Capitulo 8

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Mientras pensaba en mentirle a sus amigas o decirle la verdad, entro su madre a la habitación, con un sándwich y un vaso con jugo de naranja, esa era la cena perfecta para Sofia. Tenía mucha hambre.

-Sofi, pensé que tenías hambre, asique te dejo esto y te quería pedir perdón.

-Puedo salir al final, ¿No? Dijo un poco emocionada, pero sabía que iba a fallar en el intento.

-No Sofi, mira, un día me vas a entender que solamente te quiero cuidar y quiero lo mejor para vos, te dejo sola, espero que comas porque te lo hice con mucho amor, te amo. Y se despidió dándole un beso en la frente y cerrando la puerta muy despacio.

No sabía que hacer, asique por los nervios, y pensando en que iban a decir sus amigas, decidió mentir.

Pero esta vez, no era una mentira de "no me dejaron" o "mi mama está enojada conmigo porque tuvimos una fuerte discusión hoy" fue una más grande y más arriesgada que cualquier otra cosa.

Contesto todos los mensajes que le habían dejado sus amigas minutos antes con cuatro palabras "Si, voy a ir"

Se cambio otra vez, ya se había puesto el pijama, había pensado que no iba a ir, entonces ya estaba lista para ir.

Se puso lo mismo, era ropa de estrenar, se lo había comprado ese mismo dia para esa ocasión específicamente.

Lo pensó una, dos, hasta tres veces y su mente siempre le daba la misma respuesta, "Hacelo Sofia"

Se lo cuestiono, cuando se estaba sacando el pijama, cuando se ponía la ropa para la fiesta, cuando se ponía los zapatos, y hasta cuando se retocaba el maquillaje.

¿Cómo iba a salir? Por la ventana, tenía un tamaño grande, asique pasaba, agachándose un poco, pero pasaba por esa ventana.

Pensó en varias cosas.

Una de esas cosas era la posibilidad de que su mama se levante a pedirle perdón de nuevo.

Otra era a que hora llegaba a su casa, su mama era una mujer que se levantaba muy temprano desde que era chica.

Le dio igual todo lo que pensó, decidió irse igual.

Ya peinada, maquillada, y vestida, estaba por ordenar todo hasta que se dio cuenta de que le faltaban sus zapatos.

Dio vuelta la habitación, pero no encontraba sus zapatos.

Se acordó que los tenía abajo, los tenía en el baño, los había dejado tirados mientras peleaba con su madre.

Iba a bajar, hasta que se dio cuenta que estaba maquillada y peinada. ¿Y si estaba su madre? ¿y si su mama no se había dormido?

Aun así, decidió bajar a buscar sus zapatos.

Bajó los once escalones y con un paso acelerado, fue al baño.

Antes de entrar al baño, se fijó que su madre este durmiendo.

La habitación de la madre estaba al lado del baño, y siempre dejaba la puerta abierta para que su perro pueda salir y entrar tranquilamente a la habitación.

Estaban todas las luces apagadas, asique supuso que estaba durmiendo.

Entró al baño, primero hizo pis, y después se acordó porque estaba en ese baño, por los zapatos.

El baño no era tan grande, asique eran fácil de encontrarlos, pero había un problema, no los encontraba.

Buscó por todas partes, ya no sabía ni dónde buscar, el baño era chico, ¿Bastante como para no encontrar un par de zapatos? Se ve que si.

Pero ahí no empezó el susto, el susto empezó cuando escucho que tocaban la puerta del baño y quisieron entrar.

O eran unos ladrones o era la mama.

Era noventa por ciento seguro de que era su mama, pero tenía ganas de que sea aún ladrón.

-Sofia, hace cinco minutos que estas en el baño. ¿está todo bien? Pregunto su madre con un tono de preocupada.

-Si mama, ya lárgate.

-okey, si necesitas de algo no dudes en llamarme.

-Si, eso ya lo sé.

-Okey, que descanses.

Se escuchó el ruido de la puerta cerrándose de la habitación de su madre.

En seguida, Sofia, salió del baño y se fue al comedor, con las luces apagadas, no quisiera ser que su madre salga, estén las luces prendidas y ella este toda producida para ir al baño.

Los encontró, los agarró y rápidamente, subió las escaleras.

Estaba en su habitación, a solo dos pasos de escaparse de su casa, quería disimular sus nervios, pero obviamente, no podía.

Hizo el paso uno, rellenar la cama con almohadas, como para parecer que ella estuviera allí, durmiendo. Si, Sofia veía muchas películas y no se dio cuenta, que esto se trataba de la vida real.

Antes de salir, procuro que no se iba a olvidar nada.

Abrió los vidrios, estaba lista, sus amigas estaban por salir, ella les iba a mandar un mensaje cuando esté saliendo para la esquina a la que la iban a pasar a buscar.

Con una silla, se ayudó, se sentó en la ventana, se quedó pensando si hacer eso o no, estuvo tres minutos, que podía ser la última salida de su vida si la descubrirían, pero su madre se iba a olvidar rápido y la iba a dejar salir el mes siguiente.

Asique dijo que si, puso lenta y cuidadosamente un pie en el techo, y el otro colgando para la habitación.

Estaba por sacar el otro pie hasta que se dio cuenta que su celular vibraba.

Era una llamada.

Era de su madre.

La Desaparición de Sofia. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora