Capítulo 3: Comienzo de algo nuevo

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25.26-Junio- 2009

Bajamos la escalera del porche y me dijo que estaba preciosa se lo agradecí con una sonrisa, no sabía que decir sólo sonreía, me montó en el coche y me tapó los ojos con una venda delicadamente, era muy agradable y hacía mucho que nadie me trataba así.

Se subió al coche y pregunto “¿Lista?” asentí y arrancó, me mataba la curiosidad por saber dónde iríamos, me llevo a un restaurante con vistas a la playa, era lista y siempre llevaba el bikini debajo en verano, en un instante me vi cenando pasta con un chico maravilloso en una playa perfecta, todo pintaba bien por el momento, trajeron el postre, fresas con chocolate, Sergio estaría de por medio claro…, me encantó el detalle que tuvo conmigo, estuvimos una media hora con las copas, invitaba la casa:

-Nunca me había sentido así.

-¿Nunca? No será para tanto.

-Te lo juro, es más nunca le he contado un secreto muy duro para mí a nadie y esta noche quiero contártelo a ti, así que cuando tú quieras nos vamos, necesito llevarte a un sitio

-Vale-sonreí- vamonos ya.

Me subí en el coche y volvió a vendarme los ojos, al llegar dijo que le esperase, pero me mataba la curiosidad así que le pedí que me bajase del coche con él, bajamos y al quitarme la venda vi la luna, enorme, blanca, en medio del oscuro cielo, me acordé de mi madre, ella siempre decía que había que creer que aunque la luna estuviera a medias un día al siguiente conseguiría su máximo esplendor.

Hugo me miró con cara de preocupación cerró el coche y me llevó al paseo de la playa, sin darme cuenta me encontraba en el paso de peatones dónde ocurrió el accidente, quería salir corriendo pero él necesitaba contarme su secreto se le veía nervioso, le miré y se le nublaron los ojos, caían lagrimas sin poder evitarlo, me acerqué a abrazarle y me aparto suavemente, se puso justo encima del paso de peatones:

-Hacía un año y seis meses que me había sacado el carnet de moto, y con tan sólo 17 años y unas ganas locas de salir de casa, a las 8:48 de la tarde, vine aquí después de enterarme de que mi madre y mi padre se divorciarían y cuando quise ver que había un paso de peatones tan sólo podía ver entre la grimas una mujer tirada en el suelo inconsciente y sangrado, sin saber que hacer salí huyendo y dejé la moto en un descampado, nunca se lo había contado a nadie, es lo peor que me ha podido pasar pero pasó y no sé cómo.-Hugo lloraba y lloraba, todo fue dicho entre lágrimas

Me miró, y se dio cuenta de mi cara en ese momento, no podía decir nada estaba con la boca abierta, hiperventilando, llorando y sin más me quité los zapatos y no pensé simplemente corrí y corrí sin saber bien hacia dónde, llegué a mi roca en la playa, tiré los zapatos y el bolso y todo, me caí de rodillas en el suelo y no podía parar de llorar.

La roca estaba muy cerca de mi casa, no sé cómo pero grite de tal forma que Sergio me escuchó desde casa, bajó corriendo a la playa dónde yo estaba, me levantó y me abrazó mientras yo daba golpes a todo, sólo tenía ganas de terminar con todo.

Me calmé, no sé qué haría sin Sergio, cuando vio que todo estaba más tranquilo, me llevó al porche y sacó un vaso de agua, se agachó a mi lado y preguntó:

-¿Por qué lloras así?, no te había visto así desde hacía mucho, ¿Qué ha pasado?.

-Sergio, no puedo creerlo es que… no sé qué hacer

-¿Con qué?

-Hugo, Sergio; Hugo atropelló a mi madre, la mató.

Rompí a llorar y tan sólo se levantó y me abrazó con una expresión que jamás había visto en su cara, me dio un beso en la frente y me acompañó a mi cuarto, sólo quería acostarme y pensar que mañana no recordaría nada de lo que había pasado, me di una ducha de agua fría, que me ayudaba a pensar, y me metí en la cama.

Diario de GinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora