Capítulo 8:

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Lia:

-Te ves palida, Puki ¿te pasa algo?- Pregunta mi padre pasándome el dorso de su gran y gastada mano primero por la frente y luego por la mejilla. No sé que extrañaré más de mi padre, que me sobreproteja y me mime o que me llame Puki.

La verdad es que no estoy bien. Desde que Ethan me dejó en mi casa, esa última frase que dijo anduvo revoloteándome por la cabeza todo el rato "Pensaré e tí esta noche, y muy posiblemente la pasemos jutos" Yo no quiero volver a ver a ese guapisimo y bien dotado hombre en toda mi vida. ¿Guapisimo y dotado? ¡¿Que digo?!. En fin, fue tanta mi sorpresa y mi desespero que decidí pasar mi día libre de clases en casa de mi padre, quien además de despejarme siempre logra hacerme sonreír. No será mucho el tiempo que tendré para estar con él, tiene cancer de pulmón y aunque por ahora esta tranquilo, en el dia menos espeprado eso puede cambiar. Y además mi padre me proporcióna seguridad paternal, consuelo, tranquilidad y diverción... ¡Este viejo es un loco!.

-Si, estoy muy bien papá, es solo que he salido con Gina anoche y he tomado de más , eso es todo.- Contesto acomodando uno de los ridículos tirantes bordos de su pantalón. Ah ¡mi padre y su fallidos intentos por parecer juvenil!.

-¡Saliste y no me avisaste, Puki!, eres una mala hija- exclama sacando pucheros -¡Si me hubieses llevado quizas hubiera podido bailar con esa bonita amiga tuya, Gina! en vez de estar aqui solo y enfermo viendo esos realitys raros toda la noche.

-¡Papá!- ¡no hay caso con él!

-¿Que tiene de malo que un viejo moribundo como yo tenga una última alegría?

-Pues buscate alegrias apropiadas para tu edad, ¡Ve al bingo, buscate a una vieja!- Le propongo.

-No quiero viejas, quiero a una linda mujer bonita que tenga todo levantado y en su lugar, no ropas olgadas, rodetes o tetas caidas, yo quiero una linda muchacha que me haga feliz- Aspeta el sinverguenza.

-Bien, pues buscate a una linda mujer con todo levatado, ¡Que no sea mi mejor amiga! para que te haga feliz, papá- Grito con diversión pero en serio -Y además tú no estás moribundo, estás bien y así seguirás- Me ha costado más a mí que a mi padre asimilar su enfermedad ¡Me niego a la idea de que no esté conmigo!.

Suena mi movil. Un mensaje:
"Espero que estés descansando bien. Esta noche necesitarás de todas tus energías. Paso por tí a las 9:00 ¡Besos en dónde los prefieras!. Ethan"
¿Eh? ¡No!, ¿Cómo supo Ethan el número de mi movil?. ¡Ay , que miedo!.

-¿Está todo bien, Puki?- Pregunta preocuado mi padre a l ver el gesto, mezcla de sorpresa y miedo que tengo. Él no tiene que saber nada, este es tema mío y además odiaria que mi padre supiera que me acosté con un hombre al que habia conocido esa misma noche. De ninguna manera, mejor le ahorro el disgusto.

-Em... si, papá. Es Gina que necesita que vuelva, un tema de mujeres- Le miento y no puedo dejar de sentirme mal por ello.

-Oh, dile que cuando quiera puede tratar temas de mujeres conmigo, ¡yo encantado!.

-¡Ay, papá!- ruedo los ojos -Nos vemos pronto, pasaré a verte ni bien pueda- Le doy un beso en la mejilla.

-Adios, Puki loca- Me besa la frente -Aquí te espero, ya sabes.

Salgo volando del departamento de mi papá y me dirijo en mi coche hacia la casa de Gina. ¡No, tonta! él sabe donde vivo, me dejó allí hoy en la mañana ¿y ahora que hago? Bueno, para las 9:00 p.m falta mucho, recien son las 5:00. Me dá tiempo para cargar un par de cosas e irme a un hotel, almenos una noche o dos hasta que Ethan se olvide de mí.

Llego a casa de Gina, ella aun no ha vuelto a casa, debe de haberse ido a visitar a su famila, como todos los viernes. Agarro mi valija y guardo un par de mudas de ropa y algunos zapatos. Bien, esto bastará. Son las 7:00 y aun tengo tiempo para hacerme algo y calmar este enorme mounstro que no deja de rugir en mi barriga.

Luego de comer, mi movil suena. Una llamada.

-Hola- Digo timida y temerosamente, deseando que no sea Ethan.

-Hola, ¿Señorita, Lia Sumer?- Genial, ¡no es Ethan!.

-Em, si ella habla ¿Que se le ofrece?- Pregunto ahora con más seguridad que antes.

-Habla el doctor Henrie Guzman, el médico de tu padre. Le llamo para darle una muy buena noticia. Estuvimos viendo las radiografias de su padre y dado que su tumor es aun bastante reciente y no se ha esparcido mucho aun ni infectado al otro pulmón, le queria avisar que podemos operarlo y aplicarle tratamiento- Mi corazón de golpe estalla de alegria y las lagrimas me inundan los ojos, ¡Mi padre tiene esperanza de vida! -Pero debemos empezar lo antes posibe y la cirugia no puede trardar tampoco, queria saber para cuando usted tendría el dinero necesario para realizarla.

-¿De cuanto dinero estamos hablando, doctor Guzman?- Pregunto apresuradamente con lagrimas en mis ojos.

-Bueno, es una operación muy compleja y larga, y necesitamos un equipo especial, remedios y traslados para el tratamiento asi que deberia costar entre unos $10.000 a $30.000- Explica.

¡Yo no tengo tanto dinero! trabajo los fines de semana como mesera en un bar para ayudar a Gina con la dispensa pero eso no alcanza para nada. Solo tengo una salida...

-No se preocupe, doctor. Yo conseguiré el dinero necesario, usted solo aviseme cuando tenga fijada la fecha de la operación- Me despido y le cuelgo. No puedo creer lo que voy a hacer pero no me queda de otra. Mi padre tiene esperanza de vida y yo haré lo que haga falta para mantenerlo conmigo. Lo que haga falta.

Un vosinazo se escucha afuera y de un increible coche BMW gris, sale Ethan. Su caminata es digna de la más prestigiosa pasarela, su cuerpo es tán perfecto como una escultura romana y su rostro, esa media sonrisa caracteristica de él me hace estremecer, mientras que sus ojos sinicos me enloquecen. Abro la puerta de la entrada y quedamos mirandonos cara a cara,

-Acepto el empleo, Ethan. Acepto trabajar con ustedes y con eso también acepto ser tu esclava sexual- Digo firmemente y con la mayor decisión que halla tenido nunca.

-Estupendo, nena...


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