Capítulo 22

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Años antes: Exodia.

Jihoon ni siquiera sabía por cuánta gente era amado.

Por cuestiones de censura, por cosas de leyes y por el simple hecho de que no entendía. Pasar el día entrenando, comer y dormir era su vieja rutina, aquella que no simplemente le pertenecía a él, sino a todos sus compañeros. Ser un luz tampoco era fácil: no tenía una función específica, pero parecía ser lo suficientemente importante como para que lo protegieran de tal manera como si su existencia fuera la clave para salir de todo ese alboroto.

—¡Joo Jihoon!

—¡¿Sí?!

El chico levantó la cabeza, dándose contra la mesa al no calcular la distancia. Se tragó el grito que imploraba salir de su boca pero al fin de cuentas se volteó hacia quien lo veía de un extremo a otro con el ceño fruncido y un pie moviéndose de arriba para abajo.

—¿Qué haces? —preguntó Junmyeon casi saliéndole humo por lo oídos—. Estamos a menos de una hora para que las Hecks comiencen a atacarnos y, ¿piensas asaltar la cocina?

Jihoon apretó los labios y apenas resintió el peso de los productos sobre sus brazos. Una gran variedad de frutas más carnes frías lo tenían con los brazos llenos y una actitud altamente sospechosa.

—Eh... ¿tenía mucha hambre? —Evidentemente su líder no le creyó nada—. ¡Jun, no hay de qué preocuparse! Estoy experimentando con algo, sólo ignórame —se rió—. Estaré listo justo a tiempo, ¡te lo prometo!

Junmyeon pasó la lengua por sus labios resecos y suspiró, al parecer hoy había sido una semana más dura de lo normal y todo el mundo estaba bastante sensible. Para su buena suerte, sabía que Junmyeon era inteligente —más emocionalmente que intelectual— por lo que se vio más relajado y sin intenciones de averiguar sobre él.

—Está bien, sólo no robes lo de la semana.

Jihoon asintió, poniéndose de pie y buscando un recipiente donde poner todo lo que tenía sobre las manos.

—Chanyeol está en su habitación, Jungsu le dio un plática de casi dos horas completas y el chico salió más pálido que de costumbre. Haz tu magia y hazlo volver a la normalidad, no necesito gente que esté distraída y menos cuando la semana pasada tuvimos más de cinco fuegos muertos —continuó Junmyeon, caminando directo a la salida mientras que él le perseguía por detrás—. Ah, y hoy estate cerca de su línea visual. El domingo pasado estuviste completamente desaparecido, creíamos que estabas muerto.

La sonrisa de Jihoon titubeó un poco, apretó el recipiente sobre su pecho y simplemente sonrió hacia él.

—Lo intentaré.

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El día de hoy Jihoon estaba lleno de ideas para preparar. La semana pasada ya había hecho algo al estilo primaveral, una semana antes de esa fue algo más saludable por lo que este día debía ser algo balanceado: ni mucha carne ni muchas vegetales, algo que ambos pudieran comer sin rechistar y, para su bien, que ella se sintiera cómoda y sin intenciones de comerselo. Literalmente.

No estaba seguro del por qué se pasó más de veinte minutos preparándose en el espejo. Ya estaba listo para la lucha, pero siempre se preocupaba muchísimo más por su imagen desde que unió alianza con Jessica. Había sido desde hace aproximadamente cuatro meses que hablaba con ella. Fue bastante duro si es sincero, en primer lugar se suponía que Jihoon debería estar en el estómago de esa chica pero, en el momento que se había separado de Chanyeol y estaba seguro que su vida acabaría, la Heck frente a él se había detenido de imprevisto, mirándolo con cuidado y, sin saber por qué, escondiéndolo poco después cuando otras Hecks llegaron, jurando oler a un luz.

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