Brienne

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Brienne estaba fundida en sus pensamientos, tenía los dedos posados en la empuñadura de su espada. Sobre ese león dorado, digno de un Lannister. En sus pensamientos estaba solo una persona: Sansa Stark. Recordaba su descomunal altura, su cara con facciones dignas de una hija Stark. Necesitaba encontrarla. 

 Aun quería creer que Ned Stark junto con todos sus hijos, eran tan legendarios como las historias decían. Pero aun recordaba la historia que Jaime le había contado, sobre el rey loco y sabía que toda familia ejemplar tenía sus secretos. Por un momento imagino a como sería la vida, si no tuviera que cuidar a las jóvenes Stark.

Mucho más sencilla seguramente. Pero había hecho un juramento y lo cumpliría.

Miro esa empuñadura de león, y volvió a la normalidad. Podrick e miraba a la venta con impaciencia.

El lugar en donde estaban, era un andrajoso establecimiento repleto de borrachos. Verdaderamente oscuro. Pero lo mejor para Brienne era que no tenían nada que temer. Podían defenderse.

—Pod — murmuro Brienne — apresúrate a comer, este lugar no me gusta nada.

Podrick giro la cabeza y miro a su alrededor. Entre todo ese agujero apestoso, había una pequeña luz  gris. Era una mujer menuda y sumamente delgada, que llevaba puesto un vestido que anteriormente era blanco pero ahora era un gris mugre, asqueroso. Pero para estar dentro de un vestido así la mujer era preciosa y extrañamente triste. Brienne noto que la veía, pero no era una mirada lujuriosa como la mayoría de los presentes le dedicaban era una mirada sin duda alguna tierna.

Brienne sintió lastima por Podrick, siendo tan joven. Estaba atado.

Entre toda esa gente horrenda, un borracho menudo. Se levantó reclamándole al otro que había robado su moneda de oro. El otro se levantó también y le soltó un golpe. Antes de que cualquiera pudiera hacer nada, una pelea de taberna comenzó. Solo que esta vez se disputo una pelea terrible. Las personas comenzaron a sacarse sangre con trozos de vidrio, y trozos de madera de los muebles. En cuestión de segundos había tres muertos.

Brienne se levantó inmediatamente cuando la gente de la taberna comenzó a acercarse. Saco su espada y Podrick también lo hizo.

La menuda mujer después de que uno de ellos toco su glúteo salió despedida hacia la parte trasera de la taberna. Antes de que siguieran tocándola. Más de ellos también sacaban su espada.

— ¡Es una perra grande! — Dijo uno de ellos dirigiéndose a Brienne —yo quiero ver que tan grande es.

Se acercó peligrosamente a Brienne antes de que Podrick lo alejara con su espada. Pero no fue necesario más de Podrick cuando Brienne le rajo el cuello de lado a lado, sin siquiera pestañear.

—Pod, cuidado con él — murmuro Brienne cuando otro se acercaba.

Podrick y Brienne comenzaron a chocar espadas con los demás. Podrick dio un salto hacia delante y atravesó con la punta de su espada el pecho de otro hombre.

Sin que ninguno de los dos se diera cuenta, la misma mujer que atendía las mesas. Volvió con una espada inmensa más grande que ella, pero por extraño que pudiera parecer podía cargarla.

—Esta perra también tiene usa espada — dijo uno de ellos y se acercó peligrosamente hacia donde estaba la chica. Antes de que se diera cuenta ella había cortado de lado a lado su estómago.

Y así continuo con todos los demás que se le enfrentaban. Lo mismo hicieron Brienne y Podrick, pero no fue necesario usar toda su fuerza, incluso los mismos ebrios de la taberna se herían hasta morir. Así terminaron y solo quedaron Brienne, Podrick y ella. Para cuando termino todo Brienne estaba tan fascinada con la muchacha que armo un nuevo plan.

Light of the Seven Where stories live. Discover now