Shots TaoRis

IX

Un chico se encontraba colgado del techo de una bodega, su cuerpo sangrante y maltratado es lo que se veía con la poca luz que se filtraba por los agujeros que el lugar poseía. Unos pasos resonaron en toda la estancia, que estaba en completo silencio, seguido del sonido de algo ser abierto, caminó hasta estar detrás del chico. En su mano derecha sostenía un látigo que, con una sonrisa, hizo impactar en la espalda del joven, escuchando el gemido de dolor proveniente del adverso, estaba a punto de propinar otro latigazo cuando del techo salto un chico hacia él, sus ojos azules fue lo único que vió antes de sentir como su garganta era desgarrada y perdía la vida en manos de ese misterioso chico viendo como soltaba al otro y lo sostenía, al final todo quedo negro para él.

Mierda, ¿qué te han hecho? –susurra totalmente preocupado por el estado en el que lo encontró, negando con la cabeza y una mueca– al jefe no le va a gustar nada esto.

C-callate… va-vamon-nos d-de a-aqu-í… –murmuró el chico y cerró sus ojos ocultando bajo sus parpados sus orbes violetas, que en ese momento estaban casi sin color. El otro solo asiente con su cabeza y cargandolo en su espalda se marcha de allí–.

(…)

¡Tao! –fue el grito del jefe al verlo llegar en ese estado tan lamentable para ser un omega, mejor dicho, el hijo omega del jefe– mi dios, bebé… pagaran el haberte lastimado así. –gruñe acariciandole un costado del rostro–.

P-padre-e… –intento sonreír pero solo logró hacer una mueca y cerrar los ojos por la punzada de dolor que sintió en su abdomen– d-duel-le… –susurra haciéndose un ovillo en la espalda de su rescatador y sus orbes violetas se vuelven más oscuras– p-papá…

Shh, shh… ahora viene un médico a revisarte, relájate cariño, le diré a tu omma que ya estas aquí. –un grito sale de los labios de Tao preocupando a los presentes, sobre todo a su padre que no sabe que hacer para calmar a su hijo–.

Papá… d-duel-le mu-ucho… –sus caninos se alargan y su respiración se dificulta al punto de no poder respirar correctamente, las voces de todos a su alrededor se vuelven lejanas y lo último que ve es a su padre intentando hablarle–.

¿Qué le ha pasado? ¿por qué se desmayó? –esta hecho una masa de nervios y es que no le encuentra sentido al desmayo de su hijo, ahora mismo esta en el pasillo de su hogar esperando resultados de su pequeño, su pareja se encuentra igual que él–.

Cariño, cálmate, ya nos dirán el porque de su desmayo –su pareja se acercó a él y lo abrazó en un intento de calmarlo, cosa que consiguió–.

Pasaron unos quince minutos más en los cuáles todos permanecían en un silencio sepulcral a esperas de resultados de Tao. Al cabo de unos minutos el médico salió del cuarto y fue "atacado" por el jefe.

¿Qué tiene? –preguntó totalmente desesperado–.

Bueno, no sé cómo se lo van a tomar pero… –estuvo en silencio unos segundos antes de seguir– su hijo omega esta embarazado… esta de aproximadamente un mes de gestación. –el médico no quiso decir más esperando la reacción de los padres del omega–.

No puede ser… no… él estuvo más de un mes secuestrado… los voy a matar… ¡hijos de puta! ¡Por eso me dijeron dónde estaba! ¡Lo embarazaron! Háganle un examen de ADN, encontraremos al padre y se las va a ver conmigo, nadie embaraza a mi hijo y no se hace cargo. –sus ojos rojos estaban en su vivo color al igual que los de su pareja–.

¡¿Qué esperas?! Quiero saber quién es el padre del niño que espera mi hijo… –el doctor asintió e ingreso de nuevo para tomar una muestra y mandar a analizarla–.

En unos días le llegaran los resultados, ahora el joven esta descansando, una enfermera estará con él para asegurarse de que tome las vitaminas a la hora correspondiente, no debe alterarse ni estresarse o lo puede perder. –explicó y le dió indicaciones a los padres del omega–.