no se preocupó por prender la luz. Ya sabía por donde iba.

— ¿No estás.. Molesto?

   No contestó, sólo comenzó a acercarse poco a poco, y cuando ya estaba frente mío colocó sus manos sobre mis hombros al igual se ponía su rodilla al lado de mi pierna. La noche ya nos había caído, había luna llena.

  No contestó, sólo comenzó a acercarse poco a poco, y cuando ya estaba frente mío colocó sus manos sobre mis hombros al igual se ponía su rodilla al lado de mi pierna. La noche ya nos había caído, había Luna llena, sus rayos entraban por la vente e iluminaba el rostro de mi amante. — Amo cuando eres así de celoso John. — Cerró ese par de ojos y después me regaló un profundo y cálido beso.

  Mis manos se levantaron para tomarle de los brazos, comenzó a inclinarse hasta que quedé sobre la cama y él sobre mi, lo que me encantaba es que aún seguía dándome beso tras beso sin parar a pesar de que el aire hacía falta.

  Sentí su mano bajo mi pantalón, y después bajo mi boxer. —Oh... Darling. — Dije con dificultad. 

    Comenzó a acariciar, pasando la yema de sus dedos muy lentamente, sentía un ligero calor que venía de mis mejillas, el ambiente se comenzaba a hace pesado y caluroso entre más seguía masturbandome. Mierda, el idiota sabía como prenderme. Pasaron los minutos hasta que logró causarme una erección. —Vaya... — Después de decir eso me dio un último beso, se acostó en la otra esquina de la cama dispuesto a dormir. — Buenas noches Johnny Boy.~ —

—... ¿Qué?

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Regresé del infierno para traerles más McLennon. :> ♡ ♡ ♡
30 votos y escribo esa "otra historia" 7u7

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