Dulce como la miel. [XiuHan Finalizado ]

Rojo Sangre.

Do KyungSoo era un chico jóven de apariencia seria y ojos que en cualquier momento te podían fulminar. Aún con la aparente frialdad que él transmitía, su corazón constantemente buscaba el cariño y amor que tanto necesitaba para sentirse vivo, y es que lo único con lo que no podía lidiar él, era hayarse solo.

Cuando interrumpió a MinSeok se sintió más que culpable, porque al fin él había encontrado el amor de su vida que lo pudiese guiar por el túnel gris que últimamente Seok consideraba como vida, para sacarlo de ahí y al fin, en definitiva comenzar a disfrutar de lo mundano.

Pero KyungSoo no era egoísta, o eso quería creer cuando su novio le mandó un mensaje diciendo que ya no soportaba sus constantes celos y su obsesión. Después de 8 meses de relación, Do KyungSoo quedó solo y olvidado, tachado por algo que, muy en su interior, sabía que era.

Y no es que ChanYeol le diese motivos para estar celoso, sabía que su ahora ex era un chico que constantemente necesitaba llamar la atención y hacer a la gente reír, solo que siendo Soo un posesivo, no toleraba al amigo de Yeol con complejo de “mala perra” como él siempre lo denominaba.

Por dentro, KyungSoo estaba enfermando, triste y débil y a la vez con la valentía y fuerza suficiente como para ir donde ChanYeol, golpearlo y obligar a ese gigante injusto a que se mantuviera a su lado. Lo haría, de no ser porque quizás, solo quizás, muy en su interior una voz susurraba que así está bien, dejar las cosas fluir.

Llevaba ya tres horas comiendo de un bote de helado que no tenía fin, y su mejor amigo Seok se encargaba de tranquilizarlo y subirle el humor de una manera efectiva, la que sólo él sabía que funcionaría.

—Deberías comenzar a ir de citas. Conocerás a la persona indicada y esta vez, nada fallará.

MinSeok era consciente de la problemática personalidad de KyungSoo y sus constantes celos. Él estuvo presente la mayoría de casos en los que su mejor amigo le cogía sin permiso el móvil a sus ex, y con total descaro, revisaba cada una de sus conversaciones y bloqueaba a los que debía bloquear.

Aun siendo un obsesivo, KyungSoo era extremadamente cariñoso, amoroso y sobre todo dedicado.
Su amor por la cocina fue lo que a MinSeok le llamó la atención a la hora de contratarlo, pues tenía tanto amor para regalar que lo manifestaba en cada uno de sus platillos.

Otra manera de gastar la herencia que sus padres le dejaron al morir, esos millones que no necesitaba, era comprándole regalos a sus parejas. El último regalo que compró,  fue cuando echó de casa  a Baekhyun por puros celos, interrumpiendo la partida de Yeol y la “mala perra”, ese regalo fue un coche que le costó miles y miles, y ChanYeol, con gusto aceptó.

Ahora que lo pensaba, quizás todos se acercaban a él sólo por su dinero. Quizás, él siempre se quedaría solo en un mundo que no sabía como vivir.

De nuevo MinSeok comenzó a ponerse nervioso al ver las lágrimas de su KyungSoo…  Se le partía el corazón y dolía demasiado, tanto que en algún momento, fingió llorar, ganándose varias risas de KyungSoo y al fin consiguiendo subirle el humor.

***

Los días pasaban y LuHan cada vez echaba más en falta a su dulce ángel. Deseaba todo de él, pero como único consuelo solo lograba recibir un par de mensajes al día, entre ellos uno largo que decía lo ocupado que estaba buscándole a KyungSoo novio y consolándolo, junto con varios asuntos importantes

¿Era justo no poder ver a su ángel por un bajito mimado que se creía que Seok trabajaba para él?

Los celos le cegaron, y de estar cortando las cebollas en su cocina, pasó a degollarlas y torturarlas, con la imagen de KyungSoo en su cabeza.
Sí que salían lágrimas por el olor fuerte a cebollas, pero últimamente para subsistir, debía cocinarse a sí mismo.
Sonrió al fin cuando notó a Tom pasar por sus piernas y con delicadeza, acariciar con su cola peluda y naranja. Amaba a Tom, amaba a Zhu. Amaba a MinSeok y sus ojos gatunos.
¡Era tan injusto!