Pesadilla

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Todo es oscuro, solo se escuchan gritos y gemidos de dolor, los sollozos desesperado de una niña se escuchan por todo el lugar, de repente se siente como si viera el mundo desde el cielo y observa las imágenes aterradoras de miles de hombres al rededor de lo que parece el cuerpo destrozado de una niña, todo se vuelve oscuro, se escuchan risas descaradas y estruendos de botellas impactando contra el piso, de repente se siente cada vez más pesada como si estuviera cargando miles de bloques de cemento sobre sus hombros, de un minutos a otro una luz cegadora provoca que su vista de nuble de nuevo, ya no se escuchan gritos ni sollozos desesperados, solo el leve pitido sincronizado de una maquina aparte de eso solo hay silencio total, Maggie abre de golpe sus ojos y de este brotan lagrimas casi de inmediato, ella cierra sus ojos y luego los abre lentamente para así acostumbrarse a la poca luz que ilumina la sombría habitación, cuando ya se ha acostumbrado voltea su cabeza para observar la habitación en la que ha estado un largo tiempo, ella no sabe cuánto ya que ha perdido la noción del tiempo, se incorpora lentamente sentada en la camilla, aun duele su espalda y articulaciones, sin embargo los moretones y hematomas ya se están secando y curando, la enferma le aseguro a Maggie el otro día que poco tiempo todo desaparecería y así ella por fin podría ver su verdadero rostro.

Ella mueve sus manos tratando de apartar la delgada funda que cubre su cuerpo, cuando hace esto lentamente baja sus pies al helado piso de cerámica pulida de la habitación, ella ignora el frio que se filtra por su piel y se levanta lentamente, nota que aun una pequeña lagrima baja por su mejilla y ella la limpia rápidamente con el dorso de su mano, da un par de pasos cortos y toma el vaso de vidrio que contiene agua de la mesita de noche que está al lado de su camilla, en esta mesita también reposa un pequeño plato de porcelana con dos pastillas en el, ella también toma las pastillas y las introduce a su boca para después pasarlas enteras por su garganta con ayuda del agua.

Ella se sienta de nuevo en la camilla y parece recordar algo importante, empieza a buscar por alrededor de la camilla aquel oso de peluche que les trajeron sus amigos el otro día, pero no lo encuentra se levanta precipitadamente y esto provoca que se desequilibre y de un traspié sin embargo logra recuperar el equilibrio de inmediato, rodea la camilla viendo al suelo y hay esta, tirado en el piso, sigue igual a como se lo trajeron, lo había cuidado como un tesoro lo abrazaba cada noche y le contaba sus pensamientos como si este pudiese escucharla, ella deseaba que ellos volvieran, pasar el rato junto a ellos como la ultima vez, hablar y contarles las increíbles cosas que ha descubierto, ella quiere volver a probar ese dulce intenso sobre sus labios y no habla de las golosinas, si no de las mejillas de los chicos, de sus hermosas miradas y su manera de hacerla sonreír. ella se pone de cuclillas en el suelo y lo toma luego lo pone contra su pecho y lo abraza fuerte, ella se levanta y se sienta de nuevo en la camilla aun con el oso de peluche en sus brazos, el sonido de la puerta siendo abierta hace que ella voltee a ver de quien se trata, esta se abre con lentitud y una cabeza se asoma por esta, ella sonríe con euforia al ver de quien se trataba, su cabello rubio brillaba con intensidad y su sonrisa adornaba sus hermosas fracciones, esta persona se adentro a la habitación con una bandeja en sus manos.

-buenos días Maggie...

q}+ lo se super corto....pero las deje en suspenso e.e 

La mascota de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora