Capitulo 9

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- ¿Hola?

Sus piernas temblaban.

- Sofia, ¿Qué haces? Escuché que tu ventana se abrió.

Todo su cuerpo temblaba.

- Nada mama, tengo calor, pero solamente eso.

-Okey, baja que necesito que me hagas un favor.

Pensó en bajar, pero no podía, estaba vestida y maquillada, ¿Que le iba a decir a su madre? ¿Que estaba jugando? Ya estaba bastante grande como para jugar a maquillarse.

- No voy a bajar, ¿Qué favor necesitas?

No paraba de temblar.

- Que me vayas a comprar unas pastillas, mi cabeza no da más.

Pensó unos segundos en si bajar o no, o como hacer.

- Sofia, ¿Estás ahí?

- Si, pon el dinero en las escaleras, yo me cambio, bajo y voy a comprarte esas pastillas.

- Pero no tengo muchas ganas de levantarme, ven a mi habitación.

- Yo no tengo muchas ganas de verte la cara, pero está bien.

- Okey, te amo.

- Yo también.

Se cuelga la llamada, y se dio cuenta de lo que dijo, que iba a ir a la habitación de su madre a buscar el dinero.

No sabía que hacer, se hacían las una y cincuenta de la mañana, sus amigas las pasaban a buscar a las dos.

Era de llegar tarde a todos lados, asique no importaba, sus amigas ya estaban acostumbradas a esperarla.

Se puso una campera arriba del top que se había puesto, un pantalón largo arriba del short, y para taparse la cara, no había opciones, se puso un gorrito, no le tapaba la cara, pero una porción de ella si.

Bajó, y entró a su cuarto.

Estaba dormida.

¿Tanto tiempo estuvo cambiándose? Solo fueron tres minutos.

Agarró el dinero que estaba en la mesa de luz.

Dejó su celular, no quería que le roben.

Salió a comprar.

El quisco al cual tenía que ir, quedaba a unas cinco cuadras de la casa de Sofia.

Iba a paso apresurado.

En la cuadra número tres, se dio cuenta de que un auto rojo, la perseguía.

El auto se para al lado de ella, iban cuatro hombre dentro.

- Hola, ¿necesita algo? Preguntó muy nerviosa.

- Necesitamos saber dónde está la calle Boston.

- A, está a tres cuadras mirando para atrás.

- Gracias nena.

- De nada.

Esperaron un momento a que Sofia haga una cuadra, no sabe bien para que, pero ella en esa cuadra se puso muy nerviosa.

Fue a comprar las pastillas, y cuando volvió, estaba su madre sentada.

- Tardaste mucho.

Preguntó, tenía un tono de que estaba enojada.

- Por lo menos te traje tus pastillas.

- Olvidaste tu celular.

- No lo olvidé, lo deje aquí, para que no me robaran, porque no sé si sabes que son casi las dos de la mañana ¿Qué mamá la manda a comprar a su hija unas pastillas a las dos de la mañana?

Parece que no le importo nada de lo que dijo.

- Te llamó Florencia.

Se puso nerviosa y no sabía que contestar, pasó un minuto y por fin le salió unas palabras de la boca.

- ¿Que te dijo?

- Nada, me cortó.

- Ahh, habrá pensado que iba a la fiesta, por eso, pero se equivocó.

- Basta Sofia. Se levantó y se fue a su habitación.

Llegó y se sacó el gorro, el pantalón y la campera.

Se sentó en la ventana, y esta vez fue más rápido, y estaba más segura.

Cuando menos se dio cuenta, Sofia estaba en el techo de su casa.

Bajó con mucho cuidado, tenía mucha habilidad para eso.

Corrió los primeros metros, solamente tenía que ir a la esquina de la calle Boston.

Llamó a su mejor amiga, Florencia.

-Hola

- Flor, ya estoy acá, vengan.

- Okey, en cinco estamos.

- Okey.

Esperó solamente unos tres minutos, cuando vio que de lejos, unas cinco cuadras aproximadamente, se acercaba un auto rojo, igual al del auto de la mama de Florencia, pero también notó que era igual al auto que hacía pocos minutos, había cuatro hombres, y uno de ellos les había preguntado donde estaba la calle Boston.

El auto se venía acercando lentamente.

En las últimas dos cuadras, aceleró muy rápido. Parecía que estaba corriendo una carrera, o que alguien los estaba persiguiendo.

Se acercaba cada vez más rápido.

Pasaron a Sofia, ella rechazó la idea de que era Florencia, y también la idea de que eran los tipos que le preguntaron dónde estaba la calle Boston.

Hasta que algo raro pasó.

El auto rojo, que ya la había pasado hace varios metros a Sofia, se frenó de golpe.

La Desaparición de Sofia. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora