Capítulo IX: Extraño sentimiento 2

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---¿Adrienne? ---su voz expresaba una notoria felicidad y sorpresa, ya que no se esperaba encontrar con aquella persona en ese momento.

---Sabía que no podía confundir esa voz con nada ---sin dudarlo ningún instante corrió rápidamente a los brazos de este. Cualquiera que viera la escena podría pensar tranquilamente que era un par de enamorados volviéndose a encontrar luego de un gran tiempo.

Cuando Marín se dio en cuenta de lo que estaba a punto de hacer su amiga entró en pánico. Corrió inmediatamente hacia ella para evitar que se lastimara. Cuando al fin la tuvo en sus brazos ella lo observaba completamente radiante.

---No puede ser... ---dijo con un leve rubor en sus mejilas---; eres muchísimo más bello de lo que imaginé... ---sin poder apartar su vista de él. Marín quedó atónito y por un impulso levantó a la joven por el aire.

---¡Dios mío! ¡Puedes ver! ---su felicidad era absoluta. No podía pedir nada más a la vida. Ya había vuelto a su hogar, su mejor amiga podía ver y el amor de su vida podía estar a su lado. Creía que en cualquier momento podría morir de la felicidad.

Como respuesta a este acto, la joven no hizo más que reír, realmente no podía creer todo lo que estaba pasando. Era sin dudas mágico.

---Pero... ¿cómo? ---aún sin lograr entenderlo.

---Pudieron conseguir un donante compatible y me operaron. Por suerte todo salió a la perfección ---sin dejar de sonreír.

---Realmente me alegro tanto por ti ---mostrándole un cálida sonrisa--- Mira Adri, ella es la chica de la que tanto te habl... ---paró cuando no pudo encontrarla. La joven rubia trató de verla con la vista pero era inútil ya que no tenía idea de cómo era---. Lo siento Adri... pero tengo que irme. Luego seguimos hablando ---. Sin dejar que ella se despidiera, salió casi corriendo del lugar. Estaba entrando en pánico. ¿En dónde podía estar su princesa?

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---Ya sé Tikki, sé que no debí haber salido así... pero no podía dejar que ella me viera... ---suspiró pesadamente---. ¿Cómo iba siquiera a pensar de que podían ser la misma persona?

---Tienes razón, pero podrías haberle dicho a Marín que tenías que irte o algo así y no salir corriendo de la forma que lo hiciste ---con mirada acusadora.

---Lo sé, lo sé... pero... ¡Entré en pánico! ---sujetando su cabeza--- ¿O acaso pensaste en lo que diría si me hubiera visto? Algo como: "oh Marinette, ¿cómo estás? ¡Cuánto tiempo! Por cierto, gracias de nuevo por mi deseo" ---en tono irónico---. ¿Es que no recuerdas que la pobre casi se muere cuando me vio por primera vez? Si hubiera dicho algo en ese momento podría haber quedado al descubierto mi identidad, y ni tú ni yo queremos eso.

Tikki le dio la razón, ese era un buen punto. En ese instante aún seguían dentro del parque, pero en una zona más alejada de donde su caballero estaba. Había habilitado su magia para poder hablar tranquilamente con Tikki sin que nadie las viera.

Marinette suspiró profundamente, todo eso era muy complicado. Volvió a su rostro sin expresión, sin reflejar ningún sentimiento. El único que podía lograr que sus emociones y sentimientos salieran a flote era Marín y sin él en el medio volvía a su rostro habitual.

---Creo que tendremos que volver otro día... ---dijo sabiendo que su caballero aún seguía muy entretenido con su amiga.

---¿Por qué otro día si podemos disfrutar de este instante? ---una cálida voz se escuchó detrás suyo.

En ese instante el ángel se paró en seco al escucharlo. Tal vez era su imaginación, tal vez le hablaba a alguien más. Era imposible que aquellas palabras fueran para ella.

---¿Qué dice señorita? ---estendiéndole la mano para que ella la tomara---. ¿Acepta la invitación de este humilde caballero? Porque yo creo que no debo de dejar a una jovencita como usted para que ande por aquí sola ---una hermosa y cálida sonrisa fue lo que recibió Marinette de parte de aquel desconocido que la observaba con una mirada penetrante.

La azabache no sabía qué hacer, aún no podía salir de su asombro. Era prácticamente imposible que él pudiera verla usando la magia. Tan sólo Marín podía hacerlo. En un acto de desesperación la deshabilitó para que los demás que pasaran no pensaran que aquel joven le estaba hablando a la nada.

---De acuerdo, ya que no he recibido un no como respuesta, entenderé que desea aceptar mí invitación. ¿Qué le parece si tomamos algo en la cafetería del parque? Luego si desea podemos subirnos a algunas de las atracciones ---el bello joven continuaba conversando con ella hasta que Marinette reaccionó a aquello que le pedía.

---Lo lamento, pero no puedo aceptar su invitación ---siendo lo más amable posible. No tenía motivo alguno para tratarlo mal.

---Vamos, no seas así, te prometo que no muerdo... claro... si tú no quieres... ---dijo acercándose peligrosamente a ella. Marinette aún seguía sin inmutarse, si el joven frente suyo llegaba a sobrepasarse con ella no ya no iba a imaginar qué podría ser el infierno porque ella misma se lo mostraría.

---La joven dijo que no ---una voz sumamente seria se dejó escuchar, interrumpiendo al joven misterioso---. ¿O es que no escucharte hermanito?... ---en los ojos de Marín se reflejaba una profunda ira.

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2018 ⏰

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