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E P Í L O G O
En la noche de Halloween, los niños estaban por todos lados así que se había prohibido ir en auto hasta cierta hora, por lo que salimos temprano, a eso de las seis, cuando había pocos y no podía atropellar a nadie.
¿A quiénes llevaríamos? A Emilia, Cody, Zayn y James, obviamente también Vania quien estaba en el asiento del copiloto mientras los otros estaban atrás, apachurrados.
—¡Cody, nosotros disfrazaremos a nuestros hijos de forma más espeluznante! —chillo Emilia al ver los disfraces de los niños.
Mi amigo simplemente dibujo una cara de asustado, eso de pensar en el futuro no era para él pero Emilia había sido la novia más duradera de Cody, y además, las posibilidades que el bastardo la embarace, son muchas, así que ahí tienen el futuro asegurado.
—¡¿No, Cody?! —insistió ella.
—Sí, cariño... —respondió como si se estuviera ahogado, que dramático.
Vania cubrió su boca, riéndose por la pareja de atrás, y los chicos no lo ocultaron, llevándose un golpe cada uno por parte del rubio.
—¡Ay! No es nuestra culpa —se quejó Zayn.
—Idiotas —contesto de igual manera.
Los chicos siguieron molestándolo, haciendo que hasta Emilia se burlara de su propio novio pero que bah, éramos así.
Y nos esperaba dos horas de viaje.
[...]
Estuvimos llegando un poco tarde de la hora pensada, ¿la razón? Estuvimos buscando un buen lugar para estacionarnos, quería que el auto saliera intacto de todos los demás, cualquier ebrio podría chocarlo.
—Vania, si me pongo muy ebrio, tú conduces —le avise mientras señalaba el auto.
—Se que te pondrás ebrio —me quito las llaves con una sonrisa—. Así que yo llevaré esto, querido.
Ella me conocía tan bien, Vania no era de beber mucho excepto en algunas ocasiones, y se ponía muy divertida cuando eso sucedía, una vez me confesó ebria que ella había sido quien me envió esa nota de amor a mi casillero, durante el instituto pero claro, eso ya lo sabia porque ella ya era mi novia.
Me reí mucho pero fingí sorpresa, al día siguiente le conté y se rio tanto como yo, fue divertido.
La música se escuchaba hasta por la carretera y había tantos autos que no sabía cómo saldrían de ahí, menos mal que el mío lo puse en otro lugar, algo como ocultado.
