Empezar de nuevo

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Narra Maggie

-puedo tomar su orden señor?

-solo tomare un café por favor- sonrió amablemente y voy a dejar el pedido en el mostrador, después de un par de días asimilando mis opciones descubrí que no tengo mucho que hacer o trabajo o me quedo en casa tentada a intentar de nuevo abrir esa puerta pero hice una promesa a Gigi así que aquí estoy, empecé apenas ayer y bueno no es tan malo creo que podre vivir con esto

-Maggie cariño aquí está el café de la 3 - me dice muy tierna la señora Lookpens

-crees que puedas prepararme uno también? -ella me mira sorprendida

-te gusta el café?

-no, si bueno no se las personas aquí lo piden mucho solo tengo curiosidad

-claro mi niña pero ahora ve y llévale el café al señor antes de que se enfrié- yo solo asiento con la cabeza y me apresuro a llevar el café, llegue con éxito sin embargo cuando iba a ponerlo sobre la mesa el pequeño plato de la taza se resbalo en mis dedos tumbando el café sobre el traje del señor

-oh mierd* - yo lo había quemado y el estaba furioso por eso por supuesto

-yo lo lamento fue un accidente, yo no quería- el hizo un gesto de con la mano para que me callara y me sonrió con simpatía

-descuida se que eres nueva solo tráeme unas servilletas - sin pensarlo corro y tomo muchas servilletas del mostrador, cuando llegue se las di y el empezó a secar un poco la mancha

-lo lamento de verdad

-descuida fue un accidente -enseguida mis nervios se calmaron y entonces recordé lo que dijo

-como usted sabe que soy nueva?

-siempre vengo por mi café aquí, bueno no siempre hace dos semanas exactamente y detalle que llegaste ayer ¿eres nieta de los viejos Lookpens?- aquí vamos era exactamente este tipo de preguntas incomodas a las que les temía ¿qué debo responder? en realidad soy una huérfana que casi muere y ellos por lastima me adoptaron

-soy conocida...- el solo frunce el seño, le calculo unos 40 años es de tez morena con cabello negro y ojos grises, delgado con hombros gruesos, muy aseado se nota por su traje muy elegante y caro que es alguien importante, diablos arruine un traje elegante y caro que probablemente ni trabajando un año aquí podría pagar

-oh!- es todo lo que dijo y entonces yo me retire, lo siguiente que vi es como se quito el saco dejando ver su camisa azul claro manga larga por suerte esta no se había manchado, se levanto y ágilmente y con mucha elegancia se retiro del restaurant ¡genial! perdí un cliente y el dinero de un café, sé que no me lo cobraran pero me siento mal por eso así que lo mínimo que pude hacer fue ir a la mesa para limpiar el desastre que yo misma cause, con un trapo húmedo limpie los restos del café entonces vi el dinero que reposaba sobre la canastilla de pan, si pago el café y también me dejo cinco dólares de propina a pesar de que arruine su costoso traje, suspire aliviada gracias a Dios fue este hombre amable a quien le derrame el café y no a un idiota que haya hecho un escándalo

-Creo que aun se te da bien esto de ser camarera - me dice la señora Lookpens con una sonrisa al ver que me había dejado propina

-derrame el café en su traje - dije con fatiga, ella alzo sus cejas

-derramaste el café en el traje del Doctor Arthur? -no sabía su apellido pero supuse que era el así que solo asentí triste -pues entonces le agradaste mucho porque aun así te ha dejado propina

-si bueno igual creo que me iría mejor en la caja registradora, creo que a ti se te da mejor esto de atender - la señora Lookpens hasta ahora se encargaba de las ordenes y la caja registradora mientras el señor Lookpens se encargaba de cocinar los pedidos de los comensales, era un restaurant pequeño pero muy agradable y las personas venían seguido aunque han dicho que en la calle de al frente abrirán un Starbucks eso ha mantenido a los señores Lookpens preocupados pero yo creo que las personas seguirán viniendo aquí nada puede remplazar la comida hogareña y las sonrisas llenas de dulzura de la señora Lookpens.

La mascota de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora