Los sentimientos de Chester |Bunnicula|

2. El entrometido

Chester despertó, en el sofá de la casa. No, no, no, no, ¿Todo había sido simplemente un sueño? Pero.. todo lo había sentido tan real. La luz en su cara, las caídas.. la lamida de Bunnicula. Se sonrojó a más no poder cuando recordó todo eso. Suspiró, entrecerrando los ojos y decepcionándose. No quería que todo aquello fuera un simple sueño, quería que fuera real, quería que Bunnicula lo amara. "¿Qué cosas piensas, Chester? Estás loco, detente de una vez" pensó, sacudiendo su cabeza de un lado a otro, no debía pensar todo eso, era incorrecto. Se acurrucó en el sofá, quería dormir nuevamente para continuar con su "sueño", pero sintió algo pegajoso en su mejilla. Lentamente acercó su mano hacia su cara y lo sintió; un líquido viscoso y pegajoso. Apartó su mano de su cara y vio que era violeta. El corazón de Chester comenzó a palpitar rápidamente. No fue... un sueño.. después de todo. Sonrió torpemente, y saltó del sofá de terciopelo rojo con una alegría incomparable.

—¡Bunnicula!— gritó el felino, sin obtener respuesta.

Miró hacia la ventana, y que una luz anaranjada entraba de allí. Eso significaba que Bunnicula estaba dormido.. ¿Qué hora sería? La sonrisa de Chester se desplomó. Corrió hacia el baño y se subió lavatorio y miró el espejo. Toda su mejilla estaba ensalivada, y él estaba más rojo que nunca. Sonrió y sus manos comenzaron a temblar, porque se imaginó a Bunnicula besuqueando su cara. Ronroneó, pero un escalofrío lo hizo reaccionar. Oyó unos pasos que se acercaban a él, eran pesados como las pisadas de botas, pero Chester sabía que era Harold. Entró en pánico y abrió la canilla del agua, y mojó toda la cara para deshacerse de la saliva de Bunnicula. Se dio vuelta, con la cara empapada y con una sonrisa nerviosa.

—Hola Chesty— dijo Harold, notando su presencia.

Chester río nerviosamente.

—¡Hola!.. Harold— saludó con mala gana.

—Has estado durmiendo todo el día, ya casi anochece. — advirtió el canino, tan alegremente como siempre.

—¿Enserio?

—Oh, Claro que si, ya está oscureciendo.

Ante esas palabras, Chester saltó del lavatorio y corrió hacia un pasillo que tenía la ventana, y se dio cuenta que Harold no mentía, en verdad estaba anocheciendo... Bunnicula.

El felino amarronado sonrió y enarcó sus cejas. Tenía que agradecerle por todo lo que había sucedido anoche. Anoche... ¿Qué había sucedido anoche? reaccionó Chester, ¿Cómo había llegado hasta el sofá de la casa, estando en el bosque?, sólo podía pensar en que Bunnicula le había hecho algo... no, él no era lo suficientemente atrevido para hacerle algo así. El felino suspiró, sentía como si su cola titubeara.

Mina apareció de la nada detrás de Chester, abrazándolo y levantándolo por los aires.

—¿Cómo estás Chester? El pobre gato abrumado sólo le dedicó una sonrisa muy poco sincera, y ronroneó al sentir que Mina acariciaba su cabeza, acompañándolo de unas palabras —. Aaaww, eres muy tierno, gatito cobarde —. Lo dejó delicadamente en el suelo, y continuó con su camino.

—Oye Chester, ¿Dónde estuviste toda la noche?— Preguntó Harold animadamente. Chester se tensó por completo, ¿Enserio había notado su ausencia? Bueno, era algo evidente, porque no recoradaba cuando había vuelto.

—Yo... salí con Bunnicula— hubo unos segundos de un silencio incómodo —. Al bosque, eso. Quiso llevarte, pero le dije que te dejara descansar, y ya sabes cómo es él, me llevó a rastras.

Harold rió. Pero no reiría si supiera todo lo que pasó anoche, pensó el félido con mala gana. De cierto modo todo el pánico que había sentido había valido la pena, y no hacía falta explicarlo. Unos balbuceos se escucharon, y el pasillo centelleó como en una película de terror; Bunnicula apareció, con una expresión malévola. A Chester se le esponjaron todos los pelos de la cola y lanzó un grito ahogado, cayéndose al suelo. El conejo vampiro carcajeó y vio al gato. Harold rió con su voz grave y miró a Chester, apuntándolo con su pata izquierda.

—Jajajá Chesty, pareces una esponja, ¿Entiendes? Porque estás esponjado.

—Si, gracias Harold. Tu mal chiste me reconforta bastante— murmuró Chester sarcásticamente, mientras se levantaba.

Bunnicula se veía algo apenado por asustar a Chester y ponerlo de mal humor, pero no tardó ni dos segundos en recuperar su sonrisa triunfal y pícara. Se acercó al gato y lo tomó de la mano, girándolo y teniéndolo en sus brazos estilo princesa, a pesar de que ser más pequeño que él. La cara de Chester ardía, qué vergüenza; un pequeño conejito vampiro, teniéndolo en sus brazos. Aunque ese pequeño parecía ser mucho más de lo que aparentaba, cualquiera que no lo conociera bien diría que era bastante tierno y calmado, pero Chester lo conocía bien, y sabía que era todo lo contrario a pasivo.

Chester se aclaró la garganta y se separó de Bunnicula.

—B-bunnic... Bunny, ¿Qui..quieres salir conmigo... afuera?— pronunció Chester, intentando no tartamudear y balbucear, aunque sí lo hizo.

Bunnicula se quedó mirando a Chester atónito, ¿Acaso él lo estaba invitando a salir? Se suponía que él debía hacer esas cosas, aunque no rechazaría la oportunidad. Asintió con la cabeza, aún asombrado, y se puso a su lado. Agarró su mano y la besó tímidamente.

—Heeeey, wow, detente— susurró el felino amarronado, apartando la cabeza del vampiro con su otra mano — ¿Qué hay de...— comenzó, señalando a Harold—... él?

Bunnicula ladeó la mirada, y volvió a mirar a Chester despreocupadamente, emitiendo un Meh.

—Deberíamos salir de aquí— propuso, saliendo de la casa y siendo acompañado por Bunnicula. Harold apareció por sus espaldas, con cara juguetona —¿Vamos a ir a jugar? ¡Me encanta salir a jugar por la noche!— Chester hizo una mueca —. No Harold, no saldremos a jugar. Tú quédate aquí, tengo que pasar un tiempo a solas con Bunnicula— al decir eso, sintió su estómago revolverse.

Harold lo siguió igualmente, y Chester sintió que perdió por completo la paciencia.

—Harold, no te queremos con nosotros. Quiero estar un rato con Bunnicula, es todo. Siempre estamos los tres juntos, y siempre salgo yo herido, ¿Okay? No te quiero cerca, y él tampoco— Se apegó a Bunnicula— Necesitamos algo de tiempo, Harold, ¿Es que no entiendes?

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 Gracias a los que votaron y comentaron, no pensé que iba a tener casi quinientas lecturas ^-^

El dibujo de la portada lo hice yo