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02: « Se hombre, Justin »
Acomode todas las compras en la cocina. Excepto los Pringles y una cerveza en lata. Vania esta cocinando, así que me marche de la cocina a escondidas.
—¡Pobre de ti que no comas lo que estoy cocinado por comer otras cosas! —me amenazo.
Solté un bufido, y deje las papas, me había atrapado. Maldición, Justin, intenta ser un buen espía la próxima vez.
Cuando iba a devolver la comida chatarra, escuche el timbre de la puerta y me levante de inmediato.
—¡Negr... Zayn! —me corregí de inmediato al abrir la puerta.
—Idiota —rodó los ojos.
Se me había olvidado que los chicos vendrían hoy, por eso Vania estaba haciendo mucha comida, y yo pensando que me quería engordarme para que nadie más me vea.
Que cursi mis pensamientos.
Hice pasar a mi negro amigo, y los demás no tardaron en llegar. Mi novia se lució cocinando un buen puré de papas con costillas de cerdo, y lo que me fascino fue el postre, fueron ojos de chocolate, juramos que parecían de verdad, hasta James se asusto soltando un grito.
—¿Escucharon las noticias? —pregunto de pronto un emocionado Cody—. Han estado apareciendo payasos, pero no de esos que te hacen reír, más bien tipo como el de la película It.
—¿De verdad?
—¡Yo escuche sobre ello! —hablo Zayn—. Dicen que ahora se encuentran en todos los estados, ¡y llevan armas! La policía asegura que es una broma que se ha salido de control.
—Supongo que las personas corren cuando los ven, ¿no?
—Claro pero solo algunos, hay otros que los enfrentan a golpes o armas. Hermano, esas cosas no son de Dios.
—Claro que no —escuche mi chica—. Y, ¿qué hacen si ven a un payaso, muchachos?
—Fácil, lo golpeo —conteste.
—Yo lo mato —aseguró Cody—. Y luego me tomaría una foto con él, están de muerte.
Al final, todos acordamos que nos enfrentaríamos, son solo payasos con armas, te tiras encimas de ellos y con unos golpes los terminas.
El tema duró casi media hora, sacando miles de planes para enfrentarlos. Aunque, tal vez no suceda. Estamos en un pequeño pueblo, dudo que aparezcan.
Nuevamente, nos acordamos de la fiesta. Esa todo listo para el lunes. ¿Quién lo organiza? Algunos viejos amigos de la preparatoria, así que veremos a uno que otro conocido.
—¡Nos vemos! Y gracias —James fue el último en salir por la puerta.
Corrí hacia la cocina para sacar los Pringles, lo había escondido porque esos malditos todo se lo tragan, y esto era mío.
—¡Sí! —seguido de ello, escuche una carcajada y giré mi cabeza—. Mañana a las cuatro. Nos vemos, Emilia.
Y colgó.
—Siempre he pensando que Emilia es una mala influencia para ti.
Ella se cruzó de brazos por mi comentario.
—Solo porqué te dijo que no saliera contigo la primera vez, no significa que sea mala influencia, ¡supéralo!
—¡Jamás!
—Llevamos siete años juntos, Emilia apoya la relación, dijo que sería madrina nuestro primer hijo, supéralo.
Solté un bufido.
—Bien, bien. Lo superare —sonreí con humor. Me gusta verla de esa manera.
Se que Emilia es buena persona, además, es la mejor amiga de Vania y novia de Cody desde hace un corto tiempo. Pero, siempre me gusta molestar con ese recuerdo, ¡es divertido!
Horas más tardes y tranquilos, nos quedamos viendo la televisión. En las noticias, dieron un especial sobre el caso de los payasos. ¡Gente tonta! No puedo creer que espanten solo para molestar... o quién sabe.
—¿Verdad que son...? —mis palabras quedaron en el aire al verla con los ojos cerrados—. Hora de ir a la cama, ángel.
Apague la televisión.
La coloque y sostuve en mis brazos, mientras subo hacia nuestra habitación. Por suerte, ella se encuentra en pijama, así que se la coloque bajo el cobertor. Mientras tanto, me voy a cambiar... aunque, me da flojera. Así que solo me quede en ropa interior. Y me acosté a su lado.
Le desee las buenas noches aunque seguro no me escucho, cerré los ojos y abrace a mi novia como un oso de peluche, por unos minutos, intente consolidar el sueño pero fue interrumpido por un fuerte sonido, alce mi cabeza de la almohada en busca de ello, y nuevamente sonó algo.
—Cariño... —susurre, pero ella ni se movió. Así que tuve que sacudirla un poco.
—Uh, ¿qué sucede, Justin? —pregunto adormilada.
Cuando estoy por contestar, escuche otro sonido fuerte. Ella de inmediato se impulso sobre la cama y se sentó en esta.
—¿Qué fue eso? —susurro y yo negué espantado—. Baja a ver.
Cuando estaba por asentir, me detuve, ¿quería que baje? Joder, ¿por qué eres así? Ella se dio cuenta de mi rostro y me dio una mirada retadora, nuevamente.
Se hombre, Justin.
Me coloqué los pantalones, y me dirigí hacia la puerta, tome el bate para así poder defenderme, solo espero que no se convierta en Actividad Paranormal.
Si esta casa está embrujada, exijo mi dinero de regreso. Será la peor sorpresa entregada.
Tuve que tomar una gran bocado de airé y baje en silencio por las escaleras. Mirando a todos lados y encendiendo las luces. Busqué en la sala, baño, cocina, despacho, biblioteca, sótano y jardín, ¡pero nada! Entonces, ¿qué sonó?
Nuevamente escuche el ruido y me giré de inmediato... ¡uhg! La ventana esta media abierta y eso ha movido algunos cuadros que se encuentran cerca, haciendo que golpeen la pared.
Una vez solucionado el problema. Marché hacia mi habitación, ¡y yo que me estaba imaginando miles de situaciones de terror sobre el payaso! Pero esa tontería no está aquí.
—¿Y qué era?
—Nada —murmure—. Solo dejamos la ventana abierta y el aire movió los cuadros —volví a quitarme la ropa, y entre en la cama.
Entonces, ella me hizo esa mirada... ¡cielos, sí!
—Oh, está bien —la vi levantarse y una sonrisa se dibujo en su rostro—. Entonces, ya que estamos despiertos... —esa voz sensual.
No dude en aceptar su propuesta de inmediato.
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