Causa y Efecto

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Aún estaba ella ahí, inmóvil, incrédula… Un humano la había descubierto… Un maldito humano que se cogió hace dos noches estaba parado frente a su puerta, viéndola armada hasta los dientas con una vampiresa de quien sabe que jodida edad en su espalda prácticamente muriendo… Definitivo, estaba hecha mierda…
-¿Te...Teresa?-
-¿Qué haceis aquí?-
-Queria verte…-
Era en estos momentos en que odiaba relacionarse con alguien fuera de su misión, no sabía qué hacer, matarle o comerle… Ah… En que dilema te has metido teresa, si Medea estuviese con ella, seguramente estaría burlándose en sus narices mientras devoraba al joven incrédulo que pensó que sería algo romántico después de aquella noche de copas, la cual ella solo uso para poder llegar a su presa. Abrió su puerta e introdujo a su pequeño bulto en la cama dentro de la recamara, Ethan entro sin pedir permiso y cerró la puerta tras el sin imaginar lo que le esperaba al girarse: Un a Teresa con cara de pocos amigos apuntando a su frente con un arma 22mm ya cargada y lista para ser disparada.
-¿Quién te ha enviado?
-Oye, Calma nena, en verdad solo quería verte, ya sabes… Después de lo que pasó esa no…
-¡Callaos de una puta vez esa jodida boca niñato! No sabéis en que os has metido gilipollas
-Oye nena, no es para ta…
-Si no me decís ahora quien os envió vuestro bello rostro acabar regado en mi puerta, y dudo que alguien quiera venir a ver que ha sucedido
Ethan estaba totalmente asustado, la sensación de miedo en su cuerpo llego a tal grado que le era imposible hablar, moverse o siquiera emitir algún tipo de gesto. Desesperada Teresa, lo tomo del brazo y le obligo a sentarse en una de las sillas de su pequeña mesa. Estaba a punto de atarlo cuando Natalie salió de la habitación.
-Huele… delicioso… -
-Marvin, volved a la cama por favor-
-Pero… Tengo tanta hambre… El chico… Luce… Delicioso….-
Fue lo último que dijo antes de que riera como maniaca y se lanzara contra el pobre humano que no sabía qué hacer, estaba en shock, ver los colmillos de aquella mujer salir, el cómo brillaban sus ojos rojos, todo en medio de la oscuridad del cuarto simplemente iluminado por la luz del alumbrado público, Teresa alcanzo a sostenerla antes de que llegara a este, no quería que matara al muchacho, lo necesitaba con vida para sacarle información.
-Ethan, la nevera… Sacad lo que tengo en la nevera-
-¿Eh?
-¡Ahora niñato, si no os dejare morir en sus brazos, obedece mierda!-
El chico corrió cuanto pudo hacia la cocina,  no sabía qué demonios hacía, solo se la había cogido una noche y ahora se encontraba en medio de una loca queriendo devorarle y la mujer que lo volvió loco en un segundo ordenándole como un esclavo. Sabia definitivamente que algo estaba mal en esa casa, y no era precisamente el. Cuán grande era su sorpresa ver que la nevera no estaba repleta precisamente de comida, fácil, al menos se encontraban ahí veinte litros de sangre, toda universal. No sabía él porque estaba eso ahí, ahora si se hallaba asustado, pensó por un momento que era una broma hasta que ambas mujeres forcejeando llegaron a la cocina.
-¡Carajo! Moveos que si no ambos seremos la cena imbécil-
Sin dudar más tomo todas las bolsas que pudo con sus manos y se acercó temeroso a ambas, Teresa tomo primero una bolsa y la abrió rápidamente para entregársela a Natalie, quien al sentir el sabor de aquella dulce vitae, la consumió como si no existiese un mañana, una tras otra, tras otra. Teresa también necesitaba algo de ese rojo néctar, sin embargo, ella solo tomo dos que metió en el microondas y después bebido como si de jugo de tomate se tratase. Todo iba en absoluta calma y silencio, hasta que por fin Ethan reacciono a lo que tenía enfrente.
-¡Oh por dios, son vampiros! ¡Madre mía me cogí a un vampiro!-
-Si si, callaos de una puta vez romeo, no creáis que soy Julieta, ahora, decidme, quien os ha enviado, si no me contestáis tendré que asesinarte, o mejor aún, convertirte en mi cena, esta basura congelada no es de mi gran gusto que digamos, así que, os conviene hablar-
*Usa tu Auspex*
Extrañada teresa veía a aquella mujer que ahora se encontraba devorando la quinta bolsa, la cual la veía fijamente, al parecer tenía una especia de telepatía o algo así, ya que ahora se comunicaba mentalmente, tal como lo había hecho con anterioridad.
*Usa tu Auspex*
Volvía a repetir mientras bebía, decidió hacerlo, sus fuerzas habían sido recuperadas después de alimentarse, se concentró cerrando sus ojos, al abrirlos de nuevo esa sensación de verlo todo, el aura del chico, era extraña, se veía blanca, aunque Teresa podía olfatear hasta por debajo de sus suelas el miedo que tenía, los latidos de su corazón eran capaces de provocarle un infarto, le miraba atenta de pie a cabeza, definitivamente era idéntico a él, quizá incluso hermanos… ¿Cómo podía pensar esas estupideces en un momento así? Prefirió continuar con su interrogatorio mientras abría una segunda bolsa tibia de vitae.
-¿Para quién trabajáis?, ¿A que habéis venido? ¿Quién sos vos?-
Natalie que ya había terminado con su labor, se levantó, cubierta de sangre fue donde el chico, miro sus grandes orbes café y repitió las palabra de hace un momento, profesadas por Teresa.
-Dime, ¿Para quién trabajas?, ¿A qué has venido a este sitio?, ¿Quieres tú?-
Ethan estaba acabado, ahora estaba poseído por esos pálidos orbes, aunque tenía miedo, se vio obligado a contestar todas las preguntas que le demandaba esa pequeña de apenas 1.60 de largos cabellos castaños.
-Trabajo en el Pub Ten Bells, solo tres noches a la semana, las demás noches me dedico a buscar pista de mi hermano, aunque digan que está muerto sé que aún vive. He venido a encontrarme con la bella Teresa que me ha vuelto loco y deseo estar nuevamente con ella en la cama, me gusta y creo que me enamore de ella. Mi nombre es Ethan Adau…-
Teresa en ese instante abrió los ojos como platos, Adau era el apellido de Leao, el solía contarle de su hermanito que solo sabía hacerle jugarretas las cuales él le devolviere formas poco amigables llegando al punto de ser un poco cruel, pero no podía ser este el caso, no podía…
-Por favor, preguntadle el nombre de su hermano… y el cómo desapareció-
-¿Cuál es el nombre del hermano que buscas, y como es que se ha esfumado lindura?- Pregunto sin inmutarse Natalie.
-Leao Adau… Fue en un viaje a la universidad en otro país, nos dijeron que el avión se estrelló antes de llegar al aeropuerto y que todo a bordo habían fallecido…pero nunca dimos con el cuerpo de Leao, por eso lo busco, sé que puede estar vivo en algún sitio…- Había contestado cual zombi, antes de desplomarse en el frio piso de duela*
-Upss… creo que no aguanto el interrogatorio, ¿Que gane?, ¿Gane pan o vino? Aunque no puedo comerlos no sé de qué me servirían…-
Teresa estaba en shock, no podía reaccionar de modo normal, era imposible, esa era la razón por la cual ambos se parecían tanto, Ethan era el hermano pequeño de Leao, seguía sin creérselo del todo, jamás imagino que realmente eso fuese posible, encontrarse con la familia del hombre que murió en sus brazos, el hombre que había dado su vida por ella, el hombre que aun amaba a pesar de haber pasado diez años ya de su muerte en Alamuth…-
-Bien, ya comí, ya bebí, ya no me hallo aquí, me largo a dormir, que en esa fea jaula no pude, era fría y fea y sucia y más-
Natalie se dirigió de nuevo a la cama donde la habían tumbado y tomo un baño antes de recostarse y al parecer realmente dormir, Teresa se quedó sentada en el comedor de la cocina pensando, esa noche tenia muchísimas cosas que pensar, era algo insólito lo que le estaba ocurriendo, ya había matado a Leao, no podía matar también a su hermano. Recordó entonces una de las lecciones de Medea, una valiosísima lección.
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-Recuerda Teresa, no siempre puedes ir matando humanos en cada lugar que te encuentres, debes aprender a hacer aliados, pero siempre asegúrate de que estos te sean fieles, puedes siempre ofrecerles algo a cambio con tal de que te ayuden, procura que siempre o al menos casi siempre sea el mantenerlos con vida, así no arriesgas nada y ganas mucho querida, no lo olvides, donde quiera que fueres haced lo que vieres cariño, ¿De acuerdo?
-¿Y si no deseo al humano como aliado, compañero o etcétera?
-Simple querida, te lo cenas, pero recuerda, cuando llegues a un sitio, siempre hay enemigos, y no solo otros vampiros, hay cazadores, lobos, magos y más, ¿Entendido?
-Si maestra…
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-Debo decidir, tomarle como aliado, o como desayuno…-
Teresa se encamino a dormir, dejando al joven ahí tirado en el suelo de la cocina, simplemente le hecho una manta encima, tenían mucho que platicar por la mañana.
-Oh querida, parece que te ha ido mal, pero me temo que no te dejare descansar, al menos no esta noche-
-Pensé que ya dormíais como un bebe-
-Oh no no no no, no tengo mucho tiempo antes de volver a enloquecer, hay que aprovechar mis momentos cuerdos, tu buscas a alguien y ese alguien me busca a mí, tienes preguntas y yo respuestas, pero no esperes que sean claras, me temo que ya conoces mi condición-
-Natalie Marvin, antigua, creada en la edad oscura por un Malkavian errante, condenada a vagar, has recibido ayuda de “Jane la loca” en dos ocasiones, aún desconocidas ya que solo algunos bendecidos pueden verla-
-Igual que tu cariño, yo no he sido quien te ha ayudado a usar el Auspex que ahora posees, aunque sea temporalmente… Te propongo un trato, libérame de mi cazador y te brindare dos bendiciones-
-¿Bendiciones? ¿Qué bendición podría ofrecer un demonio tal como vos o como yo?
-Uno, te brindare el Auspex de forma permanente al brindarte mi sangre, permitiéndote la diablerie que tanto temen hoy en día, dos, un aliado en Londres cuando regreses cariño, créeme que esta no será la única ocasión que vengas. ¿Qué dices?-
-De acuerdo maja, pero primero me brindareis la bendición de la sangre, mirad que me ha encantado el cómo facilita mi trabajo
Natalie se acercó seductoramente a Teresa, quien se sentó en el borde de la cama, la primera se sentó sobre las piernas de esta, masajeando sus senos y besándola apasionadamente en sus labios, Teresa debía admitir algo, loca, puta y vieja pero ¡Carajo! Como besaba jodidamente bien la desgraciada, incluso aseguro que si estuviese viva, ahora mismo estaría húmeda. Imito sus movimientos torpemente, contorneando su esbelta figura beso a beso, los dedos de ambas eran juguetones, quizá demasiado. Teresa nunca se había considerado lesbiana o bisexual, pero era interesante el ahora estarse manoseando con otro ente de su mismo sexo, era hasta cierto punto excitante en su vida el que esto ocurriera, siempre se manejaba a la perfección, pero quizá, de vez en cuando no estaba tan mal dejarse llevar por un par de juegos.
Ambas continuaron sus juegos lujuriosos, hasta que llegó el momento, Natalie alzo la cara exponiendo su cuello, fue entonces donde Teresa ataco. Y lo que más temía, sucedió, comenzó a succionar para matarla, era el jodido defecto de su jodido clan: Adictos a la sangre de otro vampiro.
No podía detenerse, le era sumamente imposible en este punto, su mente se había nublado, para fortuna de ella, Natalie conocía su condición, así que hizo algo muy estúpido pero eficiente, clavo un lápiz que había tomado con anterioridad entre las costillas, cerca del corazón de Teresa. Esta al sentir la punzada soltó rápidamente su agarre, saco de inmediato el lápiz y jadeante se alejó de la Malkavian, la cual, parecía no inmutarse, simplemente tomo una bolsa que sangre que se había guardado y comenzó a beber, era, como algo cotidiano para ella al parecer, o quizá simplemente era resultado de su vida, a final de cuentas su mente ya la había abandonado hace más de un siglo.
-Di…Disculpadme… Yo… No…-
-No te disculpes querida, ahora descansa, lo necesitaras, va a ser una dolorosa noche, volverás a experimentar lo mismo, o peor aquello que sentiste al beber mi sangre hecha polvo aquella ocasión, aquella que deje en el diario para ser liberada-
Mientras Natalie pronunciaba esas palabras Teresa de nuevo sentía el dolor de aquella ocasión, el dolor de una sangre desconocida en tu sistema, comenzó a retorcerse en el suelo cual gusano al fuego, era indescriptible lo que sucedía, Natalie observaba divertida, los gritos y aullidos de dolor, a pesar de controlarlos y no hacerlos tan fuerte, fueron suficientes para despertar al joven de la cocina, el cual entro rápidamente a ver que sucedía. Al contrario de Natalie el miraba horrorizado la escena, no sabía qué hacer, solo corrió a tomar a Teresa entre sus brazos y ayudarle a tratar de calmar el dolor, un agónico dolor que incluso en sus ojos se denotaba, algo que le era imposible detener ahora.
-¿Qué le has hecho a Teresa perra desgraciada?
-Nada no le he hecho cariño,  tan solo es la Causa y Efecto de todo, tan solo está pagando un precio por su deseo.
Dicho esto Teresa cayo inconsciente entre los brazos del cien por ciento sobrio Ethan quien noto que su temperatura era muy baja para un humano, volteo a ver con rabia a Natalie quien jugaba con la bolsa vacía de sangre como si de un gato se tratase.
-Tranquilo Romeo, que tu Julieta viva esta, Aunque no de la forma en que te gustaría jijiji-
Natalie se dirigió a la cama, aun cubierta de sangre, y se dispuso a dormir como si nada hubiese pasado, Ethan cargo a Teresa hasta la sala y la recostó en el sofá, cubriéndola con la manta que el tenía antes en la cocina, se sentó en el suelo junto a ella y decidió cuidar de ella.
-Descansa española, que mañana tienes mucho que contarme infeliz…-
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Próximo capitulo: Revelaciones
Bien chicuelos, espero les esté agradando esta pequeña novela que me esfuerzo en escribir, aquí inicia un arco de tres capítulos, que encerrara la relación de Teresa con dos nuevos personajes Ethan y Natalie, los cuales  aún no sabe si son amigos o enemigos, desarrollare un poco la historia en base a ellos tres en estos tres capítulos, ya que serán personajes clave más adelante, y no solo en este libro, espero comenten y puntúen esta historia, prometo leer cada uno de los comentarios con cualquier tipo de texto, desde insultos hasta críticas, ayúdenme compartiendo en redes sociales y cualquier medio que gusten para que esta historia sea conocida por más personas (no sé por qué pero siento que esta parte se escuchó bien pinche dross XDDD) sin más por el momento, me retiro, esperen con ansias el próximo capítulo.

Mundo de Tinieblas - MascaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora