" Tal vez para el resto del mundo sólo fuera un simple romance de niños, pero para ellos era algo mucho más grande, algo que ni ellos mismos podían entender completamente."
Las constantes lágrimas iban cayendo lentamente del rostro de la niña. Había huido, quería estar sola. Únicamente ella sentía aquel dolor en su pecho. Nadie más la quería, sólo ella. Y por eso el saber que ya no estaría a su lado le partía su frágil alma.
Podía escucharse el sonido del agua cristalina corriendo a través del pequeño arroyo, ella estaba sentada en el suelo, frente a este, con sus brazos abrazando sus piernas, deseando en su interior que todo aquello fuera sólo una pesadilla y que al despertar pudiera verla de nuevo. Pero el mundo es un lugar realmente muy cruel, en donde el dolor no discrimina, ataca a todos por igual, incluso a una pequeña de 7 años.
Él día parecía que se estaba burlando de ella. Un cielo totalmente despejado con un sol radiante y una temperatura veraniega. Pero a ella no le importaba, no le importaba si se terminaba quemando por culpa de los rayos solares ni que su bello vestido blanco se ensuciara, ella no se movería de ahí. En lo único que podía pensar era en los recuerdos que había vivido junto a ella.
- Las bellas princesas no tienen que llorar- una voz habló amablemente.
- ¿Q-Quién e-eres?...- Pronunció con dificultad, volteando a ver al niño que estaba a su lado.
- Yo, mi querida princesa, soy su leal caballero de brillante armadura que está aquí para rescatarla del castillo embrujado- dijo mientras daba una pequeña reverencia. Este acto hizo que la pequeña para de llorar y comenzara a sonreír suavemente.
- ¿Así que tú eres mi querido caballero?- continuando con el juego, con una leve sonrisa
- Así es princesa, sus deseos son mis órdenes. Dime, ¿qué tengo que hacer para que esas lágrimas se conviertan en risas? Es que no me gusta ver a mi princesa de esa forma- el niño con cabello azulado preguntó mientras se sentaba junto a ella.
- Creo que eso no será posible... no ahora...- la tristeza volvió a invadir su rostro.
- ¿Quieres hablar sobre ese tema?- Ella movió su cabeza en seña de negación.- Si no quieres hablar está bien, lo entiendo. Pero ¿sabes?, mi madre un día me dijo que en esta vida la mejor medicina es la risa- dijo mientras colocaba una mano en la espalda de ella, tratándola de consolar.- Sé que hay veces que uno no puede estar feliz por más que lo deseé, pero creo que si lo dejas salir será mejor para ti.
La niña levantó su rostro y lo vio a los ojos, se podía notar como en estos se veía profunda preocupación. Para la pequeña esto le resultó extraño, ya que era la primera vez que se veían, eran unos completos desconocidos. Y eso fue lo que más le dolió, que un desconocido se preocupara más por ella que su propia familia. Aquel acto que hizo ese niño, provocó que su llanto comenzara nuevamente. Por un impulso, la pequeña se abalanzó hacia su caballero, esto hizo que el niño se sorprendiera mucho pero sin pensarlo dos veces le devolvió el gesto.
- ¡Y-Ya nunca podré verla de nuevo!... Ellos... ellos nunca la quisieron... siempre la odiaron... yo era la única que la quería... era mi única amiga... ahora estoy sola... ¡Sola!- gritaba por momentos, a través de las lágrimas, sobre el pequeño pecho del niño.
- Shhhh tranquila... trata de calmarte un poco...- decía preocupado mientras acariciaba lentamente el cabello azulado de su princesa.- Ahora dime... ¿quién es ella?...- preguntó con gentileza, casi en un susurro, como si con el menor ruido fuerte la pequeña pudiera romperse, como si estuviera hecha de cristal y él tuviera que encargarse de que no se fuera a quebrar, como si él fuera el encargado de protegerla de cualquier cosa.
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Agonía de amor [Pausada]
Fantasy"¿Sabes? Dicen que si le pides un deseo a un ángel, este te lo cumplirá... claro, siempre y cuando puedas pagar el precio. Porque... después de todo... no puedes recibir sin dar algo a cambio..." ----------------- MIL GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS...