Reflexiona (textos)

No es empezar de cero, es empezar sin ti.

No es empezar de cero, es empezar sin ti y eso es lo que más duele, de cero sería no tener que recordarte por las noches, no volver a leer nuestras historia todos los días... Aún sabiendo que no tiene un final feliz. Sería no tener que preguntarme cómo estarás y darme cuenta que ya no sé si sigues visitando los mismos sitios o si pronto irás con otra a aquellos sitios que fueron tan nuestros... 

Ya no puedo hacerte reír cuando estés triste o preguntarte cómo te ha ido el día. Lo peor de empezar sin ti es tu recuerdo, todas las cosas que nos quedan por hacer, todos los futuros que eran contigo, todas esas risas que yo sólo son balas en mi cabeza cada vez que las recuerdo. Ojalá puediese empezar de cero, pero dejaste mi vida en números rojos cuando te fuiste, dejaste todo patas arriba. Te prometo que pensé que no sería capaz de salir de esto, había construido sin darme cuenta mi felicidad alrededor de la tuya, no sabes lo que era llegar el miércoles y saber que sólo sería un día más, fue una constante guerra con el calendario, ya no importaba si era lunes o sábado, los dos eran la misma mierda desde que no estabas tú al final de la semana para darme fuerzas y empezar otra con el mismo motivo: verte a la mitad y al final de ella.

Ya ni si quiera tenía ganas de seguir, lo confieso, perdí las ganas de todo, no encontraba ningún motivo para levantarme del suelo, mientras el resto del mundo seguía como si nada, no estaba sola, estaba sin ti y era capaz de sentir soledad estuviese con quien estuviese, me faltaba alguien, me faltabas tú a todas horas.

Te llevaste todos los motivos que tenía para sonreír, me dejaste con la duda de qué habría pasado, de en qué había fallado, de por qué ya no estabas aquí. Llegué a pensar que era normal, ¿quién querría quedarse a mi lado, cuándo ni si quiera yo tenía ganas de hacerlo?

Me sentía tan vacía, tan rota, tan sola, tan sin ti...

No fueron buenos los meses que vinieron a continuación demasiadas idas y venidas a ningún sitio, hasta que llegó la persona que lo cambiaría todo. Una persona única y especial, que me juró que estaría siempre conmigo sin importar las veces que me equivocase, que me querría igualmente, pero... si te soy sincera no me lo creí... estaba demasiado acostumbrada a la tristeza, que me asusté al ver que alguien podía quererme de verdad. Aún así, empecé poco a poco a conocerla, sin correr, sin precipitarme, acariciándola poco a poco, pero sin apretar  demasiado, que ella también estaba rota. Una persona que... ojalá la hubiese conocido antes, me dio toda la fuerza que tú me quitaste, todas esas ganas de vivir cada vez que veía su sonrisa, todos los motivos que se fueron contigo, me los devolvió. Me lo dio todo, a cambio simplemente que la quisiera, de que la cuidase y que no dejase que nadie más volviese hacerle daño. Ella llegó justo cuando yo más rota estaba, cuando no tenía ganas de hablar con nadie, pero al final, te dejé entrar en mi vida, no se cómo ni cuándo fue, pero aprendí a quererla con todos sus defectos y virtudes. Y joder, menos mal que me di una oportunidad. Desde entonces no estoy sola, estoy sin ti... pero conmigo. Y creeme que me quiero muchísimo mejor que lo qué tú lo hiciste.