Tres años y que puedo decir, no ha cambiado el hecho de que me miran con desprecio, pasan los días en los que no puedes decir ni una palabra, que si te gusta alguien bueno tiene que ser un secreto, si alguien te rompió el corazón, bien por ti llora en silencio.
Días como hoy, grises, me preguntan por qué, porque les llegó la contraria, y brillante idea fue contestar que no podía cambiar, brillante ya que en el instante en el que acabe la frase me tacharon de ser una persona que hacía lo que hacía solo por rebeldía, porque yo había elegido ser una aberración.
Pero no puedo cambiar, lo he intentado, intente ignorar el hecho de que soy gay pero solo me generaba más dolor, día a día luchaba contra mí misma y es agotador, sus palabras duelen pero duele más el hecho de ser tu propio enemigo, la verdadera violencia radica cuando nos negamos a ser nosotros mismos, no te agaches siempre mantén la frente en alto.Siempre habrá alguien que no te acepte pero habrá más que te apoyen
