El limite de la cordura

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Nunca antes había sentido esa horrible sensación nauseabunda de querer vomitar, esa escena fue perturbadora para los tres, Teresa intentaba seguir avanzando, pero el shock le impedía si quiera mover un dedo, menos podría mover las piernas, aquello era demasiado impactante, un joven de su edad, simplemente tirado, inerte, desangrándose... Simplemente muerto. Lucille estaba aferrada al brazo izquierdo de Teresa llorando, impactada por la situación, Leao, impotente, tomo a Teresa del brazo derecho y la jalo para que avanzaran ambas chicas. Todos los demás, eran obligados a avanzar por "los guardias". Al llegar a la zona de dormitorios el chico fue separado de las chicas aun temerosas de su propio destino.

Esa noche, tal como habían avisado antes, fueron por cada uno para llevarlos a sus respectivas aulas, en el camino, Teresa diviso a un rostro familiar,con un bello semblante serio y furioso al mismo tiempo, un joven de cabello oscuro, largo, lacio y un buen formado cuerpo de forma atlética, era Leao. En silencio entraron a lo que seria su salón y a propósito ella busco sentarse junto a el. Cuando decidió que era buen momento para dirigirle la palabra, el mismo hombre que les dio el discurso hace unas horas se hizo presente.

-Espero hayan tenido suficiente descanso jóvenes, ya que aquí trabajaremos de forma diferente a la que están acostumbrados. Muchos han de preguntarse por que estudiaremos de noche, la respuesta es simple: el clima. Con el azotador sol de medio día no serian capaces siquiera de concentrarse en algo mínimo,en cambio el fresco clima nocturno es perfecto para cualquier tipo de adiestramiento, su concentración sera perfecta para todo, bien jóvenes, bienvenidos a su nuevo estilo de vida-

Dicho esto, todos decidieron olvidar lo que había sucedido antes, no se comento nada, pero tampoco quisieron preguntar por miedo a sufrir el mismo final que el chico anterior, simplemente decidieron continuar con sus vidas.

Así pasaron los días, meses y años, los chicos estaban tan ocupados con sus clases y entrenamientos que no les quedaba tiempo si quiera de preocupaciones, incluso había quienes ya habían decidido que hacer con su vida. Teresa era una de ellas. Sus días con Leao y Lucille eran buenos, a pesar de las pesadas cargas escolares, hallaban tiempo para verse y disfrutar su compañía, a escondidas ella y Leao llevaban un romance muy  expresivo, incluso llego al punto en que Teresa dejo de ser una jovencita y se convirtió en mujer en brazos del hombre que ahora amaba. Ambos tenían planeado, vivir en Francia después de su graduación, formar una familia y todo tipo de cursilerías que se le ocurren a una pareja de enamorados, Lucille por su lado planeaba regresar a casa al lado de su familia, entre ellos prometían verse y visitarse cada que pudieran, construían castillos de ilusiones inocentes sin imaginarse lo que les deparaba el destino.

Una semana antes de terminar sus estudios, reunieron a todos los estudiantes, 40 en total que lograron sobrevivir a las duras condiciones y lograron completar con dicha todo entrenamiento impuesto para darles un aviso final acerca de su graduación.

Esta vez fue la mujer albina que les dio la bienvenida la primera vez quien se dirigió a ellos, era la única de los 7 "consejeros", que era como los estudiantes los conocían, con voz estruendosa y potente se paro al centro de la plataforma que servía de escenario para dar su pequeño discurso.
-Permitan me felicitarlos jóvenes, por ser los primeros en completar nuestro modelo educativo, pero lamentablemente solo 10 serán reclutados, sigan a sus tutores para mas indicaciones, buena suerte, vais a nececitarla-

Dicho esto ella se retiro de la misma forma elegante y sigilosa, todos se miraban extrañados unos a otros, finalmente fue otra mujer, de tez oscura y ojos azules que parecían estar sin vida, quien se coloco al centro esta vez.

-Muy bien nenitas, mi nombre es Arléa, espero hayan disfrutado de su corta vida, voy a separarlos en grupos de 4 y no quiero lloriqueos, espero haber sido clara, así que muevanse al patio de entrenamientos ahora, ya, Ya! YA!!-

Al estar en el frío patio todos, les dejaron solo vestidos con ropas delgadas, un cuchillo militar y un arma de fuego con 3 tiros. Nadie entendía que estaba por suceder, ya armados los equipos muchos estaban felices ya que se encontraban entre mejores amigos, el grupo de Teresa estaba formado por ella, Leao, Lucille y un amigo de estos llamado Antonio, de la misma procedencia que Teresa. Nadie se imaginaba la locura que estaban a punto de atravesar, todos sus sueños, esperanzas, alegrías, memorias... Todo... Estaba a punto de ser destruido por la mas grande ambición del mundo al que habían ingresado sin saberlo.
Metieron cada grupo de chicos en aulas diferentes, la mayoría con obstáculos, pero todas tenían una cosa en común, cámaras y micrófonos. Los estaban monitoreanto hasta el mas mínimo detalle, cuanto todos habían ingresado, las puertas fueron selladas y una voz resonaba en cada habitación.

"A partir de ahora ya no hay amigos, ya no hay amor, ya no hay nada, solo deben sobrevivir, tienen 15 minutos para asesinar a sus mas allegados, solo uno debe quedar con vida, si al terminar el tiempo, aun hay mas de uno con vida, serán asesinados por el viejo método de cámara de gases en ese mismo sitio. Solo los mas dignos, solo aquellos que puedan dejar atrás lo querido, serán los que conquisten sus metas y al mundo. Su tiempo... Inicia ahora"

La voz fue callada, nadie sabia que hacer, de repente ellos empezaron a escuchar gritos, disparos, sonidos de pelea en las habitaciones de al lado, Teresa abrazo fuertemente a Leao quien trataba de consolarla con palabras de aliento, hasta que oyeron un grito desgarrador junto a ellos: Antonio se hallaba apuñalando múltiples veces a Lucille en todas partes de su cuerpo, la sangre se esparcía por todos lados mientras Antonio mantenía una expresión macabra y desesperada en su rostro.

-Muere puta!!!, No pienso morir en esta mierda, regresare a casa y me olvidare de este infierno!!!!!-

Lucille ya no respondía, había quedado inerte en el suelo, con lágrimas en los ojos viendo hacia donde estaban Teresa y Leao, Antonio corría entonces hacia Teresa quien hábilmente logró esquivarlo. Fue entonces cuando Leao se arrojo contra el desquiciado chico tratando de calmarlo.

-Antonio, la has cagado hermano, has matado a una amiga-
-Que si sois giliollas!!! Entended, no he venido a morir, iré a casa como sea-
Ambos forcejeaban, hasta que en un descuido por parte de Leao, Antonio le acesto un golpe en la pierna que lo derrumbo, y ya en el suelo comenzó a apuñalarlo, fue entonces que Teresa se decido, tomo el arma de fuego de Lucille quien ya había fallecido y disparo. Teresa era reconocida por su puntería infalible, y logró meter las tres balas en el cráneo de quien fuere una vez su gran amigo. Se acercó a Leao, quien estaba gravemente herido desangrándose, prácticamente,muerto.

-Teresa...-
-Le...a...o...-
-No llores mi bella dama, debes... Mantenerte firme amor mio-
-Yo... No...-
-Acabame-
-Que?-
-Acabame, vive, toma mi collar como recuerdo de todo lo que somos y fuimos, mantener esa bella sonrisa ante todo, no me derrames lágrima alguna mi bella dama-
-No, no, no, no... Prefiero morir contigo-
-No digas tonteras, Vive y cuenta al mundo lo que sucede aqui-
-Aun puedo salvarte, solo, detengamos la hemorragia y...-
El chico tomo su mano y la acerco a sus labios
-No soy medico querida, pero hasta yo reconozco a un cadáver, si me amas, termina mi sufrimiento, acabame, y no llores, solo sonríe-

Teresa ya no tenía expresión en su cara, abrazo al muchacho y le dio un ultimo beso, tomo su arma y apunto al corazón de su amado. Un solo tiro basto para terminar con el. El joven se deslizo entre sus brazos, ella solo lo miraba conteniendo las lágrimas tal como el lo había pedido. En su rostro había una leve mueca de sonrisa, una sonrisa sin sentimiento, sin vida, tomo el collar del muchacho y lo mostró a la cámara en señal de trofeo, la puerta estallo y ella no se inmuto.

Ivan había entrado en la sala y vio a una rubia de cabello ondulado, tez clara, estatura promedio, cuerpo perfectamente marcado por los entrenamientos.

-Teresa de la Fuente... La pequeña Teresa... Serias excelente material para un Malkavian con esa sonrisa niña, has matado a tu novio y no hay lágrimas...-
Camino al rededor de ella, quien le miraba con ojos fríos y opacos, sin cambiar su expresión o emitir algún sonido.
-Quizá solo es el limite de la cordura que todo ser humano posee, o te hemos instruido bien en psicología... Bienvenida al mundo vampírico mi chiquilla...-

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Este capitulo lo he hecho lo mas resumido que mi mente me ayudo jajaja, en un futuro agregare como anexos las mini historias de sus aventuras en la escuela.
En el siguiente capitulo, empezaré ya con lo que es vampiro, el fin del preludio y la diablerie, esperenlo con ansias.

Próximo capitulo: Cayendo en las sombras.

Mundo de Tinieblas - MascaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora