Capítulo veintiséis
Capítulo final.
León
Salí de la habitación intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Ethan, cerré despacio la puerta y al girarme me encontré con África que también salía de su habitación.
—Buenos días —me dijo con una sonrisa tímida en el rostro. Ella había estado actuando así desde que yo había llegado a vivir a su casa tres meses atrás, de vez en cuando la veía triste cuando me veía llegar con Ethan en las tardes después de la universidad. Cuando hablábamos sólo eran cosas sobre la escuela o su familia, nunca mencionaba nada de mí y mucho menos hablaba de Gia.
Había visto muy pocas veces a Gia en los últimos tres meses sobre todo porque se habían atravesado las vacaciones de fin de año y ella se había ido con su familia a esquiar o algo así me había mencionado, nos hablábamos por las redes sociales e incluso pasamos muchas noches sin dormir para poder hablar un poco más.
África y yo bajamos al primer piso para preparar el desayuno, aunque para ella yo era su "invitado" siempre le ayudaba a hacer cosas en la casa, ya fuese hacer el desayuno, limpiar o ayudar a la pequeña Italia con su tarea. Los dos hermanos de África eran niños con mucha confianza en las personas, eran igual de felices que su hermana y contagiaban la felicidad aun estando en una casa como esa. Qué decir de esa familia, América era una chica que no llegaba a la casa en días y su padre era un hombre que todo el día estaba trabajando, lo poco que sabía de su madre era que se había separado de su esposo y vivía en la ciudad vecina, había dejado a sus hijos al cuidado de una persona que ni siquiera recordaba el nombre correcto de sus hijas. Mi rol en esa casa parecía ser el del padre de ellos, no era broma.
—Necesito irme —dijo África viendo el reloj en la pared—. Iré a despertar a los chicos —empezó a caminar para salir de la cocina pero la detuve.
—No te preocupes por eso ve y arregla tu cabello, yo me encargo de los niños.
África hizo una mueca y fingió temblar.
—Primero, mi cabello ya está peinado —ups—, y segundo no hables así, por un momento pareciste mi esposo.
Reí.
—Lo siento, creo que aún no me acostumbro a esta nueva vida —dije suspirando—. Ya sabes, viví durante más de un año con Gia y nos acostumbramos a hacer las cosas de esta manera, cuando Ethan vivía en el dormitorio ella hacía una parte y yo otra, era nuestra manera de coordinarnos, a veces olvido en donde estoy —terminé hablando para mí mismo pero África asintió.
—Por suerte no tuviste que casarte con la bruja de mi hermana —dijo sonriendo—. Cuando esto acabe podrás volver con Gia sin necesidad de hacer trámites de divorcio y esas cosas que complican la vida.
—Supongo que tienes razón, tuve un poco de suerte en esto.
Ella sonrió de nuevo.
—Te encargo a los chicos —dijo.
Tenía razón, gracias a las cartas que América me había dejado habíamos podido evitar el matrimonio pero aun así debía vivir bajo el mismo techo que ella durante un año, pero por suerte no estaba atado a ella de otra forma.
Cuando África se fue a la universidad, Italia y Cairo ya habían terminado su desayuno y ambos estaban esperándome (por suerte me tocaba entrar a las 9 a.m. a clases). La niña me esperaba porque aún era muy pequeña para ir a la primaria sola y Cairo porque le gustaba encaminarse junto a nosotros hacia la secundaria, durante el camino me hablaba sobre futbol y me pedía consejos para nuevas jugadas. Él tenía 13 años, la misma edad que yo tenía cuando mis padres me adoptaron, me recordaba un poco a mí excepto por el cabello negro y su estatura, a esa edad era bastante alto, apenas lo rebasaba por 10 centímetros o menos.
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Kiss me, baby (KMB Libro #1)
Teen FictionLeón ¿Qué pasaría si un día encuentras una caja fuera de tu puerta con un bebé dentro? Sí. Un bebé. Ah y una nota, la nota es muy importante ya que fue como me enteré de que era padre a los 18 años de edad. Gia Tratar de ser una chica normal en un c...