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Presentaciones y pastillas

Phoenix:


Un nuevo día se alzaba en Beacon Hills y desde la noticia de la mitad del cuerpo de una chica en el bosque cada día algo ocurría y ese no iba a ser la excepción.

Durante la mañana, antes de entrar en clases los pasillos de Beacon Hills High School estaban abarrotados de adolescentes y todos tenían la misma conversación, la noche anterior, Lydia Martin y Jackson Whittemore habían sido atacados por el león de montaña mientras estaban en un video club.

Los rumores corrían velozmente por los pasillos, algunos dicen que Jackson luchó contra él, otros dicen que Lydia salió lastimada, la mayoría de las mujeres creía que había sido al revés, pero todo quedaba en eso, simples rumores.

Phoenix había recibido una llamada alrededor de las doce de la noche por parte de Natalie Martin contándole lo ocurrido y si podía ir a su casa debido a un ataque de ansiedad de la rubio fresa, claramente no tuvo que volver a repetirlo y en diez minutos la platinada estaba tomando suavemente las manos de su mejor amiga para calmarla. Ambas adolescentes se quedaron dormidas juntas y en la mañana decidieron ausentarse por ese día a la escuela.

Phoenix se retiró con la excusa de ir a comprar bombones para su amiga quien asintió con una sonrisa exigiéndole que regresara lo más pronto posible.

La platinada pasó por su casa a cambiarse el conjunto que tenía puesto, saludar a sus padres y salir nuevamente en la búsqueda de bombones, claramente no esperaba cruzarse con el estacionamiento de la escuela y mucho menos buscar a esa persona, lo intentó, intentó no dejar que sus sentimientos la controlaran pero cuando reaccionó ya era demasiado tarde, ya estaba caminando por los pasillos de la escuela.

Los adolescentes volteaban a verla inconscientemente, Phoenix los ignoraba cruelmente mientras buscaba una cabellera pelinegra que finalmente localizó junto a un casillero un poco lejos de la multitud.

Mientras, inconsciente de quien la observaba, Allison guardaba lentamente sus libros donde podía acomodando también los globos no podía sacarse la preocupación de encima por sus amigos, había intentado llamar a Lydia pero la rubio fresa no devolvía sus llamadas, no hasta unos cinco minutos atrás donde recibió un mensaje diciéndole que estaba bien y que necesitaba descansar.

Su casillero se cerró violentamente logrando y que apenas tuviera suerte en retirar su mano, la pelinegra sobresaltada observo la mano apoyada contra su casillero ya cerrado, una mano pálida, sin ninguna imperfección ni anillo, solo en su muñeca una pulsera de plata fina y sin ningún accesorio, Allison siguió volteando hasta encontrarse con la mirada afilada que la observaba con un pequeño brillo travieso en sus ojos, brillo que de extraña manera combinaba con la pequeña sonrisa de costado que portaba Phoenix Ainswort

Allison la reconoció al instante mientras su corazón de aceleraba por los nervios, rápidamente le dio un vistazo a la esbelta figura de la chica antes de volver a su rostro que ensanchó su sonrisa mientras levantaba una ceja.

La había descubierto.

— Tú debes ser Allison— habló o más bien ronroneo en el oído de Allison tal como si fuera un felino tentando a su presa, alertándola, provocándole miedo antes de atacarla.

Allison simplemente la miró sin poder pronunciar palabra.

— Ay no, que descortés de mi parte al no presentarme primero. — dijo la platinada acercándose más a la pelinegra— Soy Phoenix Ainswort aunque, bueno... tú debes conocerme como la novia del chico con el que te besas por los pasillos— dijo e inclinó la cabeza pareciendo un ángel.
Pero ambas lo sabían, ella era una fiera, una depredadora y Allison era su nueva presa.

𝙍𝙀𝙎𝙄𝙇𝙄𝙀𝙉𝘾𝙄𝘼 || TEEN WOLF¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora