Niñera - Capítulo 8

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Capítulo 8

Calle Sant street, casa 1184; señora Murray, madre de dos niñas mellizas de 8 años. Toda esta información se encontraba en mi mano, en una hoja amarilla arrugada, un poco grasienta la cual me había entregado Rhea unos días atrás.

Cuando estuve lista y bien organizada salí de la casa, le puse seguro y agarre mi bicicleta. Me habia tomado mas de 15 minutos poder encontrar la casa que se suponía que estaba a tres calles de la mía. Después de unas cuantas indicaciones que una señora muy amable me había dado puede llegar hasta el lugar.

Una casa de dos pisos blanca con una amplia cerca que la rodeaba, desde aquí se podía ver una jardín verde con muñecas y otros juguetes esparcidos en el. Al empujar de la puertecilla de la cerca me dirigí por un camino de ladrillos hasta el porche de la casa, la cual estaba decorada con unas macetas y una alfombra de Bienvenidos.

La puerta se abrió de una golpe y vi, a lo que se suponia debia de ser la señora Murray muy exaltada y a medio maquillaje.

-Pasa, pasa, pasa- me ordenó a toda prisa.

El interior de la casa era muy "típico de familia" tenía todo lo necesario. Era un ambiente acogedor y alegre. Se podía notar muchos marcos de fotografías colgadas en las paredes del hogar.

-Tu debes ser Holanda.

-En realidad es Holland-respira y no la mates. Me había interrumpido de mis pensamientos en ese momento, por uno momento me había sumergido e imaginado una perfecta historia con esas fotos.

-Okay Holanda, Ava y Olivia se encuentran viendo la televisión en su cuarto en este instante. En una hora la quiero apagada, cenadas, bañadas, cepilladas y listas para irse a la cama. Mi numero se encuentra en la puerta de la nevera y eso es todo, nada complicado verdad-me indicó mientras se aplicaba lo ultimo de maquillaje que necesitaba.

-¿Solo un número?-pregunte algo angustiada de solo tener una vía de ayuda.

-O el 911, bromeo. Espero que no lo uses-mencionó al lanzarme una mirada amenazadora-Probablemente esté un poco ocupada, los negocios y empresas son un trabajo duro. La nevera es toda tuya.

¿Negocios? me veía cara de que, era mas que obvio que un vestido de lentejuelas oscuras y unos tacones de 7 centímetros no aplicaba en la palabra negocios, ni empresas.

Al acabar de retocar su maquillaje guardo todo esté en un pequeño estuche el cual metió en su cartera, agarro las llaves y se dirijo hasta la puerta.

-Ya me despedí de ellas-me sonrió-¿Puedo preguntarte algo Holanda?

-Claro señora Murray-respondí un poco asustada.

-No me llames asi, dime Eliah; no estoy tan vieja, solo tengo 25 años-respondió entre risitas tontas-¿Eres holandesa?

Aquí vamos

-No-lo mismo de siempre.

Despues de eso la señora Murray se dio la vuelta y se fue.

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Recorrí los pasillos de la casa, mientras veía los cuadros familiares colgados en las paredes. Despues de examinar cada uno me decidi por la mas hermosa en donde la señora... Eliah se encontraba tendida en una camilla de hospital con dos bebés recién nacidos en sus brazo, mientras les regalaba una sonrisa a ellas y no a la cámara.

Las risas de las niñas se escuchaban desde abajo y desperté.

Apagar la televisión, hacer la cena, bañarlas, cepilladas y mandarlas a la cama.

Ni Mentiras. Ni VerdadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora