Cursis.
Llevaban días comportándose así como si no hubiese nadie a su alrededor.
— Yaku-san, ¿quieres un poco? —Ofreció de su helado.
— Lev, tienes toda la cara manchada...
Tomó un pañuelo y con él limpió el rostro del otro muchacho.
— ¡Me mancharé más seguido para que hagas eso, Yaku-san!
Ellos parecían creer que nadie los observaba, sin embargo estaban a la vista de todo su equipo.
Literalmente, todo el equipo detuvo su caminar para mirarlos.
— ¿Y ustedes qué miran? — Regañó Yaku, ligeramente sonrojado.
Todos los demás se voltearon de nuevo, pero, ¿cómo ignorar eso?
Sobre todo porque iba más de una ocasión en la que tenían escenas como esa, con comportamientos dulces, melosos o cursis, pero ¿cómo decírselos?
No parecían ser conscientes de que, de verdad, lo hacían.
Aunque, en una de sus tantos "momentos", alguien se atrevió a decir algo que, aunque todos pensaban, no se atrevían.
Yaku estaba sentado en el suelo. La práctica se había dado por terminada, así que se encontraba descansando.
Con el propósito de sorprenderlo, Lev se aproximó por detrás. Se agachó y siguió a cuatro patas, como un gato, para acercarse con más sigilo.
Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, lo abrazó fuertemente, sacudiendo todo su pequeño cuerpo.
— ¡Yaku-san!
La impresión lo hizo voltearse y golpear al joven de cabello plateado en el rostro.
Sin tomarle mucha importancia, él lo meneó de un lado a otro y lo sentó en medio de sus piernas mientras reía por la reacción de su superior.
— ¡Lev, me asustaste! ¡No te rías, idiota!
— Ese era el objetivo, Yaku-san— Su risa no cesaba.
— ¡No es gracioso!
Cubrió la cara de Haiba con su mano, apartándolo de sí.
— Chicos...— Se atrevió a hablar Kenma— ¿Ustedes están...?
— ¿Estamos...?— Pronunciaron al mismo tiempo, ladeando la cabeza con confusión.
— Quiere (y la verdad, todos queremos) preguntar si ustedes están saliendo— Completó Kuroo.
Se sonrojaron totalmente. No sabían qué responder.
Empezaron a tartamudear, hasta que Yaku se atrevió a decir:
— ¿Qué les hace pensar eso? — Su rostro mostraba algo de molestia.
Su enojo se redujo a cero para comenzar a reír nerviosamente, el otro chico siguió sus acciones.
— ¿Entonces están o no? — Preguntó por segunda vez el capitán.
— ¡Claro que sí! — Afirmó Lev.
— ¡Claro que no! — Negó Yaku, al mismo tiempo.
Se miraron el uno al otro. Los nervios regresaron. Desviaron la mirada y la regresaban casi al mismo tiempo, así que volvían a voltearse.
— ¿No lo somos o sí? — El mayor de ambos rompió la incomodidad (para crear una nueva y distinta).
— ¿Sí...?
— Bueno... no lo sé.
— Creo...— Rascó su nuca—. Yaku-san, ¿quieres salir conmigo?
— Supongo que ya estamos, pero... sí.
— ¡Te quiero, Yaku-san! — Lo apretó con más fuerza que antes.
— También yo, Lev...— Susurró.
De nuevo, se sentían como si estuviesen solos en el mundo.
— Hey, chicos— Kuroo interrumpió el momento—, seguimos aquí.
— Me están dando escalofríos...— Declaró el armador, abrazándose a sí mismo.
El resto del equipo (incluyendo a la recién formada pareja) se echó a reír.
— ¡Kenma-san, no seas grosero! — Manifestó el muchacho de ojos verdes, sin parar su risa— Tendrás que soportar esto por un buen rato más.
Colocó su cabeza en el hombro de Morisuke y, desde ahí, besó su mejilla.
— Escalofríos otra vez...
Otra tanda de risas.
Qué importaba.
Aunque, sabían, deberían agradecerles a Kenma y a Kuroo más tarde.
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Ya estamos a uno más de terminar ;-;
Pero apenas termine de publicar este, iremos con los ocho mil más que tengo en lista:D
¡Gracias por leer! ¡Nos leemos pronto!
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Fracciones
FanficSiete historias diferentes de LevYaku por la LevYaku week (12-17 de agosto).