Jon

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Después de la batalla de la casa austera, Jon estaba parado a un lado  de la muralla, a unos pocos centímetros estaba Tormund y Val. Pero a tras de filas y filas de gente libre. Jon espero un poco atareado, pensando que tal vez no abrirían la puerta. Pero después de unos segundos la puerta se abrió. Eso cambiaría el mundo en definitivamente. La gente libre comenzó a sonreír, se sentía a salvo.

Un muro lejos de los caminantes blancos.

La cara de Val estaba repleta de largos rasguños que llegaban desde su frente hasta su barbilla. Dejando a un lado que por primera vez desde que conoció a la Princesa Más-haya-del-muro, se notaba el cansancio y el dolor en su cara. En sus ojos se notaba que había estado llorando. Jon lamentaba mucho esa expresión toxica que Val tenía en la cara.

Jon la miraba desde el comedor, Tormund también estaba en la habitación. Solo que él reposaba intranquilo con la cara sobre la mesa.

—Iré a dormir Snow — dijo Tormund, le sonrió a Val.

Después de eso Jon se levantó sin decir palabra. Hasta la muralla, donde se quedó mirando el borde del mundo.

Un par de horas después, Val subió hasta donde estaba Jon, aun que sonara imposible estaba sentado sobre un gigantesco bloque de hielo. Con la cara recargada en las rodillas.

—No sabes nada Jon Snow — dijo Val sonriente, pero después hizo una cara seria — no deberías estar allí sentado.

—Val ¿Por qué no duermes? — Pregunto Jon — deberías hacerlo, ve a la cama.

—No tengo sueño — murmuro Val, quien termino sentándose junto con Jon en el bloque de hielo de entre los pliegues de su ropa saco un contenedor — te traje algo.

Val lo tendió. Jon abrió con lentitud, primero lo olio, era un aroma fuerte y severamente penetrante. Tras no importarle más, tomo un sorbo. Era agrio y dulzón al mismo tiempo. Pero muy fuerte. Tanto que hería las papilas de la lengua. Las adormecía solo para hacerlas bailar con el sabor dulce.

— ¿Qué es esto? — pregunto Jon.

—Le llaman el desarmador, la gente libre lo consume — agrego — para tranquilizarse.

— ¿Qué te hace pensar que necesito tranquilizarme? — volvió a preguntar.

—A diferencia de ti, yo se muchas cosas — murmuro ella.

Jon sonrió, normalmente le parecía un poco fastidioso. Pero aquello ella le provoco risa. Giro a ver la cara de Val, completamente llena de rasguños. Y sintió una extraña nostalgia. Pensando en que Val quien no tenía por qué ayudarlo, lo había hecho.

—Val — murmuro Jon — princesa, gracias. Por todo.

Val le sonrió con sus dientes de perlas. Sinceramente era hermosa, con ese cabello rubio y esas caderas anchas. De ojos azules. Vestida en piel blanca.

—Hay por favor Lord Comandante — dijo Val y sonrió — es mi deber ayudarle — dijo en forma de burla, pero luego se puso seria — pero no hay por qué, Jon. Tú fuiste quien dejo pasar a mi pueblo. Los que deben agradecerte somos nosotros.

Jon y Val se miraron por un segundo. Jon sentía un hambre impresionante, mientras que Val una ternura simple. Primero pensó en su juramento <<No tomare esposa. No poseeré tierra. No engendrare hijos...>> En algún momento esas palabras le parecían tan fuertes, tan reales. Ahora solo podía pensar en una cosa. Caminantes blancos, y la muerte que traían consigo. Eso lo hacía imaginar en que todos morían muy pronto y que ahora le aprecia vacio y banal.

Sintió un impulso, los labios de val estaban entre abiertos. Puso su mano en su nuca y tomo con fuerza de ella. A pesar de que no era necesario aplicar esa fuerza. Acerco a Val hasta él. Besándola con suavidad y simpleza. Entonces en ese momento su hambre despertó completamente. Y deseo a Val con todas sus formas.

Val sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo, así que acerco su cuerpo hacia Jon. Quien después de asimilarlo mejor el rodeo con el brazo. Acercándola de golpe contra su cuerpo. Sabía perfectamente que estaban en un lugar peligroso.

—Puedes hacerlo — murmuro pegando su lengua a su lóbulo — nadie está viendo.

La voz se Val era como un murmuro alargado, tan calmo como excitante. El hambre de Jon rugía. Le suplicaba que hiciera algo, para alimentarse.

Metió la mano entre la ropa de Val, primero toco su ombligo y después bajo un poco más. Estaba húmedo, dudo por algunos segundos. Solo para después introducir sus dedos dentro de ella. Apretando con mucha fuerza.

Jon disfrutaba mucho más de las expresiones de Val. Sabía que no debía hacer ruido porque sería fatal para Jon, que lo descubrieran. Así que solo apretaba sus labios, hasta que se ponían blancos eh exhalaba con la nariz. Jon desabrocho sus pantalones, envistiendo a Val por primera vez.

Val se hizo hacia atrás y no puedo evitar gemir con fuerza un par de veces. Jon la sostuvo con rudeza. Mientras la envestía una y otra vez. Primero con lentitud y luego con rapidez. Ella termino recargándose en el hombro de Jon, mientras el rodeaba su cuerpo con mucha fuerza, y la envestía aumentando fuerza y velocidad.

—Bastardo — murmuro Val con agitación — eres un maldito nieve.

Aquello le pareció muy divertido tanto que el sonrió mirándola. Su respiración agitada y su pecho que subía y bajaba con forme las envestidas. Jon la tomo de las caderas, encajando sus dedos en su piel. Así levantándola un poco más para caer con mayor presión. Val con cada uno de esos, fuertes golpes de Jon lo apretaba con más fuerza, ella no tenía uñas pero aun así sus dedos eran letales.

Jon acariciaba su cuello con su nariz y también la olfateaba. Aumento la fuerza de las embestidas.

— Lord comandante — volvió a murmurar y después lo beso.

Val sonrió y se dejó perder, mientras Jon entraba y salía de ella. Entonces se perdió en una sensación máxima de placer. Al verla Jon también lo experimento. Dejándose se caer en calma. Val se recargo en el hombro de Jon, mientras le sonreía. Jon le acaricio el cabello y ella después de un rato se quedó dormida.

Le acomodo la ropa y la cargo en sus brazos. Llevándola hacia su habitación.

— ¿Todo está bien Lord comandante? — pregunto un hermano de la guardia.

—Si todo está bien la princesa se quedó dormida acompañándome en mi guardia — agrego Jon — solo la escoltare a sus aposentos.

—Con cuidado mi lord — dijo — hoy hay luna llena, es mal augurio.

Jon acepto con la cabeza. Y siguió caminando. Subió por las escaleras y llego hasta la habitación una de las tres únicas habitaciones con camas de Plumas. En esta habitación había dos de ellas. En una de ellas estaba Gilly junto con el pequeño Sam. Las otras camas las ocupaba la familia Baratheon. Quitándole así a la cama al Lord comandante. Quien pensaba que en cierto modo se la había cedido a algunas de las dos chicas.

Acostó a Val en su cama y cerró la puerta. Se le hacía extraño que no estuviera cuidando la puerta. Se dispuso a mandar a un guardia nuevo para la puerta.

—Lord comandante — le llamo Olly — un salvaje tiene información sobre su tio Benjen Stark.

Jon asomo la cara por el barandal. Olly estaba parado y le sonrió. Bajo las escaleras.

— ¿Cuál salvaje? — pregunto Jon.

—Justo aquí mi amo — dijo Olly.

Jon dio la vuelta y llego hasta donde estaba Olly. En la nieva había un letrero donde se leía <<Traidor>>. Jon se alarmo.

— ¿Qué clase de broma es esto? — dijo Jon iracundo. Cuando giro la cabeza tenía al menos a cinco hermanos de la guardia. Incluidos a Ser Allister — ¿Ser Allister que es esto?

—Dejaste pasar a los salvajes, traicionaste a tus hermanos de la guardia. Te regodeas con esa maldita ramera — dijo Ser Allister — ¡ERES UN TRAIDOR!

Ser Allister apuñalo a Jon en el estómago, luego todos los que estaban consigo le siguieron. Dándole varias puñaladas. Jon se desangraba y perdía el conocimiento. Olly se acercó hasta Jon y dio la última puñalada justo en el cuello.

Jon Snow callo muerto en medio de la nieve. Ser Allister se alejó junto con todos los demás. 

Light of the Seven Where stories live. Discover now