16 "Editado"

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Merida

Cuando noto los labios de Erik sobre los míos algo en mi interior estalla. Un olor a fresco y limpio inunda mi nariz haciéndome perder la razón. Nunca me habían besado así y nunca me había sentido así. Besa muy bien y dudo que mi cuerpo quiera poner resistencia. Mi cerebro a sido desconectado y ha dejado que las sensaciones que este hombre consigue despertar en mi cuerpo, tomen el mando. 

Mientras me besa una de sus manos pasa al cuello y la otra a la cintura y con una pequeña fuerza hace que entremos en mi piso. Cerramos la puerta en cuanto la atravesamos y él continua besándome mientras me apoya en la madera. Paso mis brazos por encima de sus hombros y le rodeo el cuello para luego introducir mis dedos en sus mechones del pelo. Yo tampoco puedo parar. Su beso se profundiza y mi corazón va a mil por hora. Busca mi lengua y yo gustosa se la enseño. Juegan, se enredan, se lamen queriendo saborearse lo máximo posible. No se cuanto tiempo a pasado mientras nos besábamos pero demasiado pronto para mi se aparta y apoya su frente en la mía mientras aun me sujeta.

- Lo siento- me dice con la respiración agitada, los ojos cerrados y apoyando su frente en la mía. Me quedo muda, como si me hubiera comido la lengua un gato. No sé que contestar y tampoco quiero que se disculpe. Lo único en lo que pienso es en sus labios y que vuelva a besarme de la misma manera.

- No pasa nada- consigo decir. Erik levanta la cabeza y me mira directamente a los ojos. Sus pupilas han cambiado y las veo mas oscuras. Me asusto por todas las sensaciones nuevas que me esta haciendo sentir y le suelto apartándome disimuladamente. Tengo que estar sola y volver a enchufar mi cerebro. Si estoy cerca de él no puedo hacerlo.- Sera mejor que te vayas.- le digo agachando la cabeza. ¿Por qué no es lo que quiero? ¿Por qué siento que me estoy engañando a mí misma? ¿Qué estoy evitando algo inevitable?. Pero tengo que pensar con claridad o volveré a caer otra vez en lo mismo. Volveré a la oscuridad que me rodeaba una temporada no dejándome respirar. Si le dejo que se quede se lo que pasará y no quiero llegar a más y que mi corazón empeore. Si fuera como con los demás tíos no me importa. Se que no sentía nada. Pero con Erik llevo un cacao mental y necesito poner en orden otra vez todas mis ideas.

-Esto no cambia nada.- intenta explicarme él al ver mi reacción dando un paso hacia mí pero sin llegar a tocarme.- A sido un impulso. Lo siento si no era lo que querías.- parece arrepentido.- A sido un error. No volverá a pasar.- y unas sensaciones contradictorias se instalan en mi estomago.- Sigo queriendo ser tu amigo. Y si es lo que quieres solo amigos. 

-Vale.- contesto. Mi me mente no es capaz de hacer una frase coherente. Sigo pensando en lo bien que sabia, en su olor que me ha nublado la mente y lo bien que estaba entre sus brazos. Oigo como él suspira aliviado y vuelvo a la realidad. No puedo permitir que esto vuelva a ocurrir, al menos hasta que no sepa lo que realmente me está pasando con él.

-Buenas noches Mérida.- me dice arrepentido.

-Buenas noches Erik.- le contesto intentando parecer segura. Se gira y se va.

...

Ya en mi cama, no consigo sacar nada en claro. Doy vueltas y más vueltas pensando en todo lo que ha pasado a lo largo del día y me permito pensar durante un segundo en la posibilidad de darle una oportunidad, pero mi mente se resiste ha tener cualquier relación con él porque no quiero volver a pasar por lo mismo. Solo pensar en ello me pone los pelos de punta, en el dolor y el sufrimiento que sentí en esos meses en los que decidí que ningún hombre merecía la pena, y saber que Ian a vuelto a aparecer en mi vida no ayuda mucho. Hace 3 años que lo dejamos y aun me duele cuando le veo la cara. Eso no significa que quiera volver con él. ¡Para nada! Es solo que me recuerda a esa época y miles de imágenes y recuerdos se cuelan en mi mente. 

Que Empiece El Juego (1º bilogía Juego) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora