Lo que fuese por ti - Capítulo 9

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Capítulo 9

En pocos minutos se haría paso para la media noche. La señora Murray aun no aparecía y eso no fue de mucha ayuda. Tras acostar a las niñas me cerciore de que cada ventana y puerta de la casa se encontrara bajo seguro. Me coloque en el sillón de la sala de estar y para ese momento eran las once y media.

Saque mi móvil y me puse a leer los mensajes que Rhea me había escrito para preguntarme como me había ido en mi primer trabajo de niñera.

¿Cómo te ha ido?

¿Se portaron bien?

¿Aun siguen vivas?

¡¿Cuanto te pagaron?!

Le contaría todo en la mañana a Rhea, a excepción de que alguien entro a la casa y casi se lleva una de mis niñas, lo podre guardar, solo es una mentira blanca.

Click.

Cogí lo mas cercano que se me encontrar y corrí hacia la puerta. Con un plumero sujeto con las dos manos de coloque frente a la puerta a esperar que esta se abriera y estuviera lista para atacar.

Un rostro asustado de la señora Murray se formo adelante mio, me observo por unos minutos, pero su mirada se desviaba de un lado a otro, para después cerrar la puerta y colocar las llaves en un jarrón a su izquierda.

-Lo siento, pensé que era alguien mas-le explique a Eliah, en ese momento me puso los ojos en blanco y se dirigió al pasillo, ante de las escaleras- y cómo le fue en los negocios del trabajo...

Hay que matar la tensión.

-Te di-i-re algo Holanda, todos los hombres son-son iguales, a-a pepenas le dices que tienes dos hijos o incluzzo un perro se alejan de ti, si si volando-seguido de eso con sus manos figuro un pájaro que se iba volando.

Me preguntaba cuando había bebido, un par de copas para estar en este estado. Me preguntaba cuantas veces las demás niñeras tenían que dormían a las niñas temprano para que no vieran a su madre así.

-Lo tendré en cuenta, gracias.

Me aproxime a el comedor donde se encontraba mi cartera de mano, la agarre y la cruce colocada al hombre. Me aproxime a la puerta en pasos lentos sin alejar la mirada de las escaleras.

-Creo que ya me voy, ya esta muy tarde-le informe a Eliah.

-Si-i quieres te llevo.

-No gracias, viene en mi bicicleta.

Esperaba que la señora Murray no se hubiese regresado en carro en su estado, que tal si sufría un accidente. Por lo visto no era tan responsable a sus 25 años para ser madre de dos niñas de 8 años, pero no podía juzgar a las personas solo por un acción.

Antes de salir por la puerta la señora Murray me pregunto si deseaba cuidar a las niñas la próxima semana, lo dude por un segundo, pero necesitaba respuestas y la única que me las podía dar era Olivia.

-No seria ningún problema-antes de cerrar la puerta por completo me devolví hacia ella-cierre la puerta con seguro, por favor-ella se dirigió al jarrón donde se encontraban las llaves y me hizo un pequeño gesto de afirmación con la cabeza.

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Ya me sabia el camino a casa, así que en vez de 15 minutos tratando de encontrar como llegar, solo serian unos pocos. La noche estaba fría y mas oscura de lo debido, por lo general las estrellas alumbraban las calles junto a los postes de luces, pero esta vez el cielo estaba apagado y los postes parpadear.

Al cruzar en una pequeña curva sobre la acera divise una sombra negra con la cual me estrelle y caí al piso.

Me tomo mas de un minuto poder ponerme de pie nuevamente, trate de girarme y ayudar a la probé persona con la que tuve la suerte de estrellarme, pero no había nadie. Mire a las casas vecinas y todo estaba cayado, en silencio, el único ruido era yo.

Por encima mio un poste de luz parpadeaba sin cesar, cuando me flexione para recoger mi bicicleta sentí un pequeño ardor en mi rodilla, por donde un poco de piel roja se llegaba a divisar.

Era un pantalón nuevo, por Dios Holland que te pasa.

Comencé a caminar hasta mi casa que se encontraba a unas pocas casa desde mi tonto accidente. Al llegar tumbe mi bicicleta en el césped y a paso lento y doloroso subí cada escalón a la vez. En el porche antes de entrar mis llaves en la cerradura de la puerta note algo por detrás mio, el poste ya no parpadeaba mas. Estaba mas brillante que nunca.

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Trate de ir en puntillas y lo mas silencioso posible hasta mi habitación, pero en un segundo todas las luces del primer piso se encendieron.

-Estas no son horas de llegar Holly-mi padre se encontraba recostado en unos de sus sillones favoritos, con un libro en mano y en la mesita de noche en donde un lampara alumbraba su furioso rostro una taza de café.

-El tiempo se ha ido volando-he imitando con mis manos el mismo movimiento de los pájaros que hizo Eliah tiempo atrás.

-Son casi las 1 de la madrugada y... ¡QUE TE HA PASADO EN LA PIERNA! ¿TE ATACARON?-grito mi padre históricamente mientras cojeaba hacia el para que guardara un poco mas de silencio.

-Me he caído en el camino ¿okay? y deja de gritar, tenemos vecinos ¿sabes?.

-Lo siento, pero eres lo único que me queda y no te perderé ¿entiendes? haría lo que fuese por ti, mataría por ti bebe.

-Papa ya no soy la niñita que tu crees que aun soy, se cuidarme y entiendo perfectamente que me quieras proteger, pero tu también tienes tu vida-sus palabras fueron fuertes, tanto que me estremecieron.

-Mi vida la tenia ella.

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Después de terminar de un regaño a una triste y dolorosa platica me termine de limpiar la rodilla para que no se infectara. Me acosté en mi cama con un millón de preguntas en mi cabeza, todo esto estaba fuera de control, por un momento creí que todo era un desorden, pero las luces junto al accidente de las niñas, en una misma noche no era coincidencia. 

Que tal si las luces parpadeantes no fue solo un simple hecho y fue un verdadero suceso, si todo esto estaba pasando frente a mi y no me daba cuenta.

Eres lo único que me queda y no te perderé ¿entiendes? haría lo que fuese por ti, mataría por ti bebe-recordé las palabras de mi padre.

Haría lo que fuese por ti, mataría por ti bebe . Por ti bebe.

Acaso tenia miedo de que alguien me alejara de el. Sus fuertes palabras me ocultaban acaso la verdad y me llenaban de temor. 

Necesitaba despejar mi mente de absurdas teorías.

Necesitaba un descanso.

Necesitaba a mi madre.


Ni Mentiras. Ni VerdadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora