Eat with SeokJin. •NamJin•

Epílogo.

— ¡Hola! Como ven en el título de este directo, si, efectivamente vengo a presentarles a mi novio.— Jin se acomodó en el borde de la cama delantero e hizo un ademán tras la cámara con una amplia sonrisa.
Sus mejillas rosadas hacían juego con el suéter rosado que llevaba y el brillo del labial que se había puesto, su cabello había vuelto a ser castaño ya que el color rosado comenzaba a perderse, por lo tanto decidió volver a teñirlo como siempre le había gustado, estando un tanto alborotado, cayendo por su frente.

Una ligera risa se hizo presente, y de a poco  NamJoon ya se encontraba sentándose a su lado derecho, con una amplia sonrisa mostrando sus hoyuelos, provocando que el sonrojo del otro aumentará, pues al llegar únicamente le miro y enseguida a la cámara. A diferencia del otro, aún conservaba su cabello plateado y peinado perfectamente atrás de forma rebelde, haciéndole ver muy atractivo, como ya era de costumbre.

 —Di algo.— musitó en voz baja Jin aún mirado a su novio, quien miraba la cámara y luego a él, siendo un zic zac entre ambos.

  — ¿Cómo qué?—  cuestionó divertido, abrazándole por los hombros para apegarlo a él y este dejará su cabeza recargada en su hombro izquierdo.

SeokJin llevaba tiempo haciendo "directos" públicos para que todos los seguidores que tenía en aquella página de Internet pudieran verle, aquella donde había conocido al tez morena.
Enseñaba y daba tips de cocina mientras él los aplicaba, haciéndolo un tanto divertido, ya que por la persona que se escuchaba de fondo, siempre se distraía y hacía varios pasos mal al reír juntos. Era obvio que muchos comenzaban a sacar sus conclusiones, llegando a la misma, pues aquella voz no era más que la de NamJoon, quien siempre le estaba haciendo reír y diciéndole cumplidos que le ponían rojo como los tomates que había usado repetidas veces, algo que le parecía sumamente adorable y claramente lo expresaba.

— Te amo, ¿eso esta bien?—  cuestionó acercándose a él para así besar su mejilla, la cual estaba ardiendo como la otra al estar tan sonrojado.
Creía que por estar frente a cámaras no sería tan "atrevido", y se equivoco, era obvio que NamJoon al saber que cientos (por no decir miles) de personas le miraban, le hacía sentir celoso, y como tenía aquella oportunidad de decir a todo el mundo que era suyo.

— Algo más.— canturreo picando su mejilla, aún sin apartar la vista de él, dándole una pequña sonrisa tímida. 

  — Pues, yo soy NamJoon, novio de este precioso chico.—   Dijo mirando a la cámara con una sonrisa ladina, sin dejar de abrazarle, mientras señalaba al aparato. 

  — Si, eso es mejor.—  asintió como aprobación y cómo él, llevo su mirada  a la cámara de la computadora.
— Responderíamos a todas sus preguntas, pero en realidad NamJoon no quiere hacerlo, es malo ¿cierto?—  continuó hablando con sus labios hechos un lindo puchero mientras se acercaba más a la pantalla y así poder leer lo que los seguidores decían, el nombrado hizo lo mismo, ya que su gesto le había matado internamente de ternura, que simplemente no se podía negar a esos dulces encantos.

Las personas que les miraban desde sus hogares, hacían preguntas de todo tipo, desde cómo se habían conocido, a si ya habían tenido su primera vez.
Las primeras las respondía Jin con una sonrisa mientras tomaba distintos broches afeminados y los colocaba en el cabello de su novio y este asentía a todo lo que decía. Y las otras cuestiones las respondía el moreno, sin importarle mucho cuán sonrojado podía estar el más bajo y los leves golpes que le daba cada que le dejaba en vergüenza.

  — ¿Y bien?—  NamJoon acariciaba los muslos del otro en lo qué continuaba leyendo los comentarios y agradecía los cumplidos.
 
— Terminamos. — respondió Jin con una amplia sonrisa, haciendo ademanes con ambas manos en despedida, y el moreno imitaba sus acciones.
 
Para terminar aquella transmisión. El cabellos plateados, puso ambas manos en sus mejillas, las pellizco suavemente y enseguida las apretó, ocasionando que sus labios resaltaran, para así, dar un beso de piquito.

— Te amo.—  susurraron al mismo tiempo, como ya desde hace mucho se las había hecho costumbre, sin embargo, seguían riendo enamorados con aquel dulce y divertido gesto. 

—¡¿A quién le dices baby, idiota?!—

Fin.