VII

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Home, sweet, Home


Phoenix

La sala de espera se encontraba silenciosa si sacaban el ruido de las teclas al pulsarla de las cinco personas que se encontraban ahí, entre ellas, las de Gehenna Ainswort, quien arreglaba la reinscripción de Phoenix y Aaron Ainswort quien se encargaba de ordenar la formación del equipo empresarial en ausencia de ambos dueños.

Mientras, la más joven del clan, se mantenía alejada de sus padres y con el celular en su oído, intentaba contactar a su novio. — Vamos Scott, contesta— murmuró marcando su número por décima vez pero igual que las veces anteriores, no recibió respuesta.

Phoenix retiene una maldición y busca a su otra opción en marcación rápida. Quien para su suerte, atiende a cuarto tono.

¿Pho?— dice confundido por tan repentina llamada.

¡Stiles, hola!— exclama feliz— qué bueno que me hayas contestado. — dice feliz aunque su felicidad se ve interrumpida por la interferencia que se escucha del otro lado, supone que Stiles quizás esté haciendo alguna travesura en el bosque. — Oye, quería decirte que hubo un...— su frase se ve interrumpida por el joven.

¿Qué?, Pho no te entiendo— dice confundido.

Estoy en el aeropuerto—habla lento y claro con la esperanza de que sea entendible para su amigo.

¿Do-don qu-que...— la interferencia es peor, la voz de su amigo se oye entrecortado y por lo que logra entender, no escucho nada de lo que intento decirle.

Phoenix maldice mentalmente a la pobre cobertura de Beacon Hills—Estoy volviendo a Beacon, ¿entendiste?— le repite fuerte y claro pero la llamada se corta y se queda sin respuesta.

Phoenix aleja el celular de su oreja y lo bloquea mientras deja escapar un suspiro. Toma su mochila de mano y se dirige a sus padres quienes ya estaban levantándose, listo para abordar.

Luego de la conversación donde le revelaron su procedencia ¿maldita? Phoenix se tomó su tiempo para poder analizarlo a profundidad y ver si tenía que llamar a un psiquiatra para sus padres o quizás realmente todo era verdad. Claramente la rubia se fue por la segunda opción, así que como preparación de antemano, ambos adultos creyeron que una preparación mental seria lo correcto así que ahí estaba Phoenix, resguardando en su mochila un libro, que según su madre era uno de los tantos tomos oscuros que contenía los rituales más complicados, oscuros y peligrosos de todo el mundo, aunque obvio, el primero que tenía era el primero así que el conjuro más peligroso que tenía era un escudo espejo, si, Phoenix todavía estaba trabajando en eso. Aunque para sorpresa de todos, entendió y logro realizar bastante rápidos los de sanación, para alivio de sus padres.
Lejos de eso, Phoenix creía que todo era genial, ella era como una especie de demonio, que quien sabe que podía llegar a hacer. Además de que también era una cazadora y por fin podría perfeccionar el arte del arco y flecha. Se sentía como una combinación de Hades y Apolo, cosa que le encantaba.

Luego, perfeccionaría su entrenamiento físico con ayuda de su padre, pero eso ya sería en la comodidad de su gimnasio en su casa de Beacon.

— De acuerdo— exclamó Gehenna cerrando su laptop. — Terminé de arreglar los papeles de reinscripción, mañana mismo comienzas nuevamente. — Phoenix simplemente asintió, no crearía un berrinche con eso, no con el ceño fruncido de su madre, donde dejaba ver claramente que la idea de volver seguía sin agradarle del todo.

— El avión está listo, podemos ir marchando— dice Aaron a sus dos chicas. Gehenna asiente y toma su bolso rápidamente mientras se coloca sus gafas y camina en dirección a la puerta de abordaje sin mirar a los otros dos quienes a sus espaldas comparten una mirada antes de reír levemente para no alterar más a la platinada—¿Estás bien? — pregunta acariciando el hombro derecho de su pequeña luz.

— Sí— le responde con una gran sonrisa— aún un poco sorprendida por todo, pero lista— aclara, él le devuelve la sonrisa y tomando su chaqueta caminan juntos.

{...}

Beacon Hills, California.

10 horas de vuelo después.

01.35 AM

El hogar Ainswort se encontraba en completo silencio hasta que es interrumpido por una cerradura sonando por todos los rincones del hogar, las luces de la entrada son encendidas y los tres dueños aparecen, siendo recibidos calurosamente por su hogar al sentir como el peso de los hombros de las tres personas se desvanece al pisar nuevamente el lugar, al igual que aparece esa sensación de comodidad y tranquilidad en los tres.

— Ahora si hogar, dulce hogar— dice Phoenix extendiendo los brazos hacia las escaleras, mientras una gran sonrisa se extendía en su rostro pese al cansancio en sus ojos.

— Siendo sincera, extrañaba esta casa— confiesa Gehenna observando con cariño los retratos, como si fuera la primera vez.

Phoenix bosteza, quita sus zapatos y tomándolos con su mano derecha mientras que con la izquierda toma su mochila, se despide de sus padres, prometiendo mañana subir su equipaje.

— No olvides que mañana tienesescuela— le grita su madre ya cuando esta estaba a medio camino en las escaleras,Phoenix solo gruñe y murmura maldiciones en voz baja.

—Escuela...— bufa la palabra, cerrando su habitación de una patada.— debería ser ilegal mandarme mañana— lanza su bolso a uno de los sillones y al armario para sacar una camiseta dos tallas más grandes que sabe que es de Scott, se quita el resto y luego se la coloca, camina al baño y cepilla sus dientes para luego apagar todo dejándola completamente en la oscuridad mientras camina a la cama, siendo, la luna grande y brillante la única testigo de eso mientras alumbra levemente su habitación.





Bueno, Phoenix finalmente volvió a casa, ahora si se pudre todo gente, primer aviso.

Si no me duermo, actualizo en un par de horas, cualquier cosa antes que hacer el tp de semiología, me dan ganas de llorar de solo verlo...


✖Hey_it's_Mica✖

𝙍𝙀𝙎𝙄𝙇𝙄𝙀𝙉𝘾𝙄𝘼 || TEEN WOLF¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora