10 "Editado"

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Merida

Salgo corriendo al notarlo tan cerca de mí. No es que me moleste que la gente en general se acerque o incluso que me toque, lo que me molestó y me asustó a partes iguales es que mi cuerpo no haya reaccionado de la manera en que lo tenía que haber hecho. Sus intenciones estaban claras nada más dar un paso en mi dirección y yo me tendría que haber movido. Tenía que haberle parado los pies nada más notar su cercanía y el contacto de su mano en mi mejilla. Pero me estuve quieta, con mi cuerpo reaccionando a cualquier movimiento que el ha hecho como una completa idiota. Como he podido, he recogido la poca fuerza de voluntad que me quedaba en mi anatomía para salir de ahí huyendo.

Hacia tiempo que un chico no me hacía sentir así de nerviosa, así de vulnerable. Cuando está cerca no puedo pensar con claridad y lo que menos me gusta es que siento miedo. Si miedo. Terror a todo lo nuevo que me hace sentir, me asusto al sentirme tan frágil delante de él y sobretodo,  tengo miedo a que me vuelvan a hacer daño.

...

El domingo por la tarde me presento en la puerta de casa de mi amiga María. Todo el día han acribillado mi móvil a mensajes para vernos esta tardes y después de una amenaza de muerte por si no me presento, me he resignado a pasar lo que me queda de día libre con ellas. Sé que me lo pasaré bien, que nos pondremos al día y esas cosas, pero necesitaba un día para mí sola en el que pudiera ordenar mis ideas.

-Bueno, ¿que tal la semana?- pregunta Maria abriendo la botella de vino blanco y llenando nuestras copas.

-Bien.- contesta Vega encogiéndose de hombros mientras le da un sorbo a su vaso.- La próxima semana me presentaré al examen. Creo que estoy preparada, pero llevo unos nervios que no son sanos. De verdad, estoy saliendo loca.- dice exagerando los movimientos de sus brazos en los que veo peligro que derrame el contenido de su copa si no la deja encima de la mesa.- Cuando me voy a dormir es cerrar los ojos y ver fórmulas y letras. Y algunas noches me levanto sobresaltada por que sueño que suspendo.

-Seguro que lo harás muy bien. Llevas mucho tiempo preparándote para las oposiciones.- le digo yo a mi amiga para darle ánimos.

-¿Y ya está? ¿No hay nada más... truculento? ¿Desde cuando nos hemos convertido en unas viejas aburridas en los que solo hablamos de trabajo y no de los chicos guapos que hemos visto hoy por la calle?- dice Maria dándole un empujoncito en el hombro.

-Bueno... he conocido a mi vecino el que está sordo.

-¿¿Y??- preguntamos las tres a la vez expectantes por lo que nos pueda contar.

- Pues...- dice mientras se muerde el labio inferior y mira su copa para no mirarnos a la cara- Está buenísimo - ahora lo dice con la boca pequeñita.

-¿Si? Buah ¡Tíratelo! - esa es Maria mientras vacía el contenido de su copa de un trago.

- ¿Por qué lo dices así?- digo yo- parece que hayas matado a alguien.

-Es que lo conocí cuando fui a su casa a decirle que bajará el volumen y cuando abrió y lo vi me quedé en blanco. No salía nada de mi boca. Él no paraba de mirarme y de decirme "¿que quieres?.

-¿Y que le contestaste?- pregunto yo.

-¿¿Te lo tiraste ahí?? ¿¿En el rellano??.

-¿Qué solo piensas en rabos Maria?- le dice Vega pero ella solo contesta moviendo sus cejas arriba y abajo. Yo pongo los ojos en blanco por lo burra que puede ser a veces María.- No, no me lo tiré en el rellano.  Solo le dije perdón, que me había equivocado de puerta y me fui.- otra que se acaba el contenido de la copa.

Que Empiece El Juego (1º bilogía Juego) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora