Capítulo 7

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Kat pasó la noche en casa de Mark,pero no se quedó mucho tiempo,pues no le gustaba estar rodeada de mucha gente,y en la casa habitaban cerca de cuarenta personas.

La cena había transcurrido con normalidad,pero en su mente se había formado una gran confusión al tratar de aprenderse los nombres de la familia.Pero a pesar de la incomodidad,había cenado maravillosamente junto a Mark.

Cerca de las ocho y media,Mark y ella se excusaron justo al finalizar la comida.La madre de Mark,la señora Remmington había preparado té para los adultos,y los sobrinos y hermanos pequeños se habían marchado a dormir.

Caminando de vuelta al pueblo,Mark le iba comentando su vida antes de llegar al pueblo,y Kat escuchaba atentamente en silencio,observándole en silencio.Al hablar,sonreía y unos hoyuelos le surcaban las mejillas.Entonces,el corazón le dio un vuelco al pensar de aquella forma de Mark.Se le tornaron las mejillas de rojo y dirigió la vista hacia otro lado,sin darse cuenta de que Mark la había visto.

Al llegar a casa,eran cerca de las diez,y Kat pensó que debería dejarle dormir en casa,aunque fuera en el sofá.No podía dejarle a tales horas solo en el bosque en mediados de invierno.

Así que ,en el umbral de la pequeña casa,antes de que Mark se despidiera,ella tomó la palabra.

-Quédate a dormir hoy.Es muy tarde,y hay sitio en el sofá.

-No,no...

-Sí.Eres mi amigo,y es muy tarde.Ya sé que has cumplido la mayoría de edad hace tiempo y de que eres muy mayor,pero hay lobos ahí fuera,y no tienes nada para defenderte.

-No tengo pijama...

-¿Enserio?Es la excusa más absurda que te podías haber inventado.A no ser que seas un acosador o criminal,ya estás durmiendo calladito en el sofá.Dormirás así,que tampoco te vas a morir durmiendo con vaqueros.

-Pero...

-Pero nada.Venga,tontorrón.-Sonrió y le rodeó los hombros con el brazo.Mark le devolvió el gesto.

***

Kat sacó la manta gris del armario,y se la tendió a Mark,que se hallaba de pie a su lado.Éste la tomó y se dirigió al sofá,dándole la espalda a Kat.

-Voy a ponerme el pijama.Vuelvo enseguida.

Cerró la puerta de su habitación y se puso rápidamente el pijama.Al dirigirse al armario,observó que Mark acababa de dejar la camiseta a un lado,y los huesos se le adherían a la piel,dejando claro que era muy delgado.Fue sólo un segundo,pero bastó para que ella enrojeciera y agradeciera que se hallaba de espaldas a ella,evitando soltar una risita.

Llegó a la cocina y tomó los últimos paquetes de palomitas dulces y gominolas,y cogió varios juegos de mesa,como el Party & Co,o el Scattergories que conservaba de sus cumpleaños número dieciocho del internado.

Cuando llegó,Mark estaba sentado sobre la alfombra sin zapatos ni camiseta,mirando la pared con cara de aburrimiento.Giró la cabeza,y al ver a Kat,sonrió.

-Genial.¿Qué planes tenemos?

-Jugar y comer dulces hasta que nos duela la tripa.Será divertido.

-Muy bien.-Entonces,se levantó y rápidamente cogió a Kat,y se la cargó al hombro.Kat apenas se dio cuenta,y empezó a chillar,riendo mientras que Mark le hacía cosquillas riéndose.

-¡Suéltame!¡Traición!¡He traído caramelos,y así me lo agradeces!Volvió a reír y no pararon hasta pasado un buen rato.

Pasaron horas jugando entre risas y dulces,y no se marcharon a dormir hasta muy tarde.Kat se dio cuenta,ya arropada en la cama,que había sido un rato maravilloso,y sonrió de pura felicidad,e incluso dormida,no dejó de sonreír.

Había sido una noche perfecta.Jamás se lo había pasado tan bien.

Cuidado con el loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora