Capítulo 11

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10 meses después

-¡Buenos días,princesa!

Así era como Kat se levantaba cada mañana,con la voz medio dormida de Mark susurrando aquellas palabras mientras le besaba la mejilla y la abrazaba con suavidad.La luz solar se colaba por la ventana,y Kat se deshizo de su abrazo sonriendo,mientras se levantaba.Llevaba puesto su pijama y sobre él una sudadera vieja de él.Llevaban viviendo juntos desde hace dos meses en otra casa que habían comprado,tras vender la antigua casa y gracias al éxito que tuvo una historia escrita por Mark.Sí,poco después de que comenzaron a salir,él le comentó su oficio,el de escritor,aparte de haberse licenciado en periodismo.Tenía 22,dos más que ella,pues Kat cumplió los 20 el pasado marzo.Ahora,tras la muerte del señor Rems,la señora Rems se marchó con su hija,y Kat se quedó con el empleo,junto al de instituriz;ya que,debido a la falta de niños suficientes para formar una escuela,las familias estaban obligadas a contratarla,por lo que no le faltaba trabajo.Ahora,Mark había comenzado a escribir en el periódico local,y aparte,hacía algunos trabajillos.Pese a los diez meses de relación,ambos no habían pasado de los besos y caricias que compartían a diario,y no sentían necesidad ninguna de cambiar su rutina,aunque hacía poco que dormían juntos.

Una vez se encontraron lo suficientemente despiertos como para levantarse,Kat comenzó a tostar el pan,mientras que Mark ponía a hervir el agua y encendía la cafetera.Él prefería el café,mientras que ella el té.Una vez todo estuvo listo,se sentaron a la mesa y desayunaron hablando con los ojos,y sonriendo como dos cómplices de un crimen.Era el único momento en que los dos no estaban demasiado cansados para mostrar sus sentimientos.

Kat era feliz porque se sentía querida.Mark era feliz porque veía a Kat feliz.

***

Unos minutos después,Mark se marchó a su casa a buscar su moto para dirigirse a la editorial con un nuevo trabajo que se traía entre manos,mientras que Kat comenzaba a sacar los cuadernos y las pinturas de los niños.No era su trabajo favorito,pero le bastaba para comer,y con eso le bastaba.No tenía muchas aspiraciones en la vida,únicamente la felicidad que le proporcionaba Mark.E,incluso,si le hubiesen preguntado un año anterior,ella habría respondido que ninguna.Nunca se había planteado una pareja,o un novio,o incluso un amigo.Ella nunca tenía amigos.

Los niños a su cargo eran cuatro,tres chicos y una chica.Tom,Jeremy,Luke y Marceline.Todos tenían entre cuatro y seis años,pero,para su favor,no daban un ruido y eran muy obedientes.Con ellos,se le hacía el día más corto y divertido,especialmente con Luke,que afirmaba ser un caballero Jedi y que su verdadero apellido era Skywalker,no Stiewer,y siempre se traía una espada de pequeño tamaño color azul,como el verdadero Luke.Siempre jugaban a que él era Luke(era el mayor),Marceline era Leia,Jeremy era Han Solo y el pobre Tom,que era el más pequeño,Chewaka en el recreo del mediodía,antes de que llegaran sus padres a recogerles.Pero ese día no fue tan divertido.

Ya eran las dos de la tarde,y todos se habían marchado,excepto Luke.Kat había decidido dejarlo junto a un plato considerable de pizza,la preferida del pequeño junto a un refresco y se había dirigido rumbo a casa de su padre.No le hacía mucha gracia dejar al pequeño solo,pero ya había ocurrido esto antes.Había perdido a su madre años atrás,y su padre tuvo que cuidarlo solo.Trabajaba por las noches y por las tardes,apenas dormía para que su hijo y él se mantuvieran a flote.Posiblemente estuviera dormido,y se dirigió a su casa con intención de avisarle que podría quedarse con él unas horas como un favor,pero antes de llegar a su destino,junto a las lindes del bosque,había una multitud agolpada,junto a varios coches de policía y una banda amarilla les obstruía el paso a los mirones.Su mayor preocupación fue Mark,y rápidamente se abrió paso para ver lo sucedido,y lamentó haberlo hecho.

Entre los árboles más cercanos,se hallaba el señor Stiewer,con la piel pálida y los ojos abiertos mirando a la nada.Tenía la camiseta desgarrada y manchada de sangre aún fresca.Le habían abierto el vientre,y por suerte sólo se veía la sangre. Unas garras le habían arañado la mejilla izquierda,y tenía en el cuello unos dientes marcados en sangre,que se habían llevado piel.El médico forense hablaba con el capitán Tresher,el inspector,y su ayudante,mientras le explicaba lo sucedido,mientras que otros daban pasos alrededor buscando pruebas,y otro hablaba por radio.Kat contuvo un grito,y se llevó las manos a los labios,agradeciendo haber dejado al "Caballero Jedi" en casa.Alcanzó a oír parte de la conversación de el médico y los policías:

-¿Hora de la muerte?-El ayudante tomaba notas en la pequeña libreta que siempre llevaba consigo.

-Entre las diez y las doce del mediodía.Lo han arrastrado hasta aquí,eso explica el porqué nadie ha visto ni oído nada.Han dejado una linde de hojas de los árboles.Ya la están siguiendo.A primera vista parece haber sido un animal,pero tiene un moretón en la cara y ha recibido un golpe de algo sólido,pero no una piedra.Lo que lo ha asesinado no ha sido un lobo.

Llamó al inspector.Estaba próxima al llanto.

-¿Capitán Tresher?

-¡Ah,buenas tardes,Katherine!

-¿Qué pasará con Luke?

-¿Quién?

-Su hijo.

-¡Ah!Bueno,según tengo entendido,está a su cargo,¿no?

-Sí.

-Quédese con él unos días y después decidiremos ádonde lo llevamos.Y,por favor,no le diga nada de esto,ya sabe.-Señaló al difunto.

-Aún así,no tenía intención.Me marcho,lo tengo en casa solo.

-¡Hasta luego!-Se despidió con la mano.Era increíble lo feliz que estaba,con un cádaver al lado.La costumbre,supuso,eso que incluso hacía años que no ocurría nada de esto.

.Volvió corriendo a casa;el pequeño ya había terminado el almuerzo y se hallaba en el pequeño jardín jugando con su espada de luz mientras peleaba contra unos narcisos y jazmines.

-¡Hey,Luke!Ya estoy aquí!

-¡Hola!¿Y papá?

Kat tardó un segundo en contestar.

-Eh...Está de viaje.Le ha surgido algo urgente y ha tenido que marcharse muy rápido,por eso no nos ha llamado.Nos había dejado una nota en su buzón y dice que vendrá en unos días,y que te quedarás conmigo,pero que te deja tomar Coca-Cola y que te enviará un regalo.

-¡BIEEEEEEN!-Le dio tal golpe a una maceta de narcisos que hasta Kat se preocupó por las flores."¡Mis narcisos!Espera...¡Parezco una abuela!"Cerró los ojos."Me estoy volviendo vieja."

-Luke,vengo enseguida,¿vale?Voy a llamar a Mark y cuando vuelva jugamos,¿te parece?

-¡Genial!¿Y-Y luego puedo cenar pizza?¿Y no ducharme?

-Sí.y...no.¡Cochino!-El niño rió y siguió jugando,mientras Kat entraba por la puerta trasera.

Cogió el teléfono y marcó rápidamente el teléfono de Mark.Al menos,él sí tenía móvil.

-¿Kat?¿Qué ha pasado?

Tardó unos segundos.

-El padre de Luke está muerto.Está aquí conmigo.-Bajó el tono de voz.

-No lo dirás enserio,¿verdad?

-De verdad.Ven cuando puedas,por favor.

-Voy enseguida.Estoy allí en 20 minutos.

Cuidado con el loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora