Capítulo 5

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Ethan:

Quisiera que no se planteara la propuesta, quisiera que aceptara y hacerla mía como vengo pensando hacerlo desde el minuto cero. Quisiera que no dé mas vueltas, que se deje hacer lo que siente, que no dude y sea directa. Pero Lía es una mujer, y las mujeres se plantean todo, aún así si lo que tienen en frente puede hacerlas plenamente felices.

Ellas tratarán de buscarle el pelo al huevo, encontrar y aceptar más los contras cuando los pros son mayoría y así rechazar lo que podria complacerlas, como en este caso soy yo. Yo quisiera hacerla sentirse poderosa pero delicada, con poder pero obediente, seductora y deseada pero mía, exclusivamente mía.

No aguanto las ansias y me acerco, bajo la cabeza para ponerme a la altura de su rostro.

-Sabes lo que quieres, Lía y yo también-  Vuelvo a posar mis manos en su hermoso culito y lo aprieto. Acerco mi boca a la suya y rozo nuestros labios mientras hablo  - Dime que aceptas mi propuesta y te aseguro que serás la mujer más dichosa de todas, cariño.

-Yo no creo que esto sea...- Empujo su cuerpo contra mi hambrienta polla y una de mis manos explora su culito y más al centro  -Ah, no me hagas esto.

-¿Que no haga que, cariño?, ¿esto?-  Empujo con los dedos en su centro sobre las bragas que lleva bajo ese vestido corto que me tiene loco y efectivamente, abre las piernas y se acerca un poco más.   -Eso es, cariño. Sientelo. Siente como te toco, disfrutalo. Sientete Mia.

Para mi sorpresa no cuestiona y posa un brazo en mi hombro.

-Está bien-  Y esas dos palabras bastaron para alzarla en brazos sin pensar.

Sin volver al salón para decir nada a mis compañeros, subo los escalones hacia mi cuarto y una vez adentro cierro la puerta de una patada y siento a Lía en mi cama. Me gusta como la seda negra de mis sábanas lucen contra su piel acalorada y como su pecho sube y baja con velocidad. Está asustada, nerviosa y excitada y eso me encanta. Mi polla está a punto de explotar por lo hinchada que está y la siento latir. Me arrodillo a un lado de la cama, frente a ella.

Lia:

Jamás en mi vida me sentí de esta manera. tengo mucho calor y siento ansias en mi sexo, deseo esto, lo deseo a él, deseo que me desnude, que me haga suya pero los recuerdos de mi primera vez vuelven a mi memoria, de como ese imbécil me usó, me mintió diciendome que me amaba y que era especial cuando en realidad solo queria arrebatarme mi virginidad por alguna varonil satisfacción  y calmar su picazón. Me acuerdo de eso, me pongo nerviosa y no controlo la idea de que me estan volviendo a usar.

-No estes nerviosa, Lía. Colabora conmigo y te aseguro que tocaras el cielo con las manos y me rogaras que no pare.-  Asiento con la cabeza. Estoy tán excitada que siento el clitoris más hinchado que nunca y mi vagina mojada, estoy totalmente empapada. 

Ethan se acerca a mí y me besa. Me sujeta de la cintura y hace que me pare. Pasa una mano por atras mío y baja la cremallera de mi vestido que cae dejandome solo en sujetador y mis empapadas bragas. Ethan se agacha y besa mis bragas en el monte de venus haciendome sentir una nueva oleada de calor y las baja.

-Eres hermosa, Lía-  Velve a pararse y me empuja a la cama. Me quita los Zapatos y me abre las piernas, acercando su cara a mi vagina. Yo automaticamente intento cerrar las piernas pero él me lo niega.  -Estate quieta, confia en mí. Vuelve a acercar su cara a mi entrepierna y con la boca roza mi clítoris.

-¡Ah!- gimo, sintiendo una increible sensación en el clítoris y la vagina, me gusta, me gusta mucho.

-Te gusta ¿verdad?-  Abre la boca y me chupa el clítoris, lo masajea con la lengua y finalmente lo succiona. Siento tocar las estrellas, la sensación más profunda que experimente jamás.  -Abre las piernas para mí, bebé.

Sin cuestionar, hago lo que me dice. Vuelve a repetir el proceso, chupa, masajea y secciona mi clítoris y luego le pasa la lengua y hace unos movimientos muy rapidos lamiendolo. Me vuelve loca y arqueo mi espalda. Ethan se levanta y se saca rápidamente la camisa y los pantalones, dejadolo solo en unos boxers que delataban una gigantesca  ¡Madre de dios! es tán enorme que casi podría medir lo mismo que de mi muñeca hacia mi codo.

Vuelve a posarse en la cama, pero esta vez sobre mí. Chupa uno de mis pechos y succióna mi duro pezon excitado, luego le da un suave mordisquito que me hace gemir fuertemente de placer. Luego repite lo mismo con mi otro pecho.

-Tienes los pechos más bonitos que he visto y saboreado-  dirige su boca hacia arriba, pasando la lengua todo el camino hacia mi cuello y ahi chupa y succiona sin parar.  Baja una mano hacia abajo y pasa los dedos por mi endidura. Gimo y me retuerso cuando uno de sus dedos se hunde en mí.  -Ya estas preparada, cariño, estas practicamente chorreando.

Me ruborizo por el comentario y él lo nota y sonrie. Se posa en cuatro patas y apoya la punta de su polla en el centro de mi latente vagina, yo no paro de gemir. La Introduce  lentamente, pero yo necesito más, mi cuerpo me pide mas y empujo su duro culo hacia adelante con las manos.

-Tranquila, pequeña, déjame a mí- Dice con un fuerte empuje de sus caderas que me hacen gemir con potencia, luego lo hace otra vez y otra y otra y otra.  -Dime que lo disfrutas cariño, dilo  -Dice entre gemidos.

-Si, lo disfruto mucho, ¡Ah! me encanta-  Él apura su ritmo y yo enloquesco -Mas, ¡mas!, ¡no pares!.

Una penetración, tres, cinco, nueve, doce, la sensación me vuelve loca de placer. Mis pezones se endurecen como dos pequeños picos anhelantes y cada empuje de su pelvis hace que vea las estrellas y todo el firmamento entero.

-No te vengas aún, cariño, aun me falta un poco y quiero que lo hagamos juntos.

-No puedo hacerlo, no puedo.

-¡Ya casí!- quince, diecisiete, veinte.  -¡Ya, Lía!

Y con esas palabras me corro con un fuerte grito y caigo en el orgasmo más intenso y potente de mi vida. Todas mis terminaciones nerviosas palpitan del goze más rico que he sentido nunca.

Ethan se deja caer ensima mío y nuestras respiraciónes agitadas se chocan.

-No me dejes, Lía, no quiero que te vayas-  Dice agitado.

Eso me hace pensar en lo que pasará luego de esto, ¿QUE PASARÁ?...

Siéntete MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora