Rato después del encuentro fogoso y apasionado que tuvieron, Inés y Victoriano regresaron a la celebración para seguir compartiendo en familia. La fiesta terminó prácticamente de madrugada. El matrimonio Santos despidió en la entrada de la hacienda a sus hijos quienes partirían esa noche a su luna de miel, cada pareja a un lugar diferente. Luego de esto y de que todos los invitados se hubieran marchado, la pareja subió a su habitación y luego de darse un baño juntos y hacer el amor una vez mas cayeron ambos exhaustos en la cama y se durmieron de inmediato, uno en brazos del otro.
>>>
A la mañana siguiente Victoriano despertó primero, usualmente era su mujer quien se levantaba un rato antes. Ambos eran madrugadores, pero Inés casi siempre se despertaba unos minutos antes y contemplaba a su marido por largo rato, si él aun no despertaba ella se levantaba y comenzaba a alistar la ropa que su esposo utilizaría ese día, le gustaba tener esas atenciones con él y consentirlo todos los días de una u otra manera. Pero como hoy el madrugador fue Victoriano, fue éste quien quiso tener una atención con ella, sobretodo porque era el día que cumplían dos meses de casados. Luego de contemplarla un rato y darle besitos por todo el rostro, que solo hicieron que Inés se removiera en la cama sin despertar, Victoriano se levantó, se vistió y bajó a la cocina para encargarle a Jacinta y a Candela que alistaran el desayuno que él mismo le llevaría a su esposa a la cama. Las chicas, aunque sorprendidas de ver como el patrón mismo supervisaba que el desayuno quedara como a Inés le gustaba, se encargaron de preparar todo y de dárselo a “Don Victoriano” en una bandeja para que pudiera llevárselo a su mujer.
En la habitación Inés despertó y se removió en la cama apenas abriendo sus ojos, sintió la cama fría y se incorporó buscando a su marido pero no, no estaba en la cama ni tampoco en el cuarto.
—Mi amor… —lo llamó para ver si estaba en el baño pero no obtuvo respuesta. —Que raro.
—Buenos días ¿ya despertó mi dormilona favorita? Hoy sí que estas de floja, mira la hora que es y tu todavía ahí media desnuda tirada en la cama. —Victoriano entró con el desayuno y miró a su esposa quien con la sabana se cubría sus pechos pues solo traía puestas unas braguitas.
—Pues para la próxima me duermo con ropa, porqué desperté y sentí frio ya que mi marido me abandonó. —dijo agarrando su bata que estaba a un costado y colocándosela, Victoriano admiró sus pechos descaradamente antes de que ésta cerrara la bata.
—Fui a prepararte el desayuno. —se sentó junto a ella y le puso la bandeja enfrente.
—¿Tu te metiste a la cocina? —dijo riendo y tomando un pedazo de queso del plato para llevárselo a la boca.
—Para que veas, pero bueno la verdad es que lo prepararon Jacinta y Candela, yo solo ayudé y me encargué de que todo quedara como te gusta. —besó dulcemente a su mujer en los labios.
—Bueno pues gracias mi vida. Se ve riquísimo.
—Por cierto señora Santos, feliz dos meses de casados. —dijo besando a su esposa, ella le correspondió de manera apasionada.
—Si es cierto mi amor, hoy cumplimos dos meses, y han sido los mejores dos meses de mi vida. Te amo tanto Victoriano, me haces tan feliz.
—Y tu a mi morenita. Mira tengo un regalo para ti. —se puso de pie para buscar algo en uno de los cajones, sacó una cajita y se la entregó a su esposa.
—¿Qué es?
—Ábrelo.
—De acuerdo… —Inés abrió la caja y sacó una cadenita de oro, era sencilla pero muy fina y elegante a decir verdad. Pero le gustó lo pequeñita que era, bastante discreta para ella que no solía llevar joyas enormes y llamativas. La cadena llevaba un dije colgando, igual de oro, este tenía grabado un símbolo conocido para ella, uno Maya que significaba “amor eterno”, del otro lado del dije tenía grabadas unas iniciales, la de ella y la de Victoriano. Sonrió encantada y miró a su marido completamente enamorada. —Me encanta mi amor. —se inclinó hacía el para besarlo tiernamente.
ESTÁS LEYENDO
LO QUE SIEMPRE SOÑAMOS SER
FanfictionDespues de tantos problemas, tantas lagrimas y tanto sufrimiento, al fin Inés y Victoriano habían alcanzado la felicidad. Ahora eran un pareja casada, viviendo su amor libremente y alcanzando por fin esa dicha que tanto soñaron tener y ahora era una...