One Shot- Suga: Destiny
Miraba la hora, se me hacía tarde. Corría por la calle pero algo incomoda ya que llevaba el uniforme de la escuela. Quise faltar pero mi madre no me dejó. Maldición, una oportunidad para ver frente a frente a mis ídolos y to a unas cuadras. Cuanto apuesto a que ya llegaron y están firmando autógrafos.
Estaba algo cansada, mi respiración ya era rápida, mi corazón latía a mil por el nerviosismo y la adrenalina del momento. El aeropuerto estaba a unas tres cuadras aun, no era tiempo para parar. Un último aliento. Mi celular sonó y noté que era mi amiga Jihye.
-¿Dónde estás?
-Corriendo –dije agitada-. Estoy a unas calles.
-¡Apúrate! –su voz se perdía entre los gritos del fondo.
-Si no llego, pide algo para mí.
-¡Corre!
Colgué y corrí con las últimas fuerzas que me quedaban. Todo por conocerlos, no iba a perder una de mis más grandes oportunidades.
Luego de unos minutos, me apresuré y fui hacia la entrada principal. En ese momento, sin darme cuenta, choqué contra alguien haciéndome caer al suelo por el impacto, me raspé las rodillas, bastante. ¡Mierda! Esto me pasa por la desesperación.
-¡Lo siento! ¿Estás bien? –dijo una voz masculina, agachándose a mi lado.
-Estoy bien.
Miré mis rodillas e hice un gesto de dolor. Ardían mucho.
-Ven, no voy a dejarte así.
-Estoy bien, no pasó nada grabe. Estoy algo apresurada, solo eso.
-¿Pierdes un vuelo?
-No, quiero conocer a mis ídolos...
Levanté la mirada y vi unos bonitos ojos marrones, unos muy conocidos. Su rostro estaba cubierto por el barbijo pero su cabello era de un color verde menta, me recordó a...
-¡Suga! –una voz exclamó.
-Vamos por favor, no quiero dejarte aquí.
Solo pude asentir. Suga tomó mi mano y me ayudó a levantar. Apuró el paso mientras sostenía mi muñeca, no corría por mis ya lastimadas rodillas.
-¿Te duele? –pude escuchar mientras caminábamos hacia una gran camioneta negra.
-Algo.
Mentía, dolía como mil demonios.
-Sube –ordenó.
-¿Qué? –lo miré confundida.
-Suga... -la voz de uno de los managers interrumpió. Nos miró-. ¿Qué sucede?
-Me choqué con ella haciéndola caer al suelo, se lastimó. No quiero dejarla así.
-Suban, rápido –ordenó.
Suga subió primero y me dio la mano para ayudarme. Cerré la puerta y noté que estábamos solamente nosotros junto a dos managers y Jin. Me sentía incomoda ya que no conocía a nadie, literalmente, ni ellos a mí. Jin miró por el retrovisor y giró, regalándome una sonrisa cual hizo que me pusiera aún más nerviosa. Estoy con dos de mis ídolos.
-¡Hola! ¿Quién eres? –Miró mis piernas-. ¡Dios! ¿Qué te pasó?
-Fue mi culpa –habló Suga-. Por correr y no mirar hacia delante, me choque con ella y calló al suelo.