Teresa, una joven española que recibe una invitación a una universidad en Turquía, ignorante de la realidad la acepta sin darse cuenta que su vida dará un giro que le garantizara una nueva vida, una vida eterna llena de sangre y peleas, aunque resig...
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TERESA
Todo era un sueño, de eso estaba totalmente segura, no había razones para dudar de lo contrario, pero... Todo se sentía demasiado real, tanto que comenzaba a dar una especie de paz y calma que daban miedo total. No hacia mucho que se había dormido, o al menos ese era su sentir, tan extraño, tan profundo, tanto, que comenzaba a revivir pasajes de su pasado.
-Teresa... ¡Teresa!, cariño, ¿Acaso no me habeis escuchado?, llevo media jornada tratando de llamar tu atención...
-Lo siento padre, es que me he pedido en este libro, es verdaderamente fascinante...
-"Los escarabajos vuelan al atardecer" Vaya que os gustan este tipo de cosas cariño
-¿Tan raro es esto padre?
-No, de hecho es asombroso, seguramente algún día deslumbraras al mundo con este enorme cerebro con el que has nacido, pero primero, el adorable monstruo de cosquillas, ¡Ataca de nuevo!
Aquellas risas distantes y sonantes venían nuevamente a su memoria, cada rasgo de su padre que había olvidado, volvía de forma fugaz y desaparecía tal cual había llegado. Aquella suave y serena voz era lo único que recordaba con nitidez absoluta, ¿Qué había sido de su viejo después de su muerte? ¿Le habrían entregado cuerpo? ¿Cenizas? ¿Algo si quiera? ¿La más mínima esperanza de si quiera dar una sepultura al recuerdo de su única hija?
Llevaba ya bastantes años sin pensar en aquello, ya era mucho tiempo después de todo, sin saber si quiera como la llevaba su padre, no sabia ni siquiera si aun seguía con vida, después de todo, la única vez que tuvo oportunidad de verle, solo lo hizo entre las sombras, como una cobarde, por temor a que fuese asesinado por saber en que se había convertido su niña, su princesa, su unigénita, la luz de sus ojos y su esperanza en el retorcido mundo que solo se desenvolvía cruelmente alrededor de una esfera putrefacta de falsa perfección ensamblada entre porquerías del mundo banal...
Todo era tan falso.... y tan real nuevamente... La ilusión de ser una mujer normal, con una vida normal, y no el espectro chupasangre que se dedicaba a la cacería y carnicería pagada por toda la eternidad, al menos hasta que hallara a alguien capaz de poder terminar con esa longevidad que ahora poseía....
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