Capítulo 4b

124 25 10
                                    

Lugar desconocido
Narra Niara

Bueno... ¿qué te ha parecido el juego? A mi me ha gustado bastante.
Creo que deberíamos ir a ver a los amigos de los ositos. Al fin de cuentas, ellos también necesitaran unas armas especiales para poder defenderse de los seres de mi mundo. He buscado unas muy especificas para ellos que, estoy segura, les van como anillo al dedo.

La última vez que los vimos estaban en un callejón, ¿no? Bien, veamos si siguen ahí.

Oook... parece ser que ya se han ido. En fin, supongo que no podían quedarse toda la noche en un mugriento y húmedo callejón.

¡Jeje! Dame un momentito para que ajuste esto y seamos capaces de encontrarlos.

******
Umm... esta es la casa del conejo dorado. ¿Cómo se llamaba?... ¡A si! ¡Springtrap! Aunque creo que él no está en casa, a saber donde andará.
El zorrito está en la cocina haciendo vete a saber que, creo que está intentando preparar unos tes o algo así. Ciertamente, no creo que exista alguien que los prepare mejor que el Sombrerero. La polluela está adormilada sobre el viejo sofá, en cualquier momento se ira de viaje al País de los Sueños. El osito dorado si que se ha dormido o, al menos, eso parece.
No creo que vayan a salir de casa de forma voluntaria, después de lo ocurrido ayer no creo que tengan intención de ir a ninguna parte.

Creo que debería empezar a prepararlo todo. Esta vez no creo que sea posible usar una chispina para atraerlos hasta la puerta, y tampoco puedo llevarlos yo porque harán demasiadas preguntas... ¡Ahg! Esto me va a dar buenos quebraderos de cabeza...

A no ser... Dime, ¿sabes si aquí tienen una bañera?
...
¿Si? Perfecto, ya se como voy a hacerlo.

Me voy ya. Puede que esta vez tarde un poco más. Ya sabes donde está todo por si tienes hambre o sed, ¡diviertete!

******
Casa de Springtrap
Narración normal

Foxy dejó las tres infusiones, que acababa de preparar, sobre la vieja mesa del salón. Tanto Springtrap como Mangle habían salido, por lo que en aquella casa solo quedaban él y sus dos amigos.

Chica se levantó del sofá en cuanto escuchó los pasos de Foxy aproximándose.

-Bonnie no responde mis mensajes. Parece que no se conecta desde ayer por la tarde.- La voz de la adolescente estaba teñida de angustia.

-Ya sabes como es. Seguro que se encuentra bien.- Aunque el pelirrojo trato de sonar despreocupado, lo cierto es que a él también le preocupaba no tener noticia alguna de su amigo pelimorado.

La rubia suspiró y bajó la cabeza, parecía que en cualquier momento empezaría a llorar de nuevo. El de ojos amarillos se acercó a ella y, sin decir nada, la abrazó con fuerza. Ella correspondió el abrazo casi inmediatamente.
Se quedaron así un rato, sin decir nada, sin hacer nada más.

El ambiente del cuarto era pesado, la tristeza que había en sus corazones la llenaba como una espesa y densa niebla, que tan solo ellos podían sentir.

Pasado un rato, ambos jóvenes se separaron y se sentaron en el sofá. Golden, finalmente, despertó, aunque su animo también se encontraba por los suelos.

-Buenos días, colega.- Le saludo Foxy, aunque sin mucho animo. El rubio de ojos grises le devolvió el gesto. Chica esbozó una sonrisa imperceptible, se alegraba de que, al menos,esos dos se estuvieran llevando mejor.

El silencio de la habitación solo era roto por el ruido de las agujas del reloj. Al menos durante un rato.
Del piso superior se escuchaba el sonido del agua correr, parecía que alguien hubiera abierto el grifo de la bañera al máximo.

-¿Hay alguien más aquí?- Preguntó Golden, algo nervioso.

-No...- Respondió el pelirrojo, visiblemente tenso. ¿Quién se había colado en su casa?

-Emm... ¿subimos a ver que pasa?- La rubia trataba de que su voz sonara con una seguridad que no tenía.

Los tres adolescentes se habían desplazado hasta la base de las escaleras que daban al piso superior. Ahora era evidente que el grifo no solo estaba abierto, sino que también el desagüe tenía que estar obstruido, puesto que el agua se filtraba por debajo de la puerta.
Se armaron de valor y empezaron a subir las escaleras. Con cada paso que daban sonaba el característico chapoteo, producido por el agua que no paraba de fluir desde aquel baño.

Cuando finalmente estuvieron delante de aquella puerta, la duda y el miedo los invadieron. ¿No sería mejor idea llamar a la policía? ¡Era lo más lógico! Sin embargo, y antes de que hicieran ningún movimiento, la puerta se abrió, permitiendo ver un curioso detalle: el agua que había en la bañera no era transparente, sino de un tono verdoso, como si fuera de un estaque. Además, en el borde de la bañera estaban apoyados tres objetos: un cuchillo de cocina de gran tamaño con la hoja extrañamente decorada, un caballito de palo con los ojos de un refulgente color rojo y las crines negras como el carbón, y una tetera de hierro bruñido que también poseía una extraña decoración.

Sin saber muy bien porque, Golden tomó el cuchillo, Foxy el caballito y Chica la tetera. Los tres le estaban dando la espalda a la puerta.

Una voz se escuchó tras los adolescentes. -El oso dorado es todo un caballero, por tanto, le corresponde una espada. ¿Existe alguna mejor que la espada de Vorpal?- Los tres se giraron al mismo tiempo, encontrándose con una joven de cabello púrpura, la cual, continuó hablando. -El zorro, aunque sea un pirata, merece un caballo, aunque este sea de madera. Y la linda gallinita... ten cuidado, el té muy caliente puede ser peligroso.- Hizo una pequeña pausa. -Los ositos os necesitan ahora mismo.-

Los jóvenes miraron sorprendidos. La extraña muchacha que tenían ante sus ojos. Ella tan solo sonreía.
Antes de que ninguno de ellos pudiera decir nada, una fuerza desconocida los empujó al interior de la bañera.

La joven de cabello morado empezó a disolverse en el aire, siendo lo último visible de ella una prepotente sonrisa, que desapareció instantes después. No quedó rastro alguno de su presencia en aquel cuarto.

******
Lago de los juguetes
Narra Chica

Frío. Aquello era lo único que era capaz de sentir. Aquella agua tan fría en la que nos encontrábamos inmersos.
Al abrir los ojos pude ver, con cierta dificultad, a Golden y a Foxy. Ambos parecían estar bien.
Notaba como la falta de aire empezaba a hacerse presente, me quemaban los pulmones. Una leve luz por encima de nosotros nos guió hasta la superficie.

Después de lograr calmar nuestras respiraciones, nos fijamos mejor en el lugar en el cual nos encontrábamos: un lago rodeado de casitas de muñecas.

-¿Donde estamos?- Las palabras de Golden materializaron nuestros pensamientos.

******
Palabras: 1127

Traped in Wonderland (#FNAFHS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora