Capitulo 3 : ¨Escondidos¨

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Los chicos se encontraban a las afueras del castillo, en la noche con estrellas poco relevantes y la luna llena que marcaba el peligro en el que se encontraban. Sin ningún signo de duda de rechazo, los hermanos se escabullen en el jardín, sin los guardias percatarse de ser vistos. Aunque ya no parecía haber jardín, esta devastado, como pisoteado por una manada de criaturas destructoras y sin corazón.

- ¿Que le habrá pasado a el jardín?, se ve tan pobre de vida - argumenta Anday intentando sanar una flor.

- No lo se - susurra - ¿Por que debería saberlo? - cruza la puerta principal del jardín hasta llegar a una torre -.Ven - lo sigue - esta debe ser la torre de la oficina de Stility.

- ¿Oficina? - Abre los ojos con sorpresa - ¿Desde cuando tiene una oficina?, todo si que ha cambiado.

Los chicos se trepan en la sombra mas amplían que encuentran. Poco a poco avanzan por una liana alrededor del castillo, hasta llegar a una ventana.

- ¡Uff! - Anday cierra los ojos y alza su nariz hacia un lado - huele delicioso, simplemente delicioso -. Esta debe ser la cocina del reino - se asoma sigilosamente por fuera de la ventana.

 Hay una olla con agua hirviendo, algunos condimentos en las repisas, un pastel cercano a la ventana y la puerta abierta con unos guantes colgados por detrás.

- Podemos entrar por aquí - susurra - No hay nadie, pero si un delicioso pastel. - Entra por la ventana  con tensión en los brazos por la fuerza.

- Menudo viaje... Y, ¿ahora que hacemos? - Spartakus cierra la ventana lentamente apoyándose de una mesa para no hacer ningún movimiento brusco repentino

- Bueno... ¿Recuerdas donde quedaba la habitación... - toce - , su oficina? - mira las afueras de la ventana.

- Es que... - sonríe mostrando sus dientes y despeinando su cabello -. Pienso, que TU sabias.

La chica cruza por brazos sobre su pecho, mirando a su hermano de abajo hacia arriba con ligero enojo, y ojos intencionalmente malhumorado, su vestido sucio por la punta de la falda resaltaba por los bordes, con un pañuelo amarrado en el cinturón del centro de su vestimenta.

- Solo sígueme, que esta aquí cerca - sale de la cocina y agachando la cabeza en las sombras.

Recorren el pasillo con gran sigilo, sin tropezar y suben las escaleras marrones, lujosas y con un barandal adornado con una tela de varios colores, describiendo la historia de su vida. Hasta llegar a una puerta extremadamente grande, con detalles blanquecinos en el marco, que era distinta a las de todas las puertas de planta superior, estaba cerrado con seguro, y se escuchan pasos de guardias con armaduras que se chocaban entre si, con ritmo pero fastidioso, en los alrededores:

- ¡¿Ahora que mierda vamos a hacer?! - protesta Anday apurada, mordiéndose los labios y mirando por todos lados.

- Solo es cuestión... - pone su oído en puerta junto con sus manos y cierra los ojos para tener mas concentración.

- Cuestión de que nos atrapen - le responde rápidamente.

Spartakus se echa para atrás y con gran potencia se devuelve para derribar la puerta, se cae y se le queda la mano roja, con astillas entre los dedos, una aura verde sale de el, entra la sala y ven una silueta negra que esta sentada en el sillón mas grande de todo el lugar.

- ¿Que hacen aqui? - la silueta se voltea, se apoya en la mesa y se para, cojee un vaso de cristal transparente y bebe el liquido en su interior.

- ¿No te alegras de vernos? - aclara Anday - , llevamos años sin ver-....

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