Nos encontrábamos en Seúl esperando a que fueran las doce de la noche para brindar todos juntos. Lamentablemente no íbamos a pasar las fiestas con nuestras familias, pero estando juntos es casi lo mismo, somos como hermanos a pesar que soy la única chica entre ellos. Los conocí desde antes del debut, soy su estilista y mejor amiga. Al principio fue raro, pero con el tiempo todo fue cambiando, realmente estaba agradecida de tener a siete chicos a mi alrededor, que me cuidaban y protegían como a una hermana menor.
-¡No Jungkook! –exclamó Jimin colocándose al lado de él-. Esto va al centro de la mesa, por algo se llama "centro de mesa"
Jungkook lo miró serio.
-Lo sé, no soy idiota como tú. Solo que me pareció mejor a un lado.
-Déjame, mejor ve a buscar la comida.
-Ve tú, yo estoy encargado de decorar la mesa.
-Ya los dos, dejen de pelear –J-Hope los miró de a un lado, riendo.
-Pero él comenzó –dijo Jungkook como niño pequeño en referencia a Jimin.
-Ah ¿ahora es mi culpa?
-Ya, cállense y ayúdenme –dijo Yoongi entrando por la puerta con varias cajas. Ambos se callaron y lo ayudaron.
-Gracias Yoongi –exclamó Jin desde la cocina.
-¿Te ayudo? –dije acercándome, él solo me sonrió.
-Te lo agradecería mucho.
-Otra navidad más juntos –sonreí-. Me gusta celebrarlo con ustedes.
-Desde el debut que no celebramos con nuestras familias, es algo triste pero al menos estamos todos juntos.
-Si. De todas formas, somos una familia.
-Eso está más que claro –giró apoyando la espalda en la mesada y limpió sus manos-. Creo que hice mucha comida.
-No te olvides que los chicos comen como cerdos.
Jin rió.
-Más en estas fechas.
-¿Dónde están Namjoon y Tae? Se fueron desde temprano y aun no vuelven.
-Dijeron que irían a buscar algunos regalos. Seguramente se detuvieron en algún lugar a beber algo.
-Ya son como las diez, Jin. Está todo cerrado.
Frunció el labio.
-Mejor los llamo. ¿Te ocupas de la comida?
Asentí con la cabeza y Jin salió de la cocina para llamar a los chicos. Luego de unos minutos, siento unas manos en mi cintura, lo que hizo que me sobresaltara.
-¡Perdón! –dijo J-Hope-. No fue mi intención asustarte.
-Está bien –suspiré aliviada-.
-¿Necesitas ayuda?
-Está bien, gracias Hobi.
-¿Ya pensaste lo que le regalarás a Tae?
-Si –sonreí-. De hecho, está bajo el árbol su regalo.
Hobi sonrió.
-Ambos se gustan, no entiendo como no se confiesan sus sentimientos. –Se apoyó contra la mesada y cruzó sus brazos, mirándome.
-Es complicado –dije mientras separaba las hojas de lechuga.
-¿Complicado? El chico muere por ti, tonta. Se le nota a kilómetros.