Capítulo 6

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Cuando Chanyeol le dijo que tenía algo que mostrarle, Baekhyun creyó que debería ser alguna cosa importante. Han sido dos días, dos días desde que el alto le enseñó 'el lugar' al cual han acudido durante todo ese tiempo sin hacer absolutamente nada más que jugar. Y son juegos que no le despiertan ninguna emoción a Baekhyun.

Es decir, no quiere ser grosero, ¿pero a quién realmente le va a interesar ver cómo dos chicos en sus veintes juegan al ajedrez? Aún no lo comprende del todo, está sentado frente a un tablero mirando a Chanyeol y a ese otro chico con telequinesis —quien, a parte, ni se molesta en mover un dedo ya que hace su magia y lo mueve con el cerebro— entonces, solamente habían llegado a una puerta que estaba al final del pasillo en el segundo piso de ese lugar de porquería.

—Luhan, es injusto —Chanyeol gimió mientras intentaba mover una pieza, pero se acobardaba en el instante. Llevaba diez minutos, diez minutos con un maldito movimiento—. Mira, no podemos jugar bien si estás leyendo mi mente, ¿de acuerdo? Estoy seguro de que sabes cuál movimiento haré incluso antes de que yo lo sepa.

El chico con el cabello dorado lo miró a través de su flequillo y frunció los labios. Chanyeol simplemente se le quedó mirando a los ojos, como si estuvieran comunicándose de una manera un tanto extraña.

—Sí, que yo sea un inútil en esto no significa que no quiera que sea justo —dijo el más alto unos pocos segundos después. Baekhyun, sentado frente a ellos dos con la barbilla postrada en su palma, se extrañó ante eso—. Ya, ya. De acuerdo, entonces hoy no apostaremos las donas. Pero aún me debes un par de pedazos de galletas, ¿de acuerdo?

Luhan simplemente asintió y procedió a comerse a uno de los caballos de Chanyeol. Éste, claramente, protestó ante eso.

Baekhyun echó un fuerte suspiro mientras que es su cabeza seguía reproduciéndose un qué está pasando aquí. Después de atravesar el infierno que era de área Ceniza jamás creyó que detrás de una de esas puertas se encontraría con una linda habitación pintada de un extravagante verde. No era muy grande, pero suficiente como parecer un salón de clases o un lugar de lectura. Había bastantes libros en los estantes, otros escritos pegados en las paredes y un montón más de post-its de colores entre azul y amarillo que contrastaban con la habitación. Aunque hubiera un desastre de ruido allá afuera, éste no traspasaba la pared y Baekhyun podía escuchar casi el latido de su propio corazón allí adentro a menos que él o Chanyeol hablaran.

Era un juego sumamente aburrido. Todavía recuerda cómo era que le reñía a su hermano una y otra vez de que el ajedrez podía destruir tu cabeza, no obstante, su hermano mayor simplemente se reía, ajustaba sus lentes y le decía algo como «el ajedrez no es simplemente un juego para la mente, es una táctica para la vida e incluso una guía para tu corazón Baekhyun» y de verdad que, hasta la fecha, él todavía veía todo eso como simplemente piezas que pueden ser reemplazables y olvidadas sin ninguna suficiencia en general.

Por otro lado, ese chico Luhan, era un tanto misterioso. Le había quedado muy en claro que no podía hablar y más cuando Chanyeol tenía algún asunto que atender en el teléfono y se quedaban ambos allí, sentados casi uno enfrente del otro, mirándose. Por algún motivo, la mirada del rubio no le incomodaba del todo, pero la cosa era la forma en que sus ojos querían penetrar su cabeza tan duramente. Era casi hipnotizante. Aun así, Luhan era agradable ya que solía regalarles un poco de té hecho en un pequeño lugar de snacks dentro de allí mismo y normalmente compartía de su comida con él, así que no había ningún problema.

Más bien, tal vez sí había algo. Era esa acción entre ambos chicos, las miradas profundas como si la comunicación fuera a través de sus orbes.

—¿Te lee la mente de verdad? —Sin embargo, no pudo evitar no preguntar.

Touched With FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora