Brandon

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Lyanna estaba escondida tras un rincón, que le permitía ver perfectamente hacia el trono de hierro. En el trono estaba sentado Aerys, a su lado estaba Rhaegar y Ser Dayne. Frente a al trono estaban Richard y Brandon Stark. Lyanna se preguntaba cómo había llegado tan lejos. ¿Sería que Aerys Targaryen se estaba suavizando?

Pero lo que paso a continuación dejo a Lyanna sin aliento y paralizada. Una flecha que vino de un arquero desconocido, encendida por la puta con un intenso verde. Lyanna supo de quien se trataba.

Cuando la flecha dio en el pecho de su hermano Brandon, paso todo lo que debía pasar cuando eras atravesado por una flecha. Solo que en cuestión de segundos su piel comenzó a ennegrecerse. Avanzando tan rápidamente que la piel muerta lo consumió, poniendo sus venas tan inflamadas. Cuando el color negro llego hasta la coronilla de la cabeza. El joven Stark abrió la boca y cayó muerto en medio del salón.

Lyanna soltó un murmullo que hizo callar poniendo su mano en su boca con mucha fuerza. Sus lágrimas cayeron tan densas sobre su rostro, que incluso era doloroso verla.

Richard reacciono casi segundos después de que la flecha callera al pecho de su hijo, pero para entonces no pudo hacer nada. Saco su espada de su funda y apunto. Rhaegar también saco la espada. Las chocaron quizá una vez.

Antes de que por detrás un soldado de la guardia se acercó tomando a Richard por la espalda y cortándole el cuello de lado a lado. El cuerpo de Richard callo sobre el cuerpo ennegrecido de su hijo. Lyanna se quedó mirando con tanto dolor y una amargura sorprendente. El dolor era palpable.

Lyanna se levantó rápidamente y corrió hasta sus aposentos. Cuando una mujer de cabello pelirrojo se interpuso en su camino. Tenía una sonrisa simplona marcada en el rostro.

—Te lo mereces — agrego — lástima que sean ellos quienes tenga que pagar por tus estupideces.

—Disculpa ¿Por qué me lo merezco? — pregunto Lyanna frenando sus lágrimas para ponerse a la defensiva.

— ¿Qué no te das cuenta? Llegas aquí y te plantas con Rhaegar como si no tuvieras nada de qué avergonzarte. Rhaegar Targaryen tiene esposa y ¡Dos hijos! — Salto la mujer — ahora repíteme que no te lo mereces.

Lyanna se quedó en silencio mientras, la pelirroja se alejaba. Entro a su alcoba y lloro por horas y horas. Culpándose a sí misma por la muerte de su hermano y de su padre. ¿Realmente los Siete la estaban castigando?

Horas después apareció Rhaegar, con una sonrisa bien marcada en la cara. Se acercó hasta Lyanna quien aún lloraba desesperadamente y su sonrisa se borró.

— ¡Cómo pudiste! — le grito Lyanna llorando y levanto la mano empujando a Rhaegar.

Rhaegar intento mantener la calma. Pero cuando Lyanna lo intento por segunda vez. Intento calmarla sin éxito, hasta que ella comenzó a golpearlo con su palma. Rhaegar tomo su mano y la empujo. Tan fuerte que Lyanna cayó al suelo y su cara golpeo contra el piso.

Lyanna era fuerte. Eh intento librarse de las garras de Rhaegar, pero él la sometió con inteligencia dejándola boca abajo y poniendo su rodilla en su espalda.

—Suéltame — le grito Lyanna — ¡Suéltame!

Rhaegar le levanto la falda, dejando ver sus muslos y sus piernas largas y hermosas. Se posó sobre ella, y la envistió. Mientras Lyanna lloraba y pensaba en la muerte de su padre y su hermano.

Bran abrió los ojos vio las raíces de los árboles, vio a Sydow atrapado entre ellas. Como pudo se sentó y vio a Meera sentada a pocos centímetros de él. Arrancando hierba.

—Meera — murmuro Bran.

Meera subió la cabeza y sonrió. Hodor al otro lado de la raíz también sonrió.

— ¿Qué viste? — pregunto.

—A mi tía — dijo Bran con un tono lastimero, porque no sabía que sentir al respecto. Si lastima o simplemente dolor. Miro a Meera y no supo que decir. Normalmente le contaba todo lo que veía. Desde cómo se llamaba verdaderamente Hodor hasta cuando ha visto a su padre joven en Invernalia. Pero esta vez no supo que decir —...Ella estaba, estaba con Rhaegar Targaryen.

— ¿Rhaegar Targaryen? ¿El hijo del rey loco? — Pregunto Meera — ¿Qué hacia tu tía con el hijo del rey loco?

—Al parecer era su amante — dijo Bran con dolo. Meera supo que Bran sufría al hablar de esto por ello decidió parar la conversación.

—Bran no tienes que hablar de esto — dijo Meera con calma, a pesar de estar aburrida, ella saco de su bolsillo un pequeño trozo de tela — te traje esto.

Bran tomo el paquete y lo abrió. Eran un grupo de bayas rojas, hojas pequeñas y olorosas.

— ¿Saliste? — pregunto Bran con preocupación.

—Descuida Brandon se cuidarme sola.

Light of the Seven Where stories live. Discover now