One-Shots McLennon. ♡

Tormenta.

Una pequeña discusión se hizo presente en el estudio, una discusión cuáles integrantes eran Lennon y McCartney, ¿el motivo? Realmente no es importante, ni siquiera ellos mismos lograban  el porqué, simplemente comenzaron a gritar y ambos lanzaron sus preciados instrumentos (obviamente tratando de no dañarlos) para después salir del estudio, empujandose, mientras caminaban a paso acalerado hacía la entrada principal del mismo.

Las calles estaban cubiertas por los cálidos colores del atardecer, y a lo lejos se veían unas cuentas nubes acercándose amenazando acabar con el tranquilo clima, pero ambos jóvenes lo tomaron por desapercibido, tal era su enojo.

Paul estuvo unas cuantas horas (más bien hasta que cerró el lugar) en un café, su mirada fija en un lugar y una seriedad increíble. John se fue a quien sabe dónde, quizá a un bar o a su hogar.
Finalmente aquellas nubes llegaron y el enojo de ese par aún seguía activo
Justo enfrente de la misma puerta donde horas atrás habían salido casi bufando se encontraron frente a frente, con su respectivo cigarrillo entre sus dedos a casi acabar. 

— Pensé que ibas a estar bebiendo en un bar, Lennon.

— Y yo que estarías en la cama con una puta.

McCartney sólo rió por aquel comentario, más al momento de darle un sorbo a su cigarro una gota de agua calló sobre el mismo apagando su luz rápidamente.
—¿Qué mier..? — Sin saberlo, miles de gotas comenzaron a caer tras aquella que apagó el cigarro, mojando sus cabezas rápidamente. Hicieron varios intentos fallidos de abrir la puerta del estudio, su ropa comenzaba a empaparse más y más rápido.

— Mierda, mierda! — Repetía McCartney. —Vamos , el agua no arruinara la cara tan linda que tienes Paul. — La expresión de Paul se podía calificar como "Si sigues así te usaré de paraguas, Lennon."

Comenzaron a buscar un lugar donde refugiarse, la mayoría de los locales estaban cerrados y no había ninguna cabina de teléfono. Se comenzaban a desesperar, la lluvia comenzaba a ser más intensa conforme pasaban los segundos.

El cielo tornaba, entre las nubes se notaban los rayos, se llevaban uno que otro susto al escucharlos. — ¿A donde mierda vamos? — Dijo Lennon con el entrecejo fruncido, comenzaba a enojarse por algo más. —¿Qué tal sí vamos a mi casa? — Aconsejó Paul. — Bien. — Ambos comenzaron a correr en dirección dirección la casa del menor, pisando charcos y mojando sus zapatos.

Llegaron más rápido de lo que creyeron, Paul abrió la puerta e invito a John a entrar. — ¡Papá! ¿Estás en casa? — Gritó éste sin tener respuesta alguna. —Bien, estamos sólos John. —
De él sólo obtuvo una ligera sonrisa de respuesta. Fue por dos toallas y cambios de ropa. — ¿Crees que seas de mi talla? — Preguntó mirando un traje que traía entre sus manos.

— Hay que averiguarlo.

— ... Tomaré un baño. — Le lanzó la toalla en la cara junto con la ropa para después caminar hacía el baño dejando a su invitado parado frente la puerta.

Lennon se sentó en uno de los sofás esperando a su compañero, escuchó el agua caer y los quejidos de Paul, al parecer ésta estaba demasiado fría para la suave piel de chico. A los minutos lo miró pasar casi corriendo a su habitación, con la blanca toalla envolviendo su cintura y su negra cabellera empapada, su nariz tan roja como sus mejillas... Un completo espectáculo que John admiró con sus ojos bien abiertos, Paul era demasiado lindo.

Su turno llegó, dejó en un rincón del baño toda su ropa empapada y dejó caer el agua fría sobre su espalda, no pudo evitar sentir escalofríos, pasó lentamente la esponja por sus brazos cubriendo de espuma los mismos. A comparación con McCartney éste no tardó mucho en la ducha, se cambió ahí adentro para después salir radiante de la misma.