Padres...

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Capítulo quince

Gia

—¿Cuándo se casan? —me preguntó Karina mientras caminábamos a nuestro salón de clases para nuestro primer día oficial de clases.

Por suerte me había tocado de compañera este último semestre, también Nicolas y por supuesto Esteban y otros compañeros más pero ni recordaba sus nombres.

—¿Quién se va a casar? —le pregunté y se detuvo a mitad del pasillo medio vacío. Íbamos tarde.

—Tú y el super-sexy-ardiente-jugador-León —dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Rodé los ojos—. No hagas esa cosa extraña que haces con los ojos —me reclamó—. Se nota que algo pasa entre ustedes dos pero probablemente son tan tontos como para notarlo así que “Yo la doctora del amor” les daré un empujón y será completamente gratuito. Verás que en un dos por tres habrá buenos resultados…

—Gracias doctora corazón pero no necesito de tus servicios o al menos no con León —me acerqué más a ella para poder susurrarle—; aunque tal vez podrías ayudarme un poco con Esteban.

—Doctora del amor, no Doctora corazón, eso suena estúpido. Como sea, sólo te brindo mis servicios gratuitos con León pero si es con Esteban te cobraré —empezó a caminar por el pasillo dejándome atrás.

—¿Por qué?

Corrí hacia ella para poder alcanzarla ya que caminaba bastante veloz cuando decidía ignorarme un poco.

—Es que con Esteban no siento que haya mucha —movió sus manos en el aire como buscando las palabras, cerró sus manos en puños y asintió—, chispa, eso es justo lo que buscaba. No hay esa chispa entre Esteban y tú como la que percibo entre León y tú. Créeme, cuando estén juntos cuidando a ese niño me lo agradecerás.

—Pero León no me gust… —me quedé callada al terminar de analizar sus palabras, me detuve en medio del pasillo aunque ya estábamos a unos cuantos metros del salón de clases y todo estaba prácticamente vacío pero ahora el llegar tarde no me preocupaba, esperaba haber escuchado mal a Karina. ¿Acaso había dicho “ese niño”?

—Los escuché hablar el día de los horarios, dijeron algo sobre cuidar un niño y ese tipo de cosas. No sé bien los detalles y te lo juro que no necesito saberlos para ayudarte, te considero mi amiga y ten por seguro que no le diré a nadie sobre tu secreto y el de León. Lo prometo —se dibujó una cruz imaginaria con su dedo en su pecho y asintió.

—Gracias —murmuré y ella me sonrió.

—¡Hey niñas! Dense prisa o les pondré retardo —gritó el profesor asomando la cabeza por la puerta entre abierta.

Ambas corrimos hasta llegar al salón.

Las clases fueron normales, las típicas en donde me presento, me conocen, conozco a los demás, hacemos esas promesas que nunca cumplimos, las de entregar los trabajos a tiempo, no dejar todo para última hora etc. los profesores prometen que las clases serán divertidas si todos ponemos de nuestra parte… lo bueno de eso era que no teníamos las clases completas, lo que significaba que no había tarea al menos en los tres primeros días.

La última clase que teníamos era tutoría y muy aburrida por cierto. Nuestro tutor nos hablaba sobre los problemas y dudas que tenemos todos los primeros días de clases. No quise poner atención hasta que escuché la palabra futuro.

—Ahora es cuando más preocupados deben de estar sobre su futuro —dijo el tutor mientras escribía “UNIVERSIDAD=FUTURO” con enormes letras mayúsculas en el pizarrón, no era buena en matemáticas pero estaba segura de que esa operación no estaba bien formulada.

Kiss me, baby (KMB Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora