El viento toca mis hombros, la temperatura es perfecta, me encuentro en un campo de flores.
Todas tienen colores distintos, al fondo se encuentra una flor que por alguna razón es especial para mi, su fragancia llama mi atención, la flor no tiene color, es un caso particular entre las demás flores. Sin dudarlo, caminé hacia aquél sitio y me di cuenta que esa flor tenía bastantes semejanzas con ese chico, ese hermoso chico... ¡Eizen!.
-¡Magdiel!, ¡Magdiel no puede estar muerta!- Se escuchaban los gritos de Eizen.
Su voz cada vez se escuchaba más y más, hasta que-
GRACIAS.
-¿ Creyeron que los dejaría lastimar a mi Eizen ?, han despertado el verdadero poder de la familia Leviathan.- Dije furiosa.
Entonces lancé un "acerwinboé", que es un poder que consiste en tomar energía vital del ambiente para lograr destruir todo lo que toques y me liberé de todas las flechas que habían caído sobre mí.
Al levantar la mirada llena de sangre, pude sentir todo el gran poder que corría dentro de mi ser, así que ataqué al primer grupo de ángeles que intentaron atacarme.
-E-esa es... ¿Magdiel?, ¡realmente es implacable!- Dijo Eizen.
Mientras corría hacia Eizen, uno tras otro los ángeles perdían número, no podían detenerme.
Estaba llena de ira, de tristeza, pero también me sentía impotente... ¿Qué es lo que estaba pasando?, ¿Realmente este es el poder de la familia Leviathan?.
De pronto, escuché a lo lejos una tierna voz:
—Mi niña, perdón por no poder estar cuando más me necesitabas, pero debes mantener la calma, no puedes seguir luchando contra los ángeles, la ira no es buena, eso fue lo que me alejó de ti, reflexiona y deja fluir la tranquilidad por todo tu cuerpo...—
Esa voz..., esa suave voz... Es la de mi madre.
Sacudí mi cabeza un par de veces y sin dudarlo comencé a seguir las palabras que mi madre había dicho; pronto empecé a sentir la tranquilidad fluyendo dentro de mi.
—¡Pero que caos!, ¡¿Todo esto lo hizo Magdiel?!— Dijo Arthuro mientras se dirigían a la escena.
—Este es el poder de la familia Leviathan.— Respondió Sergey.
—Pero es muy peligroso que esto siga, Magdiel podría causar que el cielo caiga, lo cual ocasionaría un desbalance total en el mundo de los humanos.— Concluyó Sergey.
—Ahhhh... Esta chica no tiene remedio..., iré por ella, tu espera aquí, Sergey— Suspiró Arthuro.
La tranquilidad fluía continuamente dentro de mi, pero había un espacio específico dentro de mi corazón que me impedía continuar con el proceso.
Sentía cómo el ambiente cambiaba de caluroso a templado y luego a frío, mi mente estaba descontrolada.
Poco a poco comencé a recordar a Eizen, al daño que le habían causado los ángeles y también al amor que le tenía. Esto solamente causó que mi ira se volviera a soltar.
Si antes iban desapareciendo 10 ángeles con un sólo ataque, ahora van desapareciendo 30. Lo único que quería era llegar a Eizen.
Cuando Estaba apunto de derribar la última barrera de ángeles, algo bloqueó mi ataque e hizo que este rebotara para irse en dirección contraria.
Era Arthuro.
—¡Magdiel!, ¡Debes calmarte!— Gritó Arthuro.
—¡Cállate y dejame pasar, Arthuro!— Grité furiosa.
—Esta no es la manera de llegar a Eizen, ¡No continúes!— Dijo Arthuro.
—Tu nunca entenderás la situación por la que estoy pasando, ¡Aléjate!— Dije en un tono amenazador.
—¿¡ Crees que no entiendo la situación por la que estás pasando?!, ¿¡ Acaso piensas que es fácil vivir con el recuerdo de la muerte de tu amada mientras que no pudiste hacer nada?! ¿¡¡¡Eh?!!!, ¿¡ Crees eso?!— Dijo Arthuro aguantándose las ganas de llorar.
Nunca había visto a Arthuro tan tenso, más bien creo que soy yo la que no puede entender el sufrimiento que él pasa todos los días.
—Está bien, me has convencido, ya no atacaré más a los ángeles, pero con una condición, que me dejen ver a Eizen.— Dije decidida.
—Muy bien Magdiel, pero por ahora tienes que ir con Sergey, nosotros nos encargaremos de lo demás. — Dijo Arthuro.
Me dirigía hacia donde estaba Sergey cuando de repente, una flecha salió disparada directamente hacia él, su rostro irradiaba dolor, podía ver que el rojo de sus mejillas se desvanecía. Volé lo más rápido que pude, recosté su cabeza en mis brazos y lo abracé fuertemente.
—Disculpeme señorita, he causado que vuelva a llorar, pero no debe preocuparse por un simple empleado de la familia Leviathan, usted debe de seguir su camino sin que ocupe su tiempo en alguien como yo— Dijo Sergey mostrando una sonrisa tranquila.
—¡Sergey!, ¿¡ Cómo cree que no me voy a preocupar ?! , usted ha sido mi único apoyo, la pequeña familia que he tenido, la persona más amable que he conocido, mi segundo padre, lo único que tengo, ¡Lo ha sido todo para mi!— Dije llorando.
—Señorita Magdiel, estoy muy agradecido por haberla conocido, usted ha sido una persona muy buena, recuerdo la primera vez que hablamos, usted quería comer helado de limón, pero sus padres no la dejaban, así que rompí un par de reglas con tal de llevarla a comprar uno. Nunca olvidaré la inocente sonrisa que me regaló ese día...— Terminó Sergey.
—No, no, no, ¡Sergey!, ¡no me dejes aquí!, ¡por favor despierta!, ¡Sergey!—
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Dame Tres Segundos Y Te Diré Cuánto Te Quiero.
RomanceUna historia de amor entre un demonio y un ángel que luchan por poder estar juntos, hacen todo lo posible por lograrlo, pero tienen muchos inconvenientes gracias al oscuro pasado que tiene él demonio. Él demonio esta muy confundido gracias a que su...