Bunnicula despertó. Era de noche, y él no paraba de pensar en lo que había sucedido anteriormente. ¿Habrían arreglado Chester y Harold sus conflictos? Sólo tenía una manera de saberlo. Brincó hacia la puerta de la pequeña habitación, y arrimó su pata hacia el picaporte y lo giró. El sótano era frío y solitario, habían muchos cachibaches y cosas inútiles que a Bunnicula le gustaba revisar de vez en cuando. Salió del sótano con algo de angustia, esperaba que "el problema" ya fuera resuelto. Con cautela y mucha precaución se dirigió hacia la cocina. El plato de Harold estaba vacío, pero el de Chester contenía una gran pila de comida. No le dio mucha importancia, aunque debía admitir que le preocupaba un poco ¿Por qué Chester no había comido?
Rodeó la mesa, donde encontró a Harold balbuceando y mordisqueando un juguete chillón.—A-AAH, Chesty— exclamaba el canino con ojos llorosos — ¿Por qué no quieres jugar conmigo?— sollozó. Bunnicula alzó una ceja.
—Oh, hola Bunnic — saludó alegremente Harold, como si hace dos segundos no hubiera estado lloriqueando.
El blanquinegro lo miró con ingtriga y le preguntó en su propio idioma: ¿Qué sucede?
Harold se sentó, tomó al conejo en brazos y lo acurrucó.—Chesty ha estado extraño desde ayer, y no he podido hablar con él aún, me evita. Cuando lo vi me bufó, ¡Él ya no me quiere, no quiere jugar conmigo!
《Él nunca quiere jugar contigo, Harold》pensó, pero el conejo sentía demasiada lástima por él. Tenía razón, Chester había sido demasiado duro con su amigo. "Yo lo resolveré" intentó pronunciar.
—¿En serio? Wow, gracias Bunnic.
Tras decir eso, Harold lamió su cara frenéticamente hasta causarle asco al mismo.—Bye bye Bunnic — se despidió del conejo al ver que se alejaba rápidamente.
Bunnicula secó su rostro con su mano y emprendió la búsqueda de Chester. Buscó en la sala, en el ático, en el baño, en el sótano, y... nada. ¿Dónde diablos se había metido?
Comenzó a preocuparse.—Shewe, Shewe— exclamaba recorriendo la casa. Tras horas de una búsqueda agotadora, el conejo vampiro se rindió. Se topó con Harold en uno de los pasillos, y éste chilló.
—¿Aún no has encontrado a Chesty? — su compañero negó rotundamente con la cabeza.
Harold se sentó junto a él, y Bunnicula simplemente no lo resistió más. Le explicó todo a su amigo, pero desde el principio. La primera vez que le hizo un chiste coqueto, las noches que se quedaba mirándolo dormir, el momento en el que se dio cuenta de que tenía un crush, la cita. Todo. Y aún seguía sin saber si era amor aquello que sentía, pero se suponía que estaban saliendo finalmente, o al menos eso pensaba. Un segundo... ¡Por eso Chester estaba tan irritable! Quería preguntarle si estaban saliendo o no. Oh cielos.—Kiwi sha no, pata keri samba yae — finalizó el conejo. Harold quedó estupefacto, no por el contenido de la historia, sino por lo larga que era.
En la escena intervino Mina.—Buenos días mis pequeños amigos — dijo alegremente, tomando a Bunnicula en su mano izquierda, y acariciando juguetonamente la cabeza de Harold con la derecha — ¿Tienen hambre? — ambos animales pronunciaron chillidos de aprobación. Todos se dirigieron a la cocina. Mina agarró una gran bolsa de alimento para perros y sirvió una gran montaña de comida. Dejó la bolsa en el suelo y contempló algo dubitativa el tazón de Chester.
—Qué raro, Chester no ha comido nada... bueno, ¡Adiós!— se despidió rápidamente de ambos y se fue a la escuela.
Chester. Chester. Chester.
¿Dónde estás?
Los ojos de Bunnicula enrojecieron. Estaba furioso.—Wera kija desabu lape aha, hmf— se cruzó de brazos.
—Tienes razón Bunnic, tenemos que encontrarlo cuanto antes.
La búsqueda fue emprendida nuevamente. Bunnicula estaba agotado, debía dormir. El cansansio era notorio. Debajo de los ojos del conejo se divisaban bolsas negras. Quería irse a dormir. Estuvieron dos horas más buscando, aunque tuvieron que hacer una pausa para almorzar. El vampiro abrió el refrigerador, buscó una zanahoria de tamaño colosal, y aunque no encontró lo que buscaba, algo era algo. De allí, sacó una zanahoria inusualmente grande. La arrastró por el suelo y la drenó. De pronto, Bunnicula se volvió más robusto, musculoso y grande.—Wow Bunnic, ¿Cuándo te volviste tan grande? — preguntó Harold con cierto asombro.
—¡Chester! — bramó fluidamente. Las zanahorias grandes no sólo cambiaban su tamaño, sino que aumentaban sus capacidades. Bunnicula revolvió la casa, literalmente. Sacudió debajo de los sofás, de las mesas, buscó por todas partes, hasta que...
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Oops. Lamento haberlo publicado tan tarde. La inspiración se me había ido, y lentamente perdí el entusiasmo por hacer el fanfic. Tuve problemas con mi computadora, y dije meh (?)
En fin, al ver crecer el fandom decidí seguirlo.También los invito a ver este AMV que me inspiró un poco:
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Los sentimientos de Chester |Bunnicula|
FanfictionDescripción de la serie Bunnicula: El conejo vampiro es una serie animada basada en los libros infantiles de James Howe. Descripción del fic: Chester, el gato de Mina, comienza a sentir atracción por Bunnicula, el conejo vampiro que ha estado vivien...